¿Cómo ha afectado la actual conyuntura económica a la confección de los presupuestos?

-Hemos tenido que adaptarnos a los recursos económicos que tenemos y optimizarlos. Ojalá tuviéramos más, pero los que tenemos existen gracias a la reforma fiscal que se acometió el año pasado con un amplio consenso. Esa reforma nos ha permitido dotarnos de un margen superior de dinero que hemos destinado a potenciar los tres grandes retos que tiene la Diputación: la reactivación de las políticas económicas y del empleo, el equilibrio territorial y los servicios sociales.

¿Se ha consolidado en Álava la recuperación económica o aún queda un gran trecho por andar?

-Seguimos en una situación económica que se inició en 2008 con la crisis. Ahora lo que apunta el 2016 es una ligera recuperación, pero no está consolidada en absoluto y aún no va a alcanzar a corto plazo los niveles de los que disfrutábamos antes de 2007.

¿Y cómo espera que sean entonces los próximos años? ¿Seguirá creciendo la economía alavesa?

-Ojalá tuviera la capacidad de acertar a tres o cuatro años vista. Los indicadores económicos y las tendencias indican que hay una mejoría, pero nadie puede prever si mañana el escenario va a cambiar, porque una gran parte de elementos no dependen de nosotros. De momento hemos cogido una buena ola y de seguir así todo indica que nuestras empresas y nuestro tejido industrial está preparado para contribuir a que Álava mejore su economía. Pero, insisto, existen incertidumbres que lo pueden truncar. Los que se apuntan los éxitos de una economía fundamentada en decisiones ajenas lo hacen sobre pies de barro, porque no controlan muchas decisiones. Si mañana se las cambian, su castillo de naipes se viene abajo.

¿Álava ha aguantado la crisis mejor o peor que otros territorios?

-Hemos sido capaces de aguantar la crisis gracias a nuestra estructura económica, pero hemos perdido una gran cantidad de trabajos y todavía tenemos 25.000 personas en situación de desempleo. Creo que hemos aguantado mejor que otros territorios porque estábamos mejor preparados para ello, como lo estamos ahora para absorber una mejora y crecer.

Dice el diputado general que votarán a favor de la mayoría de enmiendas que ha presentado EH Bildu. Usted que ha estado en todas las reuniones, ¿ha sido dura la negociación con la coalición abertzale?

-Hemos venido trabajando desde hace bastante tiempo y al final, como es evidente, hemos alcanzado una sintonía. EH Bildu comparte una gran parte de nuestras políticas de gasto, y las aportaciones y enmiendas que nos han hecho ayudarán a que el acuerdo quede plasmado sin apartarnos de los grandes retos forales que comentábamos antes. Los planteamientos que EH Bildu nos ha aportado han sido fácilmente asumibles.

Sea sincero, si hace diez o quince años le dicen que la izquierda abertzale va a ser un día su socio presupuestario, no se lo cree.

-Hace quince años no podía vaticinar lo que iba a suceder hoy. Lo único que puedo decir al respecto es que, al final, si tú tienes unos objetivos claros y son los mejores para Álava es muy difícil para cualquier fuerza política renunciar a apoyar esas medidas, independientemente de qué partido sea.

Si el Gobierno Vasco recorta finalmente las partidas para Artium y la Escuela de Artes y Oficios, ¿tendrá la Diputación que reforzar con su dinero a ambos organismos?

-Nuestro proyecto de presupuestos contempla una dotación económica para ambos. Para Artium en torno a los 1,8 millones de euros, y para Artes y Oficios 200.000 euros, casi 50.000 más que el presupuesto prorrogado. En cualquier caso, nosotros apoyamos decididamente ambos proyectos y nunca los dejaremos abandonados, como a ningún proyecto con interés que sea necesario para Álava.

EH Bildu va a ser su socio presupuestario, pero no parece que vayan a ponerse de acuerdo nunca en cuestiones como la política fiscal.

-Ellos tienen una filosofía de política fiscal muy distinta a la nuestra, efectivamente. La que defendemos está sustentada en la reforma fiscal de 2014, que se hizo con una mayoría gracias al apoyo del PP, el PSE y el PNV en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Este año, el primero íntegro en el que se han puesto de manifiesto los resultados de esa reforma, las previsiones de recaudación nos indican que ha habido un crecimiento recaudatorio y que ha sido un año satisfactorio. Veremos cómo funciona en 2016.

¿Cuánto tiempo va a pasar entonces hasta que los alaveses vean subir o bajar sus impuestos?

-No tiene sentido hacer una reforma fiscal cuando está reciente la anterior. Nosotros nos hemos comprometido a que cuente con al menos dos ejercicios enteros. Cuando cerremos 2016 veremos los resultados, y en 2017 estaremos en disposición de, a la luz de cómo haya afectado a los ciudadanos y al tejido económico de la provincia, hacer ajustes y modificaciones, si proceden, y replantearnos las cosas. Pero ahora lo que la gente demanda de la Hacienda es estabilidad, una certeza en la política fiscal. No podemos estar cambiando las cosas en función de si hay elecciones y haciendo ofertas que parecen más una tómbola.

Pero durante el primer trimestre de 2016 van a tener, al menos, que debatir una posible reforma fiscal en las Juntas Generales, tras la moción aprobada por la oposición.

-Los grupos aprobaron que desde la Diputación presentemos una reforma fiscal del impuesto de la renta de las personas físicas, el impuesto de sociedades, el de actividades económicas y el de patrimonio en el primer trimestre del ejercicio, pero ahí se juntaron grupos que de todos es conocido que piden cosas muy distintas en esta materia. Unos quieren incrementar la presión fiscal, subir los tipos, que el impuesto de la renta y sociedades sean más altos y poner un impuesto de patrimonio o de grandes fortunas, como quieras llamarlo. Luego en la otra parte tenemos al PP, que solicita una modificación tributaria entiendo que en el sentido contrario. Las Juntas alcanzaron una mayoría ficticia, una táctica para ponernos en una situación incómoda.

