Un rimbombante anuncio televisivo de una compañía telefónica vasca anuncia que ha llegado el wifi gratuito a las calles de las capitales vascas. Internet es lo más parecido a Dios en la Tierra. Es invisible y es ubicuo, y la gente se encomienda a él. Sea en casa, en el trabajo, en el transporte público... Lo que en los años noventa comenzó como un servicio para la ciudadanía, es ahora una necesidad de la sociedad de consumo. Sus utilidades son diversas, infinitas y cómodas. Resultan sencillas para quien está acostumbrado a navegar en red, pero quien no la ha usado hasta ahora está cada vez más distanciado de una herramienta que se ha convertido en requerimiento para muchos trabajos, gestiones burocráticas e incluso relaciones sociales.

Es lo que se conoce como la brecha digital. Es decir, la desigualdad social y económica en relación al acceso a Internet y a las Tecnologías de Información y la Comunicación (TIC) en general. En Euskadi, la conectividad a la Red está influida principalmente por tres factores. El más significativo es el estatus socioeconómico. En Álava sólo el 13,5% de la población con estudios primarios es usuaria de Internet, frente al casi 80% de alaveses con estudios secundarios y el 95% con estudios superiores. De igual modo, entre la población parada, sólo el 39,7% accede a Internet en este territorio histórico. En cambio, entre la población trabajadora ese dato se eleva al 88,1%. Y la práctica totalidad de estudiantes alaveses mayores de 15 años emplea la Red: el 98,2%. Otro condicionante para ser usuario es el sexo. Las mujeres vascas tienen menos acceso a Internet que los hombres. Álava tiene el dudoso honor de ser la que más acentuada tiene esta brecha: el 67,1% de mujeres es ciberusuaria, por el 71% de hombres. En Bizkaia y Gipuzkoa la diferencia por sexos se eleva respectivamente hasta el 7,7% y el 8,8% en detrimento de las mujeres.

Finalmente, el tercer abismo entre usuarios de Internet vascos se abre según la edad. No en vano, entre la población mayor de 45 años, sólo el 50,1% de alaveses es usuario de la Red de redes, una cantidad superior a la de guipuzcoanos y vizcaínos. Es una cifra apabullantemente inferior al resto de estratos de edad. De hecho, el 94% alaveses de entre 35 y 44 años accede a Internet, y eso que es un grupo de edad que queda fuera de los llamados nativos digitales, por lo que ha tenido que educarse en el uso de esta tecnología a una edad de cierta madurez. En concreto, se les define como inmigrantes digitales. Es decir, han sido espectadores del cambio tecnológico y la informatización de la sociedad en vez de nacer con ello, y han tenido que adaptarse.

En Álava hay medios para que las personas con escasos conocimientos informáticos se adentren en la era digital. Una de las asociaciones que contribuye a que los alaveses puedan dar el salto al mundo informático es el centro gratuito Saregune, el cual fue galardonado hace un año con un premio europeo por trabajar para disminuir la exclusión tecnológica. Por su sede del Casco Viejo gasteiztarra han pasado varios miles de personas de casi 40 nacionalidades distintas para aprender incluso los conocimientos más básicos de un ordenador de casa, como son hacer uso del ratón y el teclado, utilizar programas como Word o acceder a buscadores de Internet. Como explicó a este diario en su momento Ainara Pérez, educadora social de profesión y coordinadora de este centro de desarrollo, “nosotros enfocamos el aprendizaje de las nuevas tecnologías desde un punto de vista totalmente social. Alguien que ahora mismo no tiene acceso a un ordenador o conocimientos para usarlo está fuera”. El curso estrella impartido en Saregune, al que se apuntan el 45% de los que acuden al centro, es el de iniciación a la informática. De él se imparten clases tres veces al día, “y siempre está lleno”, puntualizaba Pérez. Los usuarios demandan “empezar de cero”. Las ambiciones para instruirse en el uso de las aplicaciones informáticas pueden ser personales, pero muchas veces se existen motivos laborales. De hecho, para buscar empleo, hoy en día es más necesaria una conexión a Internet que buenas suelas para patearse las calles de negocio en negocio. “Muchas empresas de trabajo temporal tienen sus propias plataformas y aplicaciones informáticas en las que te piden que introduzcas sus datos directamente en lugar de mandarles el currículum. Otras empresas te piden que sólo los mandes por correo electrónico en lugar de entregárselos en mano”, ilustraban desde Saregune.

La brecha informática es mayor para las personas con pocos recursos, puesto que la informática es cara. Hay que costear las herramientas como el ordenador y la tarifa de Internet del hogar. Para abaratar costes, desde Saregune inciden en impulsar el software libre. Esto es, programas informáticos de libre codificación que no están sujetos a copyright y que son de descarga gratuita. Entre los usuarios de este centro, la mitad tiene entre 31 y 50 años y otro 30% tiene 51 o más. Eso sí, todavía se nota la diferencia por sexos. Las mujeres sólo representan un 40% de las usuarias de este centro.

brecha rural pequeña Normalmente, uno de los factores determinantes para el uso de Internet en una sociedad es el entorno poblacional, que en zonas rurales acostumbra a ser sensiblemente inferior a las urbes. Pero en Euskadi esto no es especialmente acusado, al ser un territorio muy poblado y con pocas comarcas aisladas y desindustrializadas. Sin embargo, cabe destacar que entre las 23 zonas que el Instituto Vasco de la Estadística (Eustat) divide Euskadi, la Montaña Alavesa es la que menor acceso tiene de todas. Sólo el 55,4% frente a la media del 67,9% en Álava. En cuanto al lugar en el que más personas acceden a la Red, no se trata de Gasteiz -un 69,7%-, sino Estribaciones del Gorbea, una región de población más joven que el resto, donde el 71,2% de lugareños disponen de conexión a Internet. En Euskadi, sólo la zona de Plentzia-Mungia, con un 73,5%, tiene más penetración en la Red.

Brecha de sexos. El 71% de los varones alaveses utiliza Internet por el 67,1% de las mujeres. La desigualdad es más acusada en el cómputo de los tres territorios, con un 7,6% de diferencia.

Colectivos de riesgo. Sólo el 13,5% de las personas con estudios primarios son usuarias de Internet de Álava, frente al 95,1% de los que cuentan con estudios superiores.

No para parados. El coste de Internet y los ordenadores supone que el 60,3% de alaveses en paro esté sin conectarse a la Red.