ellos son engranajes fundamentales del desarrollo económico de Kuartango y están ahí a pesar de que los tiempos que se viven son difíciles e invitan poco a mantener las actividades agrarias o ganaderas. Pero gracias a ellos, se puede afirmar que hay movimiento económico en esta zona, junto al turismo y algunas actividades deportivas, como la búsqueda de setas, la caza o la pesca.
Para Adolfo Martínez de Santos, de Gilarte, productor de vaca terreña y carne de potro, que vende directamente al consumidor, "con muchos sacrificios e inversiones y no dejando de lado las relaciones con el turismo, se puede llevar a casa todos los meses un sueldo".
Este ganadero cuenta con una explotación de unas 65 vacas terreñas y otros tantos potros, además de algunas cabras y ovejas que complementan su actividad. La comercialización la realiza de dos formas. Por una parte, participando en el programa de la UAGA con el que varios productores se van rotando en el uso de un puesto del Mercado de Abastos de Vitoria y, por otra, a través de la venta directa, bien en sus instalaciones de Gilarte o en las ferias a las que acude, como la del Perretxiko de Zuazo el próximo domingo día 11.
Para Martínez de Santos "vivir en el medio rural es complicado", porque tampoco son muchos los apoyos para poder mantener estas razas autóctonas. La carne de potro va teniendo salida en los mercados, pero muy lentamente todavía y, sin embargo, "a pesar de la crisis, la vaca terreña esta mucho mejor vista" y hay mayor demanda.
patrimonio quesero Tintxo Insausti, pastor y productor de queso de oveja de Sendadiano, cuenta con una ganadería de oveja latxa de más de 300 ejemplares, aunque en ordeño cuenta en la actualidad con 220 animales. Tintxo es un precursor de la ganadería extensiva, en la que ha acumulado mucha experiencia en el mundo del pastoreo y se ha convertido en una voz discrepante sobre la estandarización de los quesos en nuestro territorio y a los que suma los problemas que ha tenido con las bajas en su rebaño debido a proliferación del lobo en su entorno.
Hace unos años "había una gran variedad de quesos en el entorno del Gorbea: quesos de Aralar, Gorbea, Urbasa?, pero se vieron afectados por la estandarización". No renuncia a las innovaciones y a las nuevas técnicas y afirma que "a nadie se le ocurre usar calderos de cobre, cuando es elemental usar de acero inoxidable", pero reclama una mayor reflexión para tratar de recuperar "el patrimonio de los quesos que existió por aquí". De la misma forma que pide prudencia en cuanto a la comercialización: "Cuando se hizo la Denominación algunos empujaban para que nos fuéramos a vender a Madrid, a Estados Unidos o París. Yo pienso que debemos fijarnos más en nuestro entorno, porque en Euskadi hay una gran cantidad de consumidores".
En cuanto al futuro, piensa que éste es viable. "Si eres una persona que no tiene mucho gasto, lo tienes todo pagado y dispones de una huerta puedes hacer muchas cosas. Pero como tengas que meterte en créditos no los pagas en toda tu vida. Para que la gente joven se implique se tienen que mojar más las autoridades", asegura.
'oro negro' Joven, e implicado en un cultivo que requiere paciencia como es la trufa negra de Álava, es Ramón Barrón, de Zuhatzu. Barrón dispone de varias parcelas, con una superficie total de 17 hectáreas. La mayor parte de los árboles son encinas, aunque también hay robles, a los que micorrizó hace cinco años, así que todavía está en fase de espera para empezar a cosechar dentro de dos o tres, ya que son siete u ocho años los que se precisan para tener en producción estas plantaciones.
Barrón explica que "este es un complemento para la economía familiar, no se puede vivir de ellas, entre otras razones porque en esta zona no disponemos de regadío. En cualquier caso, para mí es una apuesta personal el lograr una producción interesante".
El problema es que la crisis económica está afectando a esta actividad en todos los sentidos. "Mucha gente se lo piensa antes de empezar el cultivo, porque se necesita mucho tiempo para entrar en producción. A esto se suma el temor de mucha gente al precio de la trufa y también al uso que la puede dar. En las ferias la gente nos compra, pero muchos preguntan después que cómo se utiliza", advierte.
La trufa negra de Álava se gestiona, mayoritariamente, a través de una cooperativa que suele realizar ferias sobre el producto. Éstas se llevan a cabo en el mes de febrero, ya que la producción se ciñe a los meses de noviembre hasta mediados de febrero. Este año se había previsto que fuera Zuhatzu la que acogiera el certamen, pero ante la insistencia de alguna institución para llevarlo a cabo en Vitoria, como Capital de la Gastronomía, y por culpa de los retrasos con que se gestionó la petición de colaboración con la cooperativa, no se llegó a celebrar. Barrón no descarta que este año 2014 se plantee el celebrarla a finales de año en Kuartango.
coto de setas El medio natural de esta comarca ofrece también otras muchas posibilidades no solo de disfrutarlo, sino de lograr un aprovechamiento económico. Así, el Ayuntamiento aprobó provisionalmente un Reglamento para el aprovechamiento de frutos silvestres, plantas, flores y hongos, que se envió a los representantes de las Juntas Administrativas y que ahora se negocia con la Diputación, aunque la institución foral no tiene demasiada prisa en darle luz verde.
La idea es que para la recogida de setas, frutos, plantas y flores se deberá estar en posesión de una autorización expedida en las oficinas municipales o en los establecimientos colaboradores que se indiquen con el fin de controlar el número de personas que diariamente llegan hasta el término municipal con esta finalidad. Dichas autorizaciones quedarán sujetas al pago de la correspondiente tasa y el importe recaudado será reinvertido en la conservación y limpieza del monte. La autorización se dará a las personas con vecindad en Kuartango que figuren inscritas en el Padrón Municipal y que abonen cinco euros por temporada, así como las asociaciones y entidades con fines de estudio micológico y sin ánimo de lucro.
También podrán expedirse permisos diarios, semanales y por temporada para los no vecinos en un número limitado, que deberán abonar 3, 18 ó 60 euros, según el periodo solicitado.
La ordenanza también establece los días hábiles de recogida y horario, aunque el Ayuntamiento se reserva el poner en marcha un calendario especial de recogida. Las prácticas prohibidas, incluido el tamaño de los frutos, se establecen en que "queda prohibida la recolección de especímenes con menos de cuatro centímetros de sombrero excepto las variedades de Cantarelus, cinereus, lutescens y tubiformis conocidas como trompeta negra, trompetilla amarilla, saltsaperretxiko hori, rebozuelo, saltsaperretxico horilun y Marasmius Oreades, conocida como senderuela, marasmio-jangarri, que será de dos centímetros la medida mínima, y también se explicita que "no se permite la búsqueda de setas portando, aunque no se estén utilizando, rastrillos, ganchos, hoces, azadas, azadillas, alicates u otras herramientas similares, independientemente del tamaño que tengan". Para la recogida de setas se utilizará exclusivamente un cuchillo, navaja o similar.
Además de esta actividad, de la producción de caracoles y de otros productos, en la zona existe una gran riqueza cinegética. Se está tratando de regular, pero, al igual que ocurre con las setas, las Juntas Administrativas están negociando con la Diputación, pero aún no se ha cerrado un acuerdo para renovar el contrato del Coto Social, único en Álava.