gasteiz - El Ayuntamiento anunció en julio la creación de una nueva línea de autobús de Tuvisa, la L-10, llamada a solucionar los graves problemas de transporte público que tienen los vecinos, sobre todo de Zabalgana, debido a la saturación del servicio que une el barrio con el centro y sigue su camino hacia Salburua (L-6). Anunció primero que empezaría a funcionar en octubre, luego en diciembre, después en enero y ahora no hay fecha. Este constante incumplimiento de plazos y de planificación está acabando con la paciencia de los usuarios, que ya consideran inaceptable el servicio, sobre todo, después de lo ocurrido en navidades: horarios que no se han cumplido, urbanos saturados por la menor frecuencia los días de fiesta, padres con coches de niños que se quedan tirados en la parada etc. Quejas que a diario reciben los chóferes a quienes los viajeros no cesan de preguntar cuándo se va a poner en marcha de una vez la L-10. Algunas de estas protestas no llegan de forma oficial al Ayuntamiento porque los afectados se las transmiten a los conductores o lo lamentan con el resto de viajeros que espera en la parada. Pero otras sí llegan. Los usuarios de la L-6 han escrito sus protestas explicando su malestar en el buzón ciudadano, llamado al 010 e incluso la asociación del barrio ha presentado un escrito. Además, al menos dos concejales del Ayuntamiento presencian a diario el problema, ya que utilizan este mismo autobús.

¿Qué hay detrás de este continuo retraso en la puesta en marcha de la futura línea 10? El gobierno de Javier Maroto asegura que los cambios en la vía pública para la puesta en marcha del nuevo itinerario ya han concluido, en general, a falta de alguna mano de pintura y señalización. La obra más gorda está hecha, la del carril-bus que discurre bajo el puente de Ariznavarra. ¿Por qué no se pone en marcha entonces? Explica el PP que para que el arranque de esta nueva línea de transporte urbano afecta a otras (L-2, L-5, L-6 y L-7) que cubren áreas próximas a la que dará servicio la L-10, algo que ya se sabía. Y que Tuvisa -explica el gobierno- está haciendo ahora esos trabajos de coordinación. Una “falta de planificación” inaudita, por ejemplo, para la asociación de vecinos Zabalgana Batuz que el martes volvió a preguntar la fecha de inicio en el consejo territorial de Hegoalde sin obtener respuesta. “Anunciaron la creación de esta línea en julio y seguimos igual; hay que planificar mejor las cosas”, lamenta Javi López de Robles. “Y encima dice el otro día un concejal que no tienen constancia de que haya habido quejas; es una vergüenza; hay que poner fin a esto”, añade.

De la misma opinión son los chóferes con los que ha hablado DNA. Ellos cubren a diario la línea 6 de Zabalgana y la lanzadera 6-A que alarga el recorrido hasta Aldaia, hasta el final del barrio. Son los que ponen la cara y, por tanto, los que denotan cada día la impaciencia de los usuarios, y sólo pueden dar la callada por respuesta porque nadie les ha informado de la entrada en funcionamiento de la L-10. Tampoco al comité de empresa de Tuvisa. “No sabemos nada, sólo que se aplaza sin fecha por problemas técnicos”, señala Miguel Aransay.

Además de las labores de coordinación con otras líneas, la puesta en marcha de un nuevo servicio requiere más autobuses, en el caso de la L-10 entre siete y ocho vehículos, explica este miembro del comité de empresa. Aransay piensa que no hay vehículos suficientes, aun recortando de otras líneas y de servicios especiales ni dinero para la compra de autobuses nuevos. El Ayuntamiento niega este extremo. “No es una cuestión de falta de autobuses, hay vehículos suficientes”, asegura el gabinete de Maroto. El comité aclara, por su parte, que el problema tampoco es de personal, ya que Tuvisa cuenta con una bolsa de trabajo de casi cien personas. “Otra cosa es que no haya presupuesto suficiente”, puntualiza Aransay.

La nueva línea de autobús seguirá uniendo los barrios de Salburua y Zabalgana, como ahora hace la L-6, pero prestando servicio a más zonas y usuarios de ambos barrios. Así, la L-10 llegará a Larrein, por Salburua y hasta Aldaia, por Zabalgana, eliminando la actual lanzadera que los residentes de este sector de la ciudad toman cada día para enlazar con un segundo autobús que les acerque a otras zonas de Vitoria, ya que la lanzadera únicamente recorre la calle Naciones Unidas. La L-10 atravesará la ciudad por el centro de oeste a este. Arrancará en el número 51 de Naciones Unidas junto al bar Black 51, marquesina desde la que ahora parte la lanzadera de Aldaia (6B), hasta Larrein, cruzando hasta el centro de Gasteiz por el nuevo edificio de oficinas municipales de San Martín, la Avenida de Gasteiz, Prado y Olaguíbel.

Para evitar duplicidades de itinerario con la actual línea 6, ésta modificará parte de su recorrido, con el fin de que tenga recorrido de ida y vuelta por el eje Derechos Humanos-Avenida Zabalgana, con paradas enfrentadas donde en estos momentos no las hay.