Ayudar al prójimo debería ser el primer mandamiento del sentimiento comunitario de cualquier sociedad que se precie. Desgraciadamente, la solidaridad no siempre es posible. De ahí que existan organizaciones empeñadas en generalizar la fraternidad humana como elemento de cohesión. Sin ir más lejos, ayer mismo, muchos de los vecinos de distintas localidades de Rioja Alavesa se movilizaron para mostrar su bondad con los menos afortunados a través de recogida de alimentos y ropa o con pintxo-potes o degustaciones para recaudar fondos con la misma finalidad. Cualquier idea es buena si logra paliar las necesidades de quienes no llegan a cubrir sus necesidades.
Así, por ejemplo, en Lapuebla de Labarca se realizó una actividad de la mano de la Cruz Roja de Álava. Según explicó la alcaldesa de la citada localidad, Maider Murillo, todo surgió a raíz del comentario de una amiga que acababa de revisar su armario. Al parecer, tras comprobar el ropero, la protagonista indirecta de esta actividad se dio cuenta de que tenía ropa que quería hacer llegar a alguna organización solidaria. Así, tras hablar con su amistad, la primera edil decidió hacer extensible a toda la población un llamamiento para recoger alimentación para bebés de hasta 18 meses, pañales entre las tallas dos y cinco, leche de continuación 1 y 2, ropa y enseres para bebés, ropa y calzado de abrigo para mujer y juguetes nuevos no bélicos.
El proyecto se planteó a la citada ONG y se decidió que todo eso iría para ayudar en las necesidades que atiende la organización humanitaria en el conjunto del territorio histórico. Y para hacerlo más atractivo para la gente se preparó al mediodía una sesión de reanimación cardio-pulmonar para bebés y otra para adultos, en las que participaron niños de Lapuebla de Labarca y de otras localidades que se habían acercado al evento. También se llevaron a cabo talleres de pintura para los más pequeños de cada casa, un txoko de información sobre el VIH y un txoripan solidario al precio de 1,50 euros.
Mientras eso acontecía en Lapuebla, en otras localidades riojanoalavesas fueron las parroquias las que se movilizaron. Por un lado, en Laguardia hubo degustaciones de tortilla de patata -el domingo pasado también vendieron flores-. En Oion, mientras, tuvo lugar la venta de flores solidarias para recaudar fondos con destino a Nepal y a las familias de la comarca que peor lo están pasando con el paro y con la crisis económica que tanto daño ha hecho a las familias alavesas.
Charo Zabala coordinaba la mesa de Oion y explicaba que la iniciativa intentaba reunir un dinero para ayudar a las parroquias de Rioja Alavesa. Desde hace dos años se repite este gesto de la venta de flores de Pascua y ciclámenes, aunque los objetivos varían según los años. Para esta ocasión, Nepal y Cáritas de Álava serán los destinatarios de los recursos recaudados.
La citada explicaba a este diario que en Rioja Alavesa no es oro todo lo que reluce. “Aquí hay muchas necesidades, mucha crisis y mucha gente que está en el paro y que acude a los comedores de Cáritas. Debemos ayudar”. El compromiso de las colaboradoras de Oion llega también a través de un concierto anual que se celebra el día 27 de diciembre y en el que estará la coral de la parroquia oionesa y también la Coral de Nalda. Otros años también organizaron representaciones de teatro.
Zabala considera que esa labor de garantizar alimentos y vida digna a las personas debiera ser obligación de los gobiernos, “pero no es así. Y mientras no lo hagan tendremos que hacerlo la gente de a pie”.
Contrastes. Rioja Alavesa deslumbra por la calidad de sus vinos y de sus bodegas. También por la belleza de sus rincones y por la pujanza de otras iniciativas, como el impulso que está recibiendo el aceite de oliva virgen extra, que pronto será conocido por su bondad. Sin embargo, en la comarca también hay municipios como Oion, que padecen una de las tasas de desempleo más voluminosas del conjunto de Euskadi. De ahí que se celebren jornadas de solidaridad como la de ayer.