Vitoria - La comisión de investigación de Arabako Lanak concluyó con la reprobación de Javier Ruiz de Arbulo, diputado foral de Administración Local, y un informe de conclusiones con el apoyo de todos los grupos políticos de las Juntas Generales salvo el PP. Para algunas voces, como el colectivo anticorrupción Adi, la comisión no ha profundizado en los entresijos de una gestión demasiado polémica en demasiadas adjudicaciones.

Tampoco se han quedado muy conformes en el Colegio de Arquitectos de Álava, que la semana pasada calificaban las reuniones de la comisión como “una oportunidad perdida” y lamentaban también que los representantes políticos se centraran más en las consecuencias de la fusión de esta sociedad foral con Arabarri y Álava Agencia del Agua que en la competencia desleal denunciaba por el colegio. Además, criticaban que “al parecer por falta de tiempo”, ningún representante del colectivo de arquitectos alaveses haya comparecido en algún momento durante los dos meses que ha durado una comisión en la que, por cierto, la única personas cuya presencia fue requerida pero se negó a comparecer fue Román Santamaría, ex gerente de Arabako Lanak durante casi toda la legislatura y cargo de confianza del Partido Popular.

Diecisiete sesiones de trabajo después, irónicamente nadie parece del todo contento con el resultado del escrutinio al que PP, PNV, PSE, EH Bildu y Ezker han sometido a Arabako Lanak cada martes y jueves hasta el pasado 13 de marzo, cuando el trabajo en las Juntas tocó a su fin. “No sé el resto, pero yo he acabado hasta las narices de Arabako Lanak”, ironizaba Patxi Martínez de Albéniz, procurador de EH Bildu y representante de la coalición en la comisión, en el penúltimo Pleno de la legislatura, cuando las Juntas decidieron reprobar a Javier Ruiz de Arbulo y pedir a Javier de Andrés la destitución de su mano derecha como presidente del consejo de administración de la sociedad foral encargada de la obra pública. Un cargo que, por cierto, ostentó en su momento el propio De Andrés, que conoce como pocos el funcionamiento interno de la sociedad foral.

La figura del diputado de Administración Local, máximo responsable de Arabako Lanak durante toda la legislatura popular, ha sobrevolado la comisión durante la mayor parte de las sesiones, pero el precio político que Ruiz de Arbulo va a pagar por ser señalado como máximo responsable de los problemas surgidos en la sociedad foral va a ser no ya mínimo, sino inexistente.

Para empezar, porque la reprobación no es una figura que conste como tal en el reglamento de las Juntas Generales. Mayor calado tendría sin embargo una moción de censura, pero en las tres ocasiones que EH Bildu ha solicitado la cabeza -metafóricamente hablando- de Arbulo, los grupos de la oposición no lograron nunca llegar a un acuerdo conjunto para poner su firma a dicha petición. Tampoco Javier de Andrés ha decidido prescindir ni siquiera sobre la bocina del que ha sido de largo su diputado más polémico, posibles incompatibilidades en el cargo incluidas.

Así, tras los conflictos con las Entidades Locales, su gestión del Plan foral y su amago de marcha que acabó con la decisión del diputado general de colocar un segundo director en el departamento de Administración Local saltándose a la torera su política de reducción de cargos públicos, parecía que la comisión de investigación de Arabako Lanak iba a ser la puntilla que entonara la despedida de Arbulo del Gobierno foral. Pero eso no ha sucedido.

sospechas y certezas Tras elaborar -y consensuar en la medida de lo posible- el informe de conclusiones, se completó con las actuaciones y adjudicaciones más polémicas, los problemas derivados de la fusión, las irregularidades más patentes y las contrataciones más sospechosas detectadas en Arabako Lanak durante los últimos años, con casos que afectan tanto al anterior mandato del PNV como al actual del PP. En este sentido, la comisión aprobó enviar las conclusiones a los servicios jurídicos de la Cámara foral para que estudien los documentos y decidan si ven justificado que se remitan a la Fiscalía en busca de posibles delitos.

Durante las sesiones, algunos de los casos -la gran mayoría ya conocidos- sobre los que se ha puesto el foco con mayor detenimiento han sido adjudicaciones de obras como las de la carretera entre Leza y Elciego. Un proyecto que con Ruiz de Arbulo al frente de Arabako Lanak se anuló para ser concedido después a otra constructora diferente, y que acabó en el servicio de mediación y arbitraje de la Cámara de Comercio de Álava, que emitió un laudo demoledor contra la gestión del diputado foral.

También el parking de Salinas de Añana ha copado parte de las sesiones, con adjudicaciones no ejecutadas, directores de obra despedidos, y la conclusión final de que Arabako Lanak permitió que una empresa externa se embolsase alrededor de 27.000 euros por unos trabajos que nunca llegó a realizar gracias a una certificación cercana a los 65.000 firmada por el exdirector de la sociedad.

La adjudicación de la UCEIS de Campezo o contrataciones y obras sospechosas en Navarrete o Labastida han sido también estudiadas, aunque los representantes de los partidos se han centrado sobre todo en el errático proceso de fusión de Arabako Lanak con Arabarri y Álava Agencia del Agua, que extirpó las competencias de las dos últimas y dinamitó internamente la primera provocando enfrentamientos entre los trabajadores.