Vitoria - El mazazo les sorprendió el 1 de julio de 2012, cuando el Gobierno central en manos del PP anunció la subida del IVA y el salto de algunos productos y servicios del tipo reducido al general del impuesto. En el caso de las peluquerías y los salones de belleza, éste pasaría del 8 al 21%, un incremento superior al 162% que se materializaría sólo tres meses después. Dicho y hecho. Desde entonces, cerca de 13.600 negocios del sector han cerrado sus puertas a nivel estatal, donde sólo en 2013 y 2014 se destruyeron más de 34.000 puestos de trabajo. Los colectivos que engloban a las peluquerías alavesas no disponen de datos oficiales, pero algunas voces del sector calculan que cerca del 30% de los negocios del territorio o bien han cerrado o han cambiado de manos desde el hachazo impositivo, al tiempo que ocho de cada diez se han visto obligados a reducir sus plantillas.

Ante esta situación cada vez más agónica, las peluquerías han vuelto a dar una desesperada voz de alarma ante el Ejecutivo central para recuperar el IVA reducido que antes se aplicaba a su actividad -ahora el 10%- y así recobrar algo de oxígeno. La exigencia se produce tras el anuncio del Gobierno de que de forma inmediata volverá a reducir al impuesto que grava los espectáculos culturales, el llamado IVA cultural, una medida que ya se aplicó recientemente a las floristerías. El sector exige una “idéntica e inmediata atención, máxime cuando se trata de un sector que afecta a un mayor número de personas y genera muchos más puestos de trabajo”.

Gaspar Pardo, presidente de la Asociación de Empresarios Peluqueros de Caballeros de Álava, reconoce que la situación en el territorio es “dramática total” y, además, “ha derivado en más economía sumergida”, dado que más de un profesional que en su día cerró las puertas de su negocio después lo reabrió en su propia casa. “Ahora seguimos luchando. Nos hemos reunido con todos los políticos a nivel provincial, nos hemos manifestado y vamos a seguir así hasta recuperar el IVA reducido. Es increíble cómo ha afectado esto a las peluquerías, y peor cuantos más empleados han tenido”, advierte.

Éste ha sido el caso, por ejemplo, de todo un gurú de la peluquería local y estatal como Óscar G, cuya franquicia de peluquerías, que llegó a tener hasta seis locales propios y cinco más franquiciados en distintas localidades españolas, atraviesa en la actualidad por una más que delicada situación, tras el cierre de varias de sus tiendas y el de la escuela de peluquería, que inauguró en la calle Sancho el Sabio en agosto de 2012. No hay que olvidar que Óscar Guinea, que da nombre al grupo empresarial, fue galardonado en su día con el certamen Global Salon Business Forum & Awards, donde fue distinguido como líder empresarial en competición con más de 400 establecimientos a nivel mundial.

“Han sido dos años muy duros. Incluso para los que hemos conseguido sobrevivir y seguimos en la brecha, está siendo realmente difícil”. Así se expresa Gorka Nevado, otro experimentado profesional del sector local que ha logrado tirar hacia delante “con recursos de antes” y también “diversificando” su actividad, como sucedió con la transformación del salón que gestionaba en el centro de Vitoria en una escuela de formación.

Nevado apunta a la raíz de un problema que ha provocado una auténtica escabechina para el sector local, que las cuentas de resultados de los negocios no sólo se han visto afectadas por el IVA sino por el incremento de las tarifas de la luz o del agua. “En mi caso, estamos haciendo viguerías para conseguir otros recursos propios”, reconoce el profesional. Nevado confía en que el Ejecutivo central “recapacite”, aunque sea por una mera cuestión de “inercia”, y el sector vuelva a aumentar sus pulsaciones.