En éstas, no está San Pedro esperando con las llaves. Tampoco aguarda al otro lado la vida eterna. Ni falta que hace. No es ése el plan. Las Puertas del Cielo que están a punto de abrirse en Vitoria dan acceso a un paraíso carnal de 300 metros cuadrados donde estamos invitados a poner en práctica nuestras fantasías. Podemos romper el hielo con unas copas o entrar rápidamente en calor. La cosa es rasgar las vestiduras de la monotonía en pareja. Y hacer intercambios, tríos, orgías, recibir, dar, gozar. Hay camas redondas, espejos, oscuridad, luz, juguetes y aparatos de castigo. Lo que queramos para disparar el morbo, para desatar el deseo. Y sí, vivimos en Euskadi. Y aquí no se liga, dicen. Pero esto es otra cosa. Esto es erotismo sin corsés mentales, para novios, casados y solteras, heteros u homosexuales. La oportunidad de hacer realidad húmedos ensueños, de saciar esos apetitos que se despiertan con una mirada, un roce, con la piel entera. Sexo. Puro sexo libre. Sin más compromiso que el de respetar a los demás y dejarse llevar. Y no es nada caro, por cierto.
¿Que dónde se ubica el local? En una zona discreta, justo detrás de la torre verde del Boulevard de Salburua, calle Gabriela Mistral. Todavía no funciona, pero seguramente lo esté haciendo antes de Carnavales -vaya momento conveniente-, pues la página web anuncia una fiesta para entonces. Veremos qué pasa cuando llegue la hora: si la gente con ganas, que seguro que la hay, decide dar rienda suelta a sus fantasías o si opta por ser fiel al conservadurismo de estas tierras y las mantiene encerradas en la intimidad de su pensamiento. Porque el requisito principal es, simplemente, ése: querer compartirse. A partir de ahí, cualquier persona podrá acudir al local y, si lo hace en pareja o es chica, disfrutar de todas las instalaciones. Si es hombre y va solo, no podrá pasar de la zona de copas. Cuestión de género que también se nota en el precio y que tiene su razón de ser: no desequilibrar la balanza con exceso de testosterona, pues la teoría dice que, a priori, ellos acuden más que ellas a lugares propicios para el roce. Otra cosa son ya las triquiñuelas que luego haga cada cual para poder entrar como sea, y con el menor precio, hasta el fondo.
Las Puertas del Cielo se abrirán cinco días a la semana, a partir de las seis de la tarde. Los miércoles y jueves, las parejas pagarán 30 euros, incluidas dos consumiciones, mientras que las chicas solas tendrán acceso gratuito. Los viernes, sábados y domingos, los novios y casados tendrán que apoquinar 50 euros, con cuatro copas, las chicas solas diez euros con una bebida y los chicos solos, 50 con dos consumiciones. Las entradas incluyen taquilla de uso único equipada con enseres de baño (toallas, sábana desechable, zapatillas, kimono y preservativos). La higiene y la seguridad son fundamentales, porque hablamos de sexo entre desconocidos, aunque nadie está obligado a tenerlo así sin más. De hecho, todo está preparado para evitar situaciones comprometidas. Una vez dentro, hay que elegir entre llevar una pulsera roja o verde. La roja indica que no deseas conocer a terceras personas ni participar en fiestas sexuales o intercambios. La verde, lo contrario, que estás abierto a lo que sea si el plan te gusta.
Ya en el interior, la recomendación es integrarse poco a poco, sin prisas, sobre todo si es la primera vez. El local dispone de una pista de baile, barra de bar y un agradable espacio de butacas y sillones, donde tomar algo tranquilamente e iniciar aproximaciones, para ir entrando en materia, con educación, elegancia y buen gusto, sin forzar. Y después... Al turrón. Según las apetencias, hay distintas instalaciones. La más especial es la habitación VIP, destinada a clientes especialmente exigentes y discretos, con entrada privada para mantener por completo el anonimato y un aforo máximo de seis personas. Su principal particularidad es que está provista de un cristal de espejo que permite a quienes se encuentran dentro ver a las personas que están en el área de copas sin que éstas les puedan observar. Además, cuenta con una cama king size, aseo, ducha, sofá y accesorios de juego. Quien la quiera deberá reservarla con antelación y pagar un extra. Es lo que tiene la exclusividad.
Los clientes que deseen disfrutar del sexo con más de una persona, pero sin tantas alharacas ni gastos añadidos, tendrán a su disposición una cama redonda de tres metros dentro de una habitación roja con diversos juegos eróticos. Los que también quieran orgías pero con todavía menos intimidad podrán tener sus citas en un lecho de grandes dimensiones separado de las miradas por una simple cortina negra semitransparente. Luego está el cuarto blanco, ideado para personas juguetonas y románticas: está formada por una cama de forja del mismo color, una mosquitera y unas cintas con las que dejar volar la imaginación. Y siguiendo esa línea, se ofrece una habitación estrellada, que es como el cuarto oscuro de toda la vida pero con un techo celeste para emular una noche de pasión al aire libre. Obviamente, cuarto oscuro a secas hay. Y una habitación forrada de espejos, para los que les gusta disfrutar del asunto mirándose desde todas las perspectivas. Y, cómo no, la mazmorra, con aparatos de castigo para los amantes del sadomasoquismo.
En un alarde de imaginación, este pub incluye un lugar casual donde emular encuentros eróticos. Es como una especie de parque con una farola, una fuente, un columpio y un banco en el que sentarse a mirar o a esperar a ver lo que ocurre. También existe un confesionario, donde el pecado de quien entre será no entregarse a la fantasía. Las parejas usarán este espacio como quieran y los clientes que estén solos podrán observar por la rejilla o por la cortina. Para rematar, quienes quieran poner a remojo su inquietud podrán hacerlo en un jacuzzi con espacio para seis. Vamos, que disfrutar disfrutará todo el mundo seguro en Las Puertas del Cielo.
Habrá lectores que estarán pensando, a estas alturas del artículo, que les gustaría probar la experiencia pero que no lo harán por la vergüenza de encontrarse con gente conocida. Los responsables del establecimiento saben que existe ese temor, que es un sentimiento lógico, pero recuerdan que las parejas que acuden a este tipo de lugares lo hacen por el mismo motivo que uno mismo. Así que, ¿por qué preocuparse? O, más aún, ¿por qué no alegrarse? Tal vez un encuentro con alguien con quien la relación es profesional o de hola y adiós se convierta en una experiencia de lo más satisfactoria, en una fantasía hecha realidad. También sería un error frenarse por tener miedo de no gustar. Lo que se valora en este tipo de locales no es tanto el físico como la actitud, aunque desde el pub reconocen que, para ayudar a crear un ambiente erótico, conviene ponerse guapos. No hace falta vestirse como para una boda, pero tampoco basta con llevar la misma ropa que para bajar a comprar el pan. Las chicas suelen cuidar mucho su lencería y no se bajan de los tacones. Y ellos se esmeran para parecer atractivos.
Qué cosas. Vitoria, la antigua ciudad de curas y militares, referente verde y gastronómico, está a punto de convertirse en Sex Capital con un pub de ocio sexual temático único en el norte de España. Si el turismo sigue creciendo a lo largo de este año, ya sabremos a qué atribuir el incremento. Las Puertas del Cielo quieren abrirse para no cerrarse. Para que Salburua sea más humedal que nunca.