no debe haber muchos idiomas a lo largo y ancho del planeta que cuanto más se conoce, menos se usa. El euskera parece ser ahora mismo uno de ellos, a tenor de los resultados del último mapa sociolingüístico elaborado por el Gobierno Vasco que Cristina Uriarte, consejera de Educación, y Patxi Baztarrika, viceconsejero de Política Lingüística, presentaron el pasado lunes. En lo que a Álava respecta el informe es especialmente significativo en muchos aspectos. Así, al igual que está ocurriendo en el resto de Euskadi, el euskera gana terreno en conocimiento pero lo pierde notablemente en su uso cotidiano, especialmente en los hogares.

Por un lado, destacan grandes logros como el porcentaje de población euskaldun, que en los últimos años ha pasado del 4% al 22,9% en Álava. Sin embargo, la subida en su conocimiento no ha logrado aún traspasar la barrera del uso. En la provincia el castellano sigue siendo de largo la primera lengua de uso con un 87,9% de la población, frente al 79,4% de Bizkaia y el 54,4% de Gipuzkoa. Por su parte, el euskera ha pasado a ser la lengua prioritaria para un 3,9% de los alaveses -en 1991 lo era para un 3%-, todavía a años luz del 12,6% para los vizcaínos y el 35,2% para los guipuzcoanos.

Con todo, más allá de cifras, la percepción en las calles de Gasteiz y el resto de poblaciones de Álava es que, efectivamente, el euskera parece haberse topado con una barrera que, a pesar del esfuerzo de los agentes implicados, se antoja tremendamente complicada de saltar. Y es que, tanto en los niños como en los adultos, saber euskera no implica utilizarlo. Algo que se empieza ya a normalizar en la sociedad vasca en general y en la alavesa en particular.

"Hace años nos enfadábamos todos mucho cuando los alumnos en el recreo hablaban entre ellos en castellano, y les insistíamos mil veces en que hablasen en euskera. Pero al final los chavales no lo asumen porque luego no ven ese ejemplo ni en sus casas, ni en la calle ni en ningún lado. Si en los hogares no hay una actitud firme en cuanto al uso del euskera la escuela tiene muy poco que hacer. Parece que suena a justificación, pero es así", explica Iñaki Zubeldia, director de la ikastola Olabide, que refrenda también una de las conclusiones del estudio: incluso en familias en las que todos sus miembros son euskaldunes, el castellano le ha acabado comiendo la tostada a la lengua vasca.

Y eso a pesar de que Álava es la única de las provincias vascas en las que se ha incrementado el uso del euskera en el hogar como único idioma, pasando del 1,3% de 1991 al 2,7%. Con todo, la realidad es que "aunque los padres cada vez saben más euskera lo usan menos en sus casas", apunta Zubeldia, que en el 50 aniversario de Olabide atisba como un verdadero reto conseguir que conocimiento y uso del euskera se equiparen de alguna manera.

"Se ha perdido la voluntad, la militancia la responsabilidad, como lo quieras llamar. No se percibe un ambiente social que llame a tener otra actitud en ese sentido", concluye. Si en manos como las suyas está el futuro de la lengua al educar a los niños y adolescentes, en las de personas como Gorka Arbulu, responsable de AEK en Álava, está el presente de los adultos. En su opinión, "no se puede responsabilizar a los euskaldunes de la utilización que tiene el euskera, como si los no euskaldunes no tuvieran responsabilidad".

En el territorio histórico hay actualmente un 22,9% de euskaldunes , frente a un 19,5% de lo que el estudio denomina "euskaldunes pasivos" y un 57,6% de erdaldunes. Una balanza muy desequilibrada que Arbulu focaliza como germen de esta situación. "Hace ya muchos años dijimos que euskaldunizar la escuela no era suficiente, que los niños iban a salir a un mundo en castellano porque, al final, somos personas y por mucho que aprecies el euskera la lógica que impera es el mínimo esfuerzo y amoldarse a lo que manda la sociedad. Al final lo que ha ocurrido es que en Álava el castellano ha entrado en los hogares euskaldunes, y no al revés", explica el coordinador de AEK. Las diferencias no sólo son notables en la capital alavesa.

Según el estudio del Gobierno Vasco, en los valles alaveses el porcentaje de personas que tienen el euskera como primera lengua es del 2,5% por un 91,1% del castellano. En Rioja Alavesa es del 2,7% frente al 88,6%. En la Llanada, del 3,5% por un 88,3% del castellano, y sólo en las estribaciones del Gorbea los guarismos se elevan un poco, con un 19,5% de euskaldunes por un 70,6% que tiene el castellano como primera lengua.

"El handicap que tenemos en Araba es que es muy fácil vivir en castellano, y en euskera no es tan fácil ni tan cómodo. Pero hay mucha gente que conoce el idioma y, si la primera palabra con la que nos dirigiéramos a ellos fuera en euskera, nos llevaríamos muchas sorpresas porque hay mucha gente que está dispuesta a utilizarlo. Esa primera palabra en euskera es muy importante", sostiene Ángel Olalde, coordinador del Araba Euskaraz, que lamenta también el hecho de que "conocimiento y utilización no vayan parejos". Otro agente activo e importante en el fomento del euskera en Álava es el colectivo Geu, responsable entre otras cosas de la iniciativa Mintzalaguna.

Su coordinador, Eñaut Iraeta, admite que en última instancia, en Gasteiz "el entorno no euskaldun empuja al que sí lo es a comunicarse en castellano". "Nosotros nos centramos en impulsar su uso", incide antes de asegurar que, en lo que al apoyo institucional se refiere, Álava tiene un lastre del que carecen Bizkaia y Gipuzkoa.

"Hay una gran diferencia en ese ámbito en las diputaciones, entre la de Araba y el resto. Nosotros tenemos más barreras para desarrollar nuestro trabajo y llegar a más gente", lamenta Eñaut. De cualquier forma, gracias a agentes sociales como ikastolas, euskaltegis, iniciativas como el Araba Euskaraz y colectivos de fomento del euskera, Araba camina con paso firme, aunque a veces trastabillado, hacia un destino cuya carretera es larga y sinuosa. Un viaje hacia la euskaldunización que, como todo, seguirá requiriendo de la unión de sus protagonistas.