¿Entiende la frustración de los ciudadanos cuando ven cómo las grandes empresas se libran de pagar sus impuestos mientras a ellos Hacienda no les pasa ni una?

-Nosotros no perdonamos nada a nadie. Otra cosa es que, lamentablemente, nos encontramos con una normativa que tiene diferentes interpretaciones, tanto por parte de la Hacienda como del contribuyente, y también de los tribunales. A veces surge una discrepancia que acaba en los tribunales con diferentes resoluciones. Pero eso no es fraude, eso es jugar con la legislación con el objetivo de minimizar los pagos a la Hacienda y no contribuir conforme a la Ley, que es lo que siempre buscamos nosotros.

¿Cuentan ya con datos actualizados del fraude fiscal aflorado en Álava durante el último curso?

-En 2014 las actuaciones de inspección, tanto para personas físicas como jurídicas, permitieron detectar 90,7 millones de euros en base a 2.376 actuaciones, que es una cifra que se ha mantenido de forma más o menos homogénea durante estos años.

¿Y manejan una cifra del fraude total, no aflorado, que sobrevuela Álava? En 2010 el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda lo cifraba en 786 millones de euros.

-Eso es algo que, sencillamente, no se puede medir. Si se pudiese hacerlo de forma clara y meridiana sería porque sabes dónde está, y si sabes dónde está tienes que ir a por él. Ese tipo de datos, y no estoy desprestigiando en absoluto a los técnicos de ese sindicato, parten, entiendo, del desconocimiento que tienen sobre nuestro territorio, porque nuestros técnicos no forman parte de ese sindicato de la agencia estatal. Es como si en Álava nuestros funcionarios realizaran un informe sobre el fraude absoluto que se prevé que exista en La Rioja.

¿Esperan que la docena de defraudadores que deben más de un millón de euros a la Hacienda alavesa dé la cara con la publicación de la lista de morosos?

-Es una medida más para luchar contra el fraude, que para nosotros es una prioridad. Queremos que sea ejemplarizante para esas personas o sociedades que no se han acercado nunca a la Hacienda alavesa, ni tienen la deuda fraccionada o aplazada, ni están en concurso... Gente que acumula una deuda semejante y que sin embargo no ha dado señales de vida ni ha venido a explicarnos su situación. A esos queremos mostrarlos en una lista para que se replanteen si no es mejor pagar antes que verse en ella.

Anunciaron la futura publicación de esa lista hace más de un mes. ¿Se ha acercado desde entonces alguno de ellos a regularizar su situación?

-No, aún no. Pero tienen de plazo hasta el 31 de marzo.

¿Qué otras medidas van a tomar para la lucha contra el fraude?

-Vamos a incrementar los recursos humanos sumando tres inspectores más, introduciremos una partida de 1,8 millones para mejorar los programas informáticos, que nos permiten dar con indicios sobre situaciones que pueden ser objeto de fraude, y acercaremos la Hacienda al ciudadano, porque a veces se produce una falta de atención a las obligaciones tributarias por desconocimiento.

¿Han variado sus previsiones del incremento de la recaudación?

-Nuestro objetivo era llegar al 98,4% de la previsiones que se hicieron a comienzos del año, y finalmente creemos que vamos a llegar a esa cifra. De hecho nuestro objetivo es ver si podemos alcanzar el 100% de las previsiones iniciales, de las que estamos muy cercanos. Hemos tenido un ejercicio bueno. Además, sobre esa previsión para el cierre de este año hemos proyectado una previsión de crecimiento también para 2016, así que para ese año se puede producir otro incremento de en torno al 5%.

La deuda de la Diputación ronda ahora mismo los 500 millones de euros. ¿Hay margen para endeudarse “un poquito más”, como decía hace poco el diputado general?

-En los presupuestos hay una partida de 35 millones de euros destinados a la amortización de la deuda que vence el año que viene. La deuda nueva que la Diputación ha puesto para financiar proyectos en 2016 es en torno a 6,3 millones de euros, la cifra más baja desde la entrada del euro. A finales de 2016 Álava bajará por primera vez el porcentaje en el peso que tiene la deuda en el PIB alavés.

¿Cuándo contará Vitoria con los valores catastrales actualizados?

-El 30 de octubre aprobamos una primera ponencia provisional y ahora el Ayuntamiento nos ha planteado sus alegaciones, que estamos estudiando. En el primer trimestre de 2016 se aprobará la ponencia definitiva y en 2017 el Ayuntamiento podrá girar el IBi conforme a esos nuevos valores catastrales. Había un retraso importante en la ponencia de valores porque la última valoración era de 2004, cuando estos años ha habido un cambio sustancial en el mercado inmobiliario por la crisis. De cualquier forma, es cierto que el mercado no está del todo asentado y puede haber modificaciones, porque venimos de una situación en la que ha habido pocas compraventas y poco alquiler, que nos sirven como soporte para la evaluación.

¿Ha perdido Álava 14 millones de euros el último año por la Ley de Aportaciones, como afirma el PP?

-Son 4 millones, el PP ha hecho mal los cálculos. La Ley de Aportaciones está prorrogada desde 2011 y se ha demostrado que el peso que se la asignaba tanto a Álava como a Gipuzkoa estaba por encima de lo que éramos capaces de recaudar. Necesitamos mejorar esa Ley y que se adecúe bien el medidor de riqueza para que cada territorio contribuya en base a su peso real.