¿Existen las señales del destino? Justo ahora que Vitoria afronta su sprint final en la carrera por ser Capital española de la Gastronomía, la ciudad que ha ostentado el título durante este año ha decidido pasearse hasta el 31 de diciembre por Gasteiz desde Angulema hasta Lakua y Abetxuko. A bordo del tranvía, Burgos apura los últimos rescoldos de su reinado con una campaña de promoción turística sobre raíles que destaca la repercusión internacional del reconocimiento. Por eso, el eslogan escogido ha sido En Londres y Nueva York hablan de nosotros. Burgos, mucho que ver, mucho que contar. Las reseñas y reportajes publicados en varios periódicos ingleses y norteamericanos olvidan por un instante esa magnífica catedral gótica declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO y animan a conocer la localidad castellanoleonesa por su arte en los fogones. Que sus lectores sean luego capaces de encontrarla en el mapa y viajar hasta allí es otra historia. Pero la semilla está sembrada. Y Vitoria también la desea para sí.

La capital alavesa quiere creer en el poder del título enogastronómico, del que Burgos ya da fe gracias a los aplausos internacionales. El procedente de The New York Times, uno de los periódicos de más prestigio de Estados Unidos, fue especialmente impactante. Este diario eligió a la ciudad castellana como el mejor destino turístico de toda España en 2013 y el 25 del mundo, que se dice pronto, a raíz de su designación como epicentro gastronómico. The Times tampoco se quedó atrás y, en un amplio reportaje, calificó a Burgos como una urbe "con ingredientes atractivos" y una gran calidad de vida. Para entonces, el título con más sabor del Estado estaba en boca de miles de expertos que viven del paladar en todo el mundo. Y llegó la reseña del Daily News. "Burgos abraza su herencia culinaria con una perfecta mezcla de lo antiguo y lo moderno". ¿Acaso no lo consigue también Vitoria?

Cierto es que tan sólo de piropos no viven las ciudades. Las candidatas a ser Capital de la Gastronomía confían en que el título las convierta en un polo de atracción para los viajeros y aumente el consumo en los establecimientos hosteleros. Por eso, las tres instituciones que han hecho frente común para convertir a Vitoria en ganadora han decidido abonar juntos los 125.000 euros que exige la organización en concepto de difusión y apoyo a quien triunfe. El Ayuntamiento gasteiztarra pondrá 55.0000 euros, la Diputación alavesa 40.000 y el Gobierno Vasco 30.000. La inversión, según las noticias publicadas desde Castilla y León, podría merecer la pena. Burgos se ha convertido en el núcleo urbano de su comunidad que más turistas recibe y han crecido sus visitantes en un 5,6%. Un aumento que atribuye, aunque tal vez no sea el principal factor, al galón más sabroso inventado en España.

La campaña que Burgos ha echado a rodar en Vitoria, y también en los autobuses urbanos y el tranvía de Bilbao, tiene como fin sacarnos de casa para llevarnos a la suya. Los gasteiztarras siempre han estado entre sus mejores clientes, gracias en parte a la cercanía, pero puede que con las iniciativas especiales de su reinado lo seamos todavía más. "La decisión de promocionar la ciudad en el País Vasco viene motivada por el número de visitantes que de esa comunidad vienen a Burgos", destacan desde sus instituciones. Según los últimos datos estadísticos, cerca del 11% de los turistas procede de Euskadi. El cuarto puesto, sólo superado por Madrid, las provincias de Castilla y León y Cataluña. A la inversa sucede prácticamente igual, así que es probable que Javier Maroto ya esté tomando nota si Vitoria gana la batalla.

empujar desde casa Todas las localidades que han sido o quieren ser Capital de la Gastronomía parecen ver en el prometido impacto turístico el acicate definitivo para batirse en duelo. Sin embargo, hay quienes aseguran que el título es más importante por su repercusión local. Las personas que construyen día a día su ciudad, sobre todo si ésta no es especialmente visitada, pueden resultar determinantes en el éxito de las acciones que se pongan en marcha con el título. Ardoaraba, la feria del vino recientemente celebrada, ejemplifica bien esa capacidad de empujar una urbe desde dentro. Aunque vengan a bebérsela gentes de todo Euskadi, La Rioja y Castilla y León, son los gasteiztarras quienes la han convertido en un exitoso evento con una entrega apasionada que se ha vuelto incondicional. Ellos, los de casa, han llenado las carpas, recorrido los bares, vaciado las botellas y devorado los pintxos. Por eso, es importante acertar en el diseño de las iniciativas que han de dar sabor a este reconocimiento.

Burgos ha hecho de 2013 un banquete de experiencias gustativas. Desde abril, más de setenta establecimientos preparan menús y tapas capital. Los primeros ofrecen una extraordinaria variedad de platos y conceptos gastronómicos por un módico precio y las segundas, por tres euros, permiten saborear jugosas recetas en tamaño pequeño con vino de Ribera o de Arlanza. Además, a lo largo del año se han ido celebrando todo tipo de iniciativas: un concurso de tapas dulces, una feria de morcillas, jornadas micológicas, un encuentro de quesos, una feria de la manzana... Y la primera cena gourmet de Burgos. Diecisiete cocineros elaboraron un menú exclusivo con cocktail por 65 euros para homenajear a la capital española de la gastronomía. No faltaron los chefs Antonio Arrabal y Miguel Cobo, finalistas del programa Topchef.

Ningún vitoriano ha participado en la primera edición del exitoso concurso televisivo, pero quien lo presenta conoce bien el talento que se cuece en nuestros fogones. El cocinero Alberto Chicote se ha convertido en un firme defensor de la candidatura gasteiztarra. "Es un paraíso. Me encanta", ha llegado a asegurar el madrileño, convertido ya en un asiduo de la capital alavesa. Otros chefs que han plasmado su firma en las hojas de adhesiones son Karlos Argiñano y su hermana Eva, Juan Mari Arzak y su hija Elena, Martín Berasategui, David de Jorge y Pedro Subijana. Y a las suyas se suman las de miles de ciudadanos. Una presión fundamental en la recta final de la batalla con Huesca, Valencia y Sant Carles de la Ràpita. Sólo quedan cuatro días para conocer el veredicto.