gasteiz ? Ejercer de pionero tiene muchos inconvenientes, pero cuando la senda es la adecuada y el objetivo diáfano, los obstáculos en el camino no son nada comparados con la satisfacción de lograr lo planteado. Tal vez por eso, cuando el Ayuntamiento de Zuia decidió hace dos años convertirse en punta de lanza de la lucha de las entidades locales por un nuevo modelo energético, ni las dudas ni la maraña burocrática fueron un muro suficientemente alto como para contener sus pasos.
En este municipio alavés, el equipo gobierno de EH Bildu, con su alcalde Unai Gutiérrez a la cabeza, tenía un objetivo: cambiar el modelo energético y avanzar en el uso de energías renovables. También contaban con un motivo: la decisión de reabrir la central nuclear de Garoña. Y un plan: romper el contrato que el Ayuntamiento tenía con Iberdrola, copropietaria con Endesa de la planta atómica burgalesa.
En el otro lado de la balanza, Zuia tenía un handicap ?ningún municipio de Álava lo había hecho antes? y un problema importante a consecuencia de ello: la obligación de elaborar un pliego de condiciones pionero que cumpliera los requisitos legales para que cualquier firma de energía pudiera optar al contrato.
Se pusieron manos a la obra y, dos años después, parece que pueden sentirse más que satisfechos de la decisión tomada. Han ahorrado dinero, han liderado una batalla a la que esta misma semana se unió un nuevo compañero, el municipio de Zalduondo, y su alcalde es requerido por otras localidades alavesas, vascas y de provincias limítrofes para, cual flautista de Hamelín, dar charlas e instruir en la metodología idónea para avanzar en la línea de Zuia, sobre todo ahora que la amenaza de la reapertura de Garoña se cierne de nuevo sobre todos los alaveses. “Conseguimos nuestro objetivo: disponer de energía renovable y borrar de Zuia a Iberdrola, con su gestión en Garoña y su intención de reabrirla con un interés puramente económico”, relata Unai Gutiérrez, alcalde de un municipio que según avanza a este periódico acaba de prorrogar seis meses más el suministro eléctrico ?un volumen de 160.000 euros anuales para cuatro lotes de baja y alta tensión durante año y medio? con la firma que resultó adjudicataria, la cooperativa Goiener.
Según apunta el primer edil, además de para el medio ambiente el cambio ha supuesto un beneficio para las arcas municipales. “Estimamos un ahorro económico general del 10%, y en la auditoría previa que hicimos nos dimos cuenta de que con Iberdrola teníamos contratada la potencia de luz muy por encima de las necesidades del municipio. Solamente ajustándola a las necesidades reales hemos ahorrado 13.000 euros en un año, con un simple cambio administrativo”, asegura.
El proceso no ha sido, sin embargo, un camino de rosas, principalmente por la intrincada y no poco laboriosa elaboración del pliego de condiciones para evitar que la adjudicataria del contrato de alumbrado público fuera la propia Iberdrola, que aún y todo acabó presentándose también al concurso.
“Nos llevo muchísimo trabajo, casi dos años, realizar los pliegos de condiciones. Éramos unos pioneros, porque no encontramos nada similar en ningún lado y había muchas dificultades legales y administrativas a la hora de evitar que empresas que gestionan y comercializan energía nuclear pudieran inscribirse, porque se consideraba discriminatorio y una traba a la libre competencia. Hubo muchas cuestiones en las que enseguida saltaban las alarmas legales”, rememora el edil de la coalición abertzale. “Tampoco lo tenías fácil si querías dar una oportunidad a las empresas pequeñas, porque había que garantizar que tuvieran solvencia técnica y económica suficiente para abarcarlo todo. Cosas que sólo sirven para favorecer el monopolio de las grandes firmas”, subraya.
Finalmente, y junto con el técnico municipal de Medio Ambiente, pulsaron la tecla adecuada al sustentar el concurso público en una baremación basada en el volumen de energía renovable que cada empresa comercializó el último año, un dato oficial emitido por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Así, entre otros baremos, premiaban a las firmas que apuestan por la energía verde y se penalizaba a las nucleares. Con todo, “los pliegos se recurrieron y tuvimos que paralizar el proceso hasta amoldarlos de nuevo”, rememora. A finales de año el suministro de Zuia saldrá de nuevo a concurso, con una duración más amplia, mientras el resto de localidades alavesas gobernadas por EH Bildu escudriñan el proceso seguido por este ayuntamiento para emular sus pasos en los próximos meses. l