Elciego se quedó pequeño ayer para albergar a la enorme cantidad de personas que acudieron a disfrutar de la Fiesta de la Vendimia de Rioja Alavesa, una fiesta que este año tenía un cariz importante, y es que coincidía con el trabajo en el campo, ya que era el día en el que las bodegas habían reclamado la entrada de uvas en sus instalaciones. Sin embargo, pocos quisieron faltar a la cita y las calles de esta villa se colapsaron de visitantes.

Todos los pueblos de la Rioja Alavesa tenían su lugar en un circuito que rodeaba Elciego en un agradable paseo, aunque dificultoso por el trasiego de gentes por todos lados. Además estaban los puestos de los productos de calidad agroalimentaria del País Vasco, muchos otros con degustaciones de queso, de sidra, los pasteles vascos y un sinfín de productos sabrosos, tanto de esta comunidad como de La Rioja, Navarra y Castilla y León. En el poyo de piedra de la ermita de la Virgen de la Plaza aguardaban los comportillos con las uvas vendimiadas con las primeras luces del día, esperando a que los niños los recogieran para llevarlos a la prensa donde se extraería el primer mosto.

A la hora fijada se anunció el comienzo del acto y se solicitó un aplauso para los que se habían quedado en el campo vendimiando. Posteriormente se dio paso a unas danzas de varias localidades, hasta el inicio de las intervenciones. Primero fue Jesús Fernández Ibáñez, creador de los Gaiteros de Elciego, quien hizo un repaso histórico de esta villa, y a continuación el alcalde, Luis Aldazabal, deseó a los asistentes una feliz fiesta.

Fue entonces cuando le llegó el turno a Kepa Junkera. “Si para vosotros este es un día muy especial, para mi también lo es. Ir a una fiesta con un instrumento musical es lo habitual, pero ir sólo con la palabra me resulta mas extraño”, afirmó. Tras recordar el memorable concierto que ofreció en la noche anterior en la plaza se refirió a que cuando el Ayuntamiento de Elciego se puso en contacto con él para venir como pregonero. “No lo dudé ni un instante. Me gustó su planteamiento: querían unir la tradición musical de Elciego con la tradición de los vinos. Y esto me ha convertido ya en un embajador de vuestros vinos. Allí donde vaya hablaré de él. Pero también de vuestra cultura musical. De la banda Santa Cecilia, de vuestras danzas, de vuestros gaiteros y de la coral”, aseguró. El músico e investigador cerró su intervención interpretando una pieza al acordeón, acompañado por los Gaiteros de Elciego y los Danzantes del Vino.

Tras esas palabras comenzó el desfile de los niños representantes de los pueblos con las uvas, que fueron depositadas en la presa. En ella entraron Miren y Montse, una bodeguera y una profesora que procedieron al pisado tradicional, para que manara el mosto con el que las autoridades, primero, brindaron por una buena vendimia. Después le llegó el turno a la multitud, hasta que se acabó.

Para Miren y Montse fue “una experiencia fabulosa, una chica bodeguera con otra del mundo de la cultura, porque Montse en profesora de danza”, comentó Miren. “Ha sido una experiencia inolvidable”, afirmó Montse. Las dos repetirían, “aunque al principio teníamos mucho miedo, hemos subido con nervios, pero después ha sido notar las uvas fresquitas en los pies y ha sido una gozada”.

A partir se ese momento y hasta bien entrada la tarde los protagonistas fueron los numerosos puestos instalados por todos los rincones de Elciego, así como la comida popular que cerró la jornada. Ahora toca esperar para analizar los resultados y comenzar a preparar la siguiente edición, que será en Samaniego.