amurrio - Tras varios años de intentar hallar una solución beneficiosa para todas las partes, el Ayuntamiento de Amurrio, finalmente, procederá de forma “forzosa” a desalojar los terrenos ocupados por la gasolinera ubicada en la calle Aldai número 4. La orden fue aprobada el pasado jueves en la Junta de Gobierno del Ayuntamiento tras el dictado de varias sentencias favorables al Consistorio y tras haber transcurrido todos los plazos legales concedidos a los interesados para hacer efectivo el desmantelamiento de forma voluntaria.

“Es nuestra obligación el cumplimiento de la ejecución de la sentencia”, explica la alcaldesa, Josune Irabien, que también deja constancia de los “años de trabajo conjunto” entre el Ayuntamiento y la Diputación Foral de Álava, “la actual y la anterior”, a raíz de los cuales se realizaron al propietario de la gasolinera “varias propuestas de traslado del servicio a ubicaciones que cumplen todos los requisitos de la legislación y la normativa vigente”, subraya la regidora.

A día de hoy, se entiende que aún existen opciones para una nueva implantación de esta actividad empresarial “que cumpla con la legislación vigente y que esté fuera del ámbito urbano”, añade Irabien, que insiste en que “nuestro compromiso desde que llegamos al Ayuntamiento ha estado en trabajar para buscar soluciones, lo que ha demorado en el tiempo la realización efectiva de la sentencia”, recalca. No en vano, en la Comisión de Políticas Territoriales del Ayuntamiento, celebrada hace unas semanas, todos los grupos políticos del Consistorio dieron el visto bueno, por unanimidad, a la ejecución de la sentencia.

El desmantelamiento de esta estación de servicio lleva coleando desde que en marzo de 2009 la corporación municipal aprobó en Pleno la reversión del suelo por parte del propietario del surtidor, porque había expirado el plazo de cesión de 50 años otorgado por el Ayuntamiento para la explotación gratuita del negocio. Al tiempo, se le exigía que estuviera desmantelado para julio de aquel año.

Aquello fue el detonante de un largo proceso judicial que se saldó en septiembre de 2014 con la citada sentencia firme que daba la razón a la Administración local, y que obligaba a desalojar el terreno y ponerlo en manos del Ayuntamiento en buenas condiciones, entendidas éstas por un certificado de calidad del suelo, tras la necesaria descontaminación por el uso que se le ha dado desde 1959.

Además, el dueño de la gasolinera debía abonar a las arcas municipales -en base a otra resolución de la Junta de Gobierno Local del mismo año de la sentencia- la suma de 114.244 euros, correspondiente a las tasas por ocupación de espacio público desde julio de 2009 hasta julio de 2014, “a lo que se irían sumando nuevas liquidaciones, por metro cuadrado y día de ocupación del terreno, hasta que se desmantele el surtidor.

Una vez que se lleve a cabo el desalojo, y de no darse su traslado a otro emplazamiento, a Amurrio sólo le quedará una gasolinera: la ubicada en la Junta Administrativa de Lezama, en la carretera de subida a Altube en dirección a Vitoria-Gasteiz.

Cabe recordar que existe un ambicioso proyecto de ordenación urbana que pretende crear una rotonda en el terreno que ocupa la gasolinera de la discordia. En concreto, el destino del solar está englobado en un plan que afecta al área comprendida entre las calles Dionisio Aldama y Aldai, y los límites de las instalaciones del colegio Virgen Niña y el parque trasero de la casa de cultura.

La idea pasa por conectar Dionisio Aldama y Aldai con un futuro vial de nueva creación, un enlace que partirá de la parcela que separa un chalé y el conocido como edificio de Los Miradores. La carretera desembocará en la rotonda que se levantará en el terreno que ocupa el surtidor de gasolina, donde confluirán esta nueva calle, así como las de Etxegoien, Aldai, Elexondo y Avenida Ayala.

En este ámbito de actuación, que abarca 19.900 metros cuadrados, se conservarán ocho viviendas unifamiliares por su antigüedad pero también se contempla la construcción de cuatro edificios de viviendas, cien plazas de aparcamiento subterráneo en la trasera de Los Miradores y una plaza.

año. Es el ejercicio en el que una sentencia judicial firme obligaba a desalojar el terreno de la gasolinera y a su devolución tras haberse limpiado.