En Mioma el ambiente es tan tenso que se puede cortar con un cuchillo, incluso con uno de plástico de esos que se rompen con la mirada. El enfrentamiento entre una parte de los vecinos de la localidad y otros, liderados por el que debería ser, pero no es, presidente de la Junta Administrativa, se ha prolongado durante los últimos años con intercambios de denuncias -hasta ocho al menos, aunque el presidente las ha perdido todas- y juicios en los juzgados de Amurrio, el último el pasado día 8. Aunque el inicio de los problemas con el alcalde pedáneo, exconcejal del PP en Valdegovía, se remonta al menos a marzo de 2012, la situación se ha vuelto insostenible no sólo en lo que a las relaciones intervecinales se refiere, sino en el día a día administrativo del concejo de Caranca-Mioma.
En diciembre de 2013, los concejos alaveses estaban llamados a las urnas para elegir a los que durante los próximos cuatro años debían ser los presidentes de las juntas. Unas elecciones en las que se puede votar a cualquier vecino de la localidad. En Caranca-Mioma ganó Jesús Orive, con Miguel Ángel García Molinuevo en segundo lugar y Benigno Calle como vocal. El segundo había presentado varias denuncias contra los dos restantes, especialmente contra el primero, al que los vecinos acusan de campar a sus anchas y actuar como si el pueblo fuera suyo.
El problema es que un año y cuatro meses después de las elecciones, Caranca-Mioma pasa por ser el único concejo en el que el presidente electo no ha tomado posesión de su cargo, “como boicot”, según algunos habitantes. El descabezamiento del concejo llegó a las Juntas Generales de Álava en junio de 2014, en una petición en la que se instaba a la Diputación a tomar cartas en el asunto.
La denuncia llegó incluso al Ararteko, que aconsejó a los afectados promover una moción de censura contra el presidente elegido, pero la Cámara foral subrayó que dicha medida es inaplicable a una junta administrativa. Así las cosas, sin presidente, el concejo no sólo se encuentra completamente paralizado administrativamente, sino que está en serio peligro de desaparecer como tal al no haber presentado las cuentas ni de 2013 ni de 2014, un extremo que según la nueva Ley de Racionalización de la Administración Local serviría para eliminar el concejo y dejar a su junta sin competencias y control.
Por si fuera poco, el Tribunal de Cuentas del País Vasco valoró en 3.000 euros un gasto “en concepto de gestiones administrativas”, que el presidente, según consta en un documento del propio Tribunal, no pudo justificar. Cansados de esperar una solución que no llega y hartos de que el presidente electo no dé señales de vida en su cargo, los vecinos del concejo de Caranca-Mioma han enviado una carta al diputado general, Javier de Andrés, para que haga lo que no ha hecho durante el último año y medio, dar un tirón de orejas a su excompañero de partido y propiciar un cambio de presidencia en la junta para que la administración del concejo se reactive. Mientras tanto, el tablón de anuncios del pueblo de Mioma acumula cartas y certificados de correos pegados por el cartero y dirigidos al alcalde pedáneo, que “ni siquiera se digna en recogerlos”, critican los vecinos.
“Desde que se celebraron las elecciones a los concejos el presidente no ha sido nombrado. A raíz de ello los problemas han ido incrementándose y agravándose considerablemente”, explican en su escrito, en el que lamentan que a pesar de eso “la Diputación Foral de Álava permanece inactiva, dando muestras de su ineficacia y tolerando que parte de la población alavesa se encuentre incapacitada para gestionar los asuntos que les conciernen”, pues los concejos son uno de los últimos ejemplos de democracia real, directa y participativa. Además, sus habitantes recuerdan a De Andrés que “este no es el primer escrito que recibe sobre el tema, un problema que sufrimos los vecinos y del que usted es conocedor”.
Como muestra del estado de tensión y enfrentamientos con el presidente no electo de la junta, en la carta enviada al diputado general los vecinos señalan que, además de las denunciadas intercambiadas por amenazas -“esto va a convertirse en Puerto Urraco” o “por quinientos euros te dejan en una silla de ruedas”, consta en una denuncia presentada en la comisaría de Laudio que se pronunció en el transcurso de una discusión-, apuntan que los caminos y calles del pueblo “están dañados, sucios y con barreras por la suelta incontrolada del ganado” del exconcejal popular, que “considera que cuando saca sus vacas los vecinos nos tenemos que meter en nuestras casas y atrancar las puertas para no dificultar su labor”. Mientras tanto, el concejo sigue parado.
Conflicto. Desde marzo de 2012 los vecinos del concejo de Caranca-Mioma intercambian denuncias por amenazas e insultos contra el presidente de la Junta Administrativa, que fue reelegido en las elecciones a los concejos de diciembre de 2013.
Boicot. Pese a su elección hace un año y cuatro meses, el presidente no ha tomado posesión de su cargo, dejando el concejo paralizado administrativamente y sin haber presentado las cuentas, necesarias para evitar su posible desaparición.