lapuebla de labarca. Alrededor de 3.000 personas abarrotaron la iglesia de Santa María de Lapuebla de Labarca y las calles de alrededor para acompañar a la familia de Vicente Garrido durante la misa funeral que se celebró en su memoria. En el pueblo aguardaban la llegada de muchas personas, ya que el joven, fallecido al caer al río Ebro el 1 de diciembre, era muy popular. No obstante, la realidad desbordó todas las previsiones. El templo estaba totalmente lleno y todas las calles que lo rodean, hasta la carretera, se llenaron de personas con un respetuoso silencio, mientras los miembros de la Ertzaintza regulaban el tráfico y trataban de que los vehículos no taponaran la circulación.
Tanto en la homilía, como en los comentarios posteriores a la celebración religiosa, se destacó el carácter alegre y participativo de Garrido. Entre los asistentes se encontraba la novia del joven que, a través de sus padres, transmitía su gratitud a los cientos de voluntarios que trabajaron durante 19 días para tratar de localizarle. Por su parte, los padres, emocionados, intentaban ocultar la tensión acumulada durante estas semanas transmitiendo entereza mientras recibían el pesar de las personas que acudieron a la misa.
Al acto religioso acudieron también algunos de los responsables de los equipos de rescate que han trabajado estos días en La Poveda, como José Antonio Fernández Cagigas, coordinador de Emergencias en el Gobierno Vasco, pero no hubo más autoridades que el alcalde de la localidad, Daniel Espada.
Los restos del joven fueron incinerados en la mañana del sábado en Logroño, en las instalaciones de Mémora, y sus cenizas entregadas a los padres al mediodía. >p.j.p.