gasteiz. Separarse es un proceso lento y traumático, a veces más para una parte que para la otra. Si las peleas ya son constantes y el papeleo farragoso cuando el divorcio es entre dos personas, hacerlo entre dos territorios eleva todos los problemas al cuadrado. Bien lo saben los vecinos de Trebiño, que a punto de entrar en pleno 2014 continúan asistiendo casi diariamente al goteo de decisiones que deberían acabar de una vez por todas con la anexión a Álava. Ayer, la maratón hacia la segregación cruzó un nuevo punto de control.
La Comisión de Instituciones de la Cámara vasca aprobó el dictamen necesario para llevar al Congreso de los diputados una propuesta para, a través de una ley orgánica, cumplir los deseos de la práctica totalidad de los vecinos de Trebiño y formar parte de la provincia alavesa. La novedad consiste en este caso en que, mediante este sistema, no sería necesario contar con el visto bueno de Castilla y León, que construye un muro de acero alrededor del Condado de Trebiño en cuanto alguien susurra la palabra "segregación".
La propuesta contó ayer con la aprobación de PNV, EH Bildu y PSE. Partido Popular y UPyD se abstuvieron, al considerar ambos que el procedimiento no es el adecuado porque no respeta el Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Recientemente, los alcaldes de Trebiño y Lapuebla de Arganzón, impulsores de esta nueva -y esperan que definitiva- intentona, ya pedían al PP alavés que apoyara su causa "sin fisuras" y no intentaran abrir nuevas vías que ralenticen cada vez más un proceso de segregación que ahora cuanta con más apoyo que nunca.
Y es que los populares alaveses insisten en responder con un "sí, pero..." cada vez que se les cuestiona sobre la unión de Trebiño a Álava. "Sería imperdonable que con el consenso que hay en esta ocasión no seamos capaces de llegar a un acuerdo en las formas. Sería para colgarnos", apuntaban recientemente en su comparencia en las Juntas Generales. Ahora, la aprobación en el Parlamento Vasco de este nuevo requerimiento supondrá que, en una fecha aún por concretar, el dictamen será votado en el Congreso de los diputados, donde la mayoría absoluta del PP tendrá mucho -más bien todo- que decir al respecto.
Antes, la Cámara vasca deberá aún poner el sello definitivo al documento acordado ayer y designar a los parlamentarios que defenderán la iniciativa en Madrid. La luz verde que el Parlamento Vasco dio ayer a la petición de Trebiño llega después de que el pasado mes de marzo los dos ayuntamientos, Trebiño y La Puebla de Arlanzón -ambos gobernados por agrupaciones independientes- aprobaran, con la negativa del PP, pisar el acelerador e iniciar los trámites para su desconexión definitiva de Castilla y León. Ya en junio pidieron al Parlamento que instara al Congreso de los diputados a votar por la segregación, pero no fue hasta ayer cuando los parlamentarios vascos dieron, salvo PP y UPyD, vía libre a su deseo. Madrid tomará la palabra.