Amurrio. Del puerto de Bermeo han zarpado este año dos barcos con destino al norte de Europa cargados con 3.000 toneladas de madera, de las que 750 eran troncos talados en los montes de Amurrio. En su destino se convertirán "sobre todo en embalajes y material de construcción, aunque los que menos nudos presenten también se destinarán a la fabricación de muebles", explica a DNA Javier Bitorika, concejal amurrioarra de montes que fue testigo del traslado de los pinos al interior del buque.
Y es que el momento era digno de contemplarse, ya que "llevamos cuatro o cinco años sin realizar ventas de madera debido al bajo precio del mercado, a excepción de los aprovechamientos a los que nos obligaron el ciclón Claus en enero de 2009 y el Xinthia en febrero de 2010", matiza Iñigo Mínguez, técnico de montes de Amurrio, en referencia a los árboles que derribaron ambos vientos semi-huracanados y que "tuvieron que venderse por un precio inferior a su valor o, para entendernos, como madera de segunda".
De hecho, hicieron falta casi dos años para que los montes de la villa ayalesa comenzaran a salir del caos en el que los dejó el paso de estos vendavales y, en consecuencia, los expedientes forestales de los últimos años prácticamente se han limitado a enumerar los aprovechamientos de los montes públicos en lo que a caza y pastos, se refiere mientras se sacaba del monte la madera dañada. De esta forma, durante 2011 y 2012 los beneficios de los recursos madereros fueron nulos, "pero este año, visto que teníamos parcelas a las que les había llegado el turno de corta, se sacaron a subasta cinco lotes", indican los técnicos. Sin embargo, los lotes quedaron desiertos "porque ninguna empresa pujó por ellos, así que se optó por un nuevo concurso, al que se invitó a diez empresas, pero con un precio de salida un 10% inferior". En esta ocasión sí hubo compradores, ya que la empresa Etorki adquirió un lote y la firma Basoekin se quedó con los otros cuatro, que son los que han embarcado hacia Europa.
Sólo el 85% de lo talado se considera maderable, mientras que el resto se emplea en la fabricación de papel y, cada vez más, para convertirlo en astillas para biomasa. En cuanto al beneficio obtenido "aún no tenemos la cifra exacta, ya que se emplea el método de venta a resultas; es decir, la madera se adjudica a un precio sin saber la cantidad que hay en un lote y éste se cobra tras medirlo una vez metida a camión", puntualizan.
Plan de reforestación Una vez vendida la madera de estos pinares -calculan que en torno a 50 hectáreas que han sido taladas este verano- es preciso proceder a la forestación de las parcelas cuanto antes, a fin de evitar la erosión del suelo y eludir la degradación del paisaje o la pérdida de productividad. También se van a reforestar las 26 hectáreas aproximadas que dejaron calvas los ciclones Claus y Xinthia, y todo ello se hará conforme se establece en el Plan de Ordenación de los Montes Públicos de Amurrio.
Teniendo en cuenta que 76 son un gran número de hectáreas a reforestar, se ha redactado un plan en cuatro fases, cifrado en 220.000 euros, y la primera se ha adjudicado esta misma semana por 36.700 euros, aunque su precio de licitación fue de 52.000 euros. En concreto, esta primera intervención plantará antes de finalizar el año en torno a 19 hectáreas, de las que 14,5 serán coníferas y el resto de frondosas tales como roble, abedul, secuoya y arce. Y es que, por su productividad y mercado, pinus radiata sigue siendo la especie en que se basa la mayor parte de la producción de madera de coníferas. Sin embargo, riesgo sanitarios, de mercado y de impacto paisajístico hacen necesario contemplar medidas de diversificación en las masas forestales.
En la segunda fase de 2014 se seguirán plantando coníferas y regenerando el monte con frondosas en una superficie de algo más de 16 hectáreas, pero también se contemplan otras intervenciones que tienen que ver más con los usos ganaderos y de educación ambiental. "Se trata de algo bastante novedoso, ya que en el parque natural de Goikomendi se van a realizar actuaciones específicas para la gestión silvomicopecuaria de unas 14,60 hectáreas con pino marítimo, castaño y roble americano, con un régimen silvícola compatible con la producción de forraje y aprovechamiento de hongos", explican.
Por lo que respeta a la preparación de terreno "para que dentro de ocho o diez años puedan eclosionar en Goikomendi especies micológicas tales como níscalo y boletus", el año próximo se creará una especie de dehesa con planta micorrizada que lleva esporas incorporadas, para completarla en 2016 con la plantación de las especies arbóreas citadas, que son las idóneas para el surgimiento de hongos y setas.
Esta cuarta fase está cifrada en otros 45.718 euros. En la tercera de 2015, "se prevé seguir reforestando otras 26 hectáreas de monte, localizadas en grandes superficies como Basatxi, Iperraga y Oñola, con una inversión de en torno a 54.000 euros", sentencian, no sin antes señalar que "todas estas actuaciones llevan pareja la consiguiente contratación de dirección de obra y coordinación de salud, para evitar accidentes". A nadie se le escapa que trabajar en el monte entraña sus peligros.
Por otro lado, se ha dejado en manos de la empresa Baranbio Forestales, por un importe de 9.710 euros, diversos trabajos de poda y clareo en plantaciones del monte público, que son necesarios para asegurar el correcto desarrollo de las plantaciones, así como para asegurar unos fustes libres de nudos, que puedan disponer posteriormente de un mejor precio en el proceso de venta. En concreto, se trata de 90.868 metros cuadrados de pino insignis distribuidas por seis parcelas de Okeluri, Pagatza, Kastañotxubieta, Kukuxparro, Bosque Acebos e Izarza; así como un hayal de 9.161 metros cuadrados en Goikomendi y una superficie de 16.335 metros cuadrados de fresnos en Kuxkumendi.