por ley, cuando una comunidad de vecinos decide bajar su portal a cota cero los locales del edificio están obligados a participar de las derramas en una cuota más o menos proporcional a los metros cuadrados que atesora. Da igual que no se beneficien de la obra, que jamás hayan pisado el portal objeto de reforma. Es más, desde hace pocos años se les pueden expropiar los metros necesarios para instalar el ascensor, lo que está generando situaciones en algunos casos dramáticas.

Hay negocios, denunció ayer la recientemente creada asociación Alaci, que han tenido que echar la persiana, no sólo por no poder hacer frente a derramas que superan los 25.000 euros, sino porque les han comido tanto espacio en el local que se les hace imposible continuar con su actividad. Eso en el caso de los propietarios de la lonja donde explotan su negocio. Luego están quienes tienen arrendado el local, que ven cómo sus inquilinos se marchan cuando ven que su superficie comercial se va a reducir, o bien se ven obligados a rebajar el alquiler, y que además tienen que pagar su cuota para la adaptación del portal.

más cuota que los demás El proceso suele ser el siguiente. Se convoca una reunión y se le explica al propietario del local que se va bajar el portal a cota cero, con el proceso ya avanzado, con una asesoría profesional ya contratada. No suele haber posibilidad, denuncia Alaci, de analizar diferentes soluciones técnicas, de solicitar distintos presupuestos, de levantar una memoria del estado del portal o de realizar un estudio técnico de obra relativo a la accesibilidad. Si sale que sí, se hace, y el propietario del local comercial está obligado a pagar una cuota habitualmente superior a la de los propios beneficiarios, bien sea porque su lonja tiene más metros que los pisos, o porque en su día el promotor estableció porcentajes de participación perjudiciales para los bajos.

La ley es la que es y además es de ámbito estatal, por lo que su modificación es muy difícil, y por ello Alaci se ha dirigido al síndico, al ararteko, al Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Vitoria en busca de mediación. Quieren, explicó el presidente de la asociación, José Luis Gómez, que les ayuden a negociar quitas en casos en los que el propietario no pueda hacer frente al pago, que se puedan renegociar las deudas, o que se liberen ayudas institucionales para pagar las derramas. “Se utiliza la implacable fuerza de la mayoría y los locales sólo se ven con imposiciones, sin diálogo, sin negociación, sin mediación”, señaló Gómez, quien explicó que a veces “hay comunidades que reconocen que la ley no es justa, son todavía una parte pequeña, y aceptan quitas de un tercio, pero la mayoría no quieren dialogar”.

“En la calle -prosiguió- puede parecer que los propietarios de locales son grandes ricos, pero en la mayoría de los casos son negocios familiares, autónomos sin derecho a paro ni jubilación”. Ése es el caso de Ana, que mientras trabajaba compró un local comercial para tener un complemento a su escasa jubilación, y que de golpe y porrazo se encontró con que tenía que ceder 17 metros cuadrados de la lonja que alquiló como lavandería. “¿Ahora qué hago?”, se preguntaba ayer Ana, a quien en el arreglo le retiraron mármoles y tuberías de acero y le colocaron PVC en la fachada. “Le tuve que bajar la renta al inquilino”, afirma.

Ana trató de hablar con el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, aprovechando el lanzamiento de la campaña de reuniones directas del primer edil con comercios vitorianos. Fue en balde. “Le mandé tres cartas certificadas y no he conseguido llegar a él. Me dijo su secretaria que no es su competencia”, afirma.

licencias de obra y votos “¿Cuántos vecinos son?”. “Dieciocho”. “Pues ahí lo tienes, dieciocho votos”, razonaba uno de los presentes en la rueda de prensa de ayer, transmutada en un indignado coloquio en el que hubo quien apuntó además al hecho de que en Vitoria prolifera esta desatención institucional porque “son muchas licencias de obra; es muy jugoso”.

En su pelea por que se les haga caso en las instituciones, Alaci ha recabado el apoyo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava, Fava, cuyo presidente, Ángel Lamelas, ofreció ayer al colectivo “actuar como mediadores, pues los propietarios de los locales están indefensos”. Por otro lado, José Luis Gómez insistió en que Alaci no está en contra de que se favorezca la accesibilidad en aquellos portales en los que haya personas que lo necesiten, lo que ocurre es que al amparo de la ley se están realizando reformas a todo lujo en portales en los que no hay especiales necesidades de bajar el ascensor a cota cero. Desde Alaci, la Asociación de locales afectados por implantación de ascensor nuevo o bajada de ascensor a cota cero y cánones injustos, se hizo un llamamiento a los afectados por esta situación a buscar asesoramiento y apoyo a través de la dirección de correo electrónico cotaovitoria@gmail.com.