Vitoria - Este sábado Juan Carlos Elizalde empezará, ya con todas las de la ley, una nueva etapa de su vida. Ha sido llamado para ser el obispo de Vitoria y ha dicho que sí, pero a partir de ese día empezará a vivir ese sí cada día. La llegada del nuevo prelado a su diócesis se produce dentro de una serie de celebraciones que podrían ser tomadas como un conjunto de casualidades que ya decoran la historia del que va a ser el décimo sexto obispo de Vitoria.
En ese sentido, cabe destacar que durante estos días se atraviesa la mitad de la Cuaresma, una época marcada de manera particular por el Año Santo de la Misericordia. El mismo día que Elizalde sea ordenado y tome posesión tendrá lugar, al caer la tarde, el tradicional Vía Crucis del Mundo por el Casco Medieval de Vitoria, en el entorno de la Catedral Vieja. Allí se harán presentes diversas organizaciones, grupos, entidades y cofradías que viven en primera persona el compromiso con la caridad cristiana. También estarán representantes de otras culturas, de otros países que pondrán en esa vía dolorosa los afanes y preocupaciones de los pueblos que viven en Gasteiz. Y ahí ya ha anunciado Elizalde que estará presente. De hecho será su primera presencia diocesana como obispo de Vitoria.
Pero también la llegada del nuevo prelado, de origen y ascendencia navarras, coincide con el fin de semana en el que se ha marcado la celebración de la tradicional Jornada de Misiones Diocesanas Vascas que, debido a que este año el 19 de marzo es el sábado previo al Domingo de Ramos, se ha trasladado la celebración al domingo anterior. Por lo tanto, monseñor Elizalde se estrenará en su primer domingo como obispo con una celebración misionera y diocesana, y compartida con las diócesis de Bilbao y San Sebastián.
Bien se sabe que el pueblo fiel agradece los sermones breves, pero en esta ocasión hay que concederle que la conjunción de planetas no se lo pondrá fácil. A buen seguro que su experiencia universitaria se pondrá a su servicio para hacer la mejor síntesis y demostrar sus dotes en la oratoria.
Sea como fuera, lo cierto es que la llegada de un nuevo prelado para hacerse cargo de la diócesis gasteiztarra ha provocado expectación en determinados ámbitos del territorio histórico, donde se siguen los pasos de Elizalde con detenimiento. Éstos le llevaron el pasado 2 de marzo a Roma, donde pudo estar unos minutos con el papa Francisco. En palabras del propio Elizalde, “ese momento de la audiencia fue muy emocionante. No le conocía personalmente y al presentarme como el obispo electo de Vitoria, el papa, muy sonriente y bromista, me dijo que me encomendaría mucho: Son muy buena gente, con ellos compartirá su alegría. Cuando le presenté a mi madre al comentarle que se viene conmigo a Vitoria le dijo: Cuídele bien que estos obispos jóvenes no se cuidan. Al día siguiente al final de la eucaristía en Santa Marta, presidida por él, me despidió con un abrazo y me volvió a decir que encomendaría a toda la diócesis”.
Algunos vitorianos han coincidido con Elizalde en algún momento de su vida y el recuerdo que de él conservan es muy bueno. El nuevo obispo gasteiztarra es esperado con ganas para abrir una nueva etapa en la diócesis, una etapa diferente. Por eso necesitará de todos, de unos más que de otros, para “aprender a ser obispo” como él decía en su carta de presentación. Tendrá que hacer frente a la confirmación y renovación de cargos en la diócesis. Asimismo, deberá abordar el ecumenismo, hasta ahora una asignatura pendiente a la que tendrá que dar respuesta. La realidad multireligiosa que desde hace años está presente en la ciudad tendrá que ser tenida en cuenta en la convivencia social.
Aparte, no le faltará trabajo al nuevo obispo en la pastoral con los jóvenes que, a buen seguro, será uno de los temas que cuide con mimo y para el que su experiencia en la pastoral universitaria le será de gran valor. Vinculada a ésta, está la sequía vocacional en todo el abanico que la Iglesia contempla. También habrá de ser un tema al que dar una renovada respuesta. La cita de la próxima Jornada Mundial de la Juventud puede ser un elemento de trabajo para los primeros meses al frente de la diócesis.
Además, Estíbaliz, en el corazón de la diócesis, donde se encuentra la patrona de la provincia y de la diócesis, centrará parte de los esfuerzos del nuevo obispo. Desde hace años la comunidad benedictina del cerro vive momentos difíciles, que han afectado a la acogida y a la actividad.
Pastoral familiar La pastoral familiar será una preocupación de toda la Iglesia que los obispos han incluido en su plan quinquenal y el papa lo ha querido poner en valor desde el principio con el reciente sínodo. Una renovación de la pastoral prematrimonial, de la catequesis con una mayor implicación de las familias y de las parroquias en la puesta en marcha de acciones que refuercen esa pastoral familiar estarán sin duda en la agenda del nuevo obispo.