caminar por las principales arterias de Salburua y Zabalgana, los penúltimos exponentes de la expansión urbanística de Gasteiz, cada vez se asemeja más, salvando las distancias, a hacerlo por cualquier barrio consolidado de la ciudad. Los comercios y los establecimientos de hostelería proliferan en ellas desde hace ya bastante tiempo y sus vecinos cada vez tienen una mayor capacidad para hacer vida allí, sin necesidad de coger el coche o el urbano para trasladarse al centro. Panaderías, fruterías, carnicerías, cajeros automáticos, supermercados... La avenida Juan Carlos I, el bulevar de Salburua o la avenida Zabalgana son, en este sentido, tres claros ejemplos de que el despertar de cualquier nuevo distrito siempre estará ligado al florecimiento de su actividad comercial. Tres vías en las que a día de hoy incluso pueden encontrarse negocios más atípicos para un barrio de nuevo cuño como varias clínicas dentales, un taller de neumáticos, herboristerías, bazares chinos e incluso un spa canino.

Un buen ejemplo de que los comercios especializados comienzan a abrirse ya paso en los nuevos barrios lo representa Mendiko Denda, que ya cuenta con tres negocios en la propia Juan Carlos I de Salburua, en la avenida Reina Sofía de Zabalgana y en la calle Donostia de Lakua. Begoña Caño, al otro lado del mostrador del primero de estos establecimientos, pone en valor la calidez que proporciona un comercio de proximidad como éste en contraposición a las grandes superficies. "Ofrecemos un trato más familiar y cercano e incluso hacemos un poco de psicólogos con algunos clientes", bromea.

Se trata, en definitiva, de una "tienda de barrio" en la que pueden encontrarse además productos con lábel alavés como la carne de ternera de Bernedo y la de potro de Azazeta, que el responsable del negocio cría, mata e incluso envasa, alubia pinta, miel y patata también producidas dentro del territorio y otro género más habitual en cualquier supermercado como los embutidos, el pescado congelado, los lácteos o todo tipo de bebidas.

Claro que a los jóvenes vecinos de estas avenidas principales y a los de sus calles y plazas aledañas también les tocó sufrir en su día, cuando Salburua y Zabalgana comenzaban a poblarse, lo que supone vivir en lo más parecido a un páramo, donde encontrar cualquier tipo de comercio requiere desplazarse varios kilómetros. Donde casi exclusivamente había unos pocos bares. Este escenario se ha trasladado ahora a la periferia de la periferia de la capital alavesa. Al este, a nuevos barrios como Larrein o Arkaiate, y al oeste, a Mariturri o Aldaia.

Si bien es cierto que un reciente informe del Ayuntamiento de Gasteiz constataba que la ciudad por fin comienza a tomar aire con la apertura de 38 nuevos negocios y locales de hostelería en la primera mitad de 2013, muchos de ellos en sus nuevos distritos, la realidad dicta que pasará todavía bastante tiempo hasta que se alcance un verdadero equilibrio. Hasta que en los barrios más nuevos de la capital alavesa, como los cuatro ya citados, comiencen a emerger comercios minoristas de todo tipo. Porque las panaderías, las carnicerías o las fruterías ni están allí ni por el momento se las espera.

los primeros Al igual que sucediese tanto en Salburua como en Zabalgana, los bares siguen siendo los primeros negocios en instalarse en aquella zona donde comienzan a llegar nuevos residentes. Un buen ejemplo de ello lo representa Green Arkaiate, el primer bar-restaurante con el que cuenta este distrito. El local, que se ubica al final del paseo de la Iliada, abrió sus puertas el pasado julio y a pesar de encontrarse "a un kilómetro de Salburua", según advierte su responsable, Gorka Uriarte, cada vez cuenta con una clientela más fiel. "Vamos poco a poco, trabajando sobre todo el fin de semana, porque todo esto está en proyección y mucha gente ni siquiera sabe que aquí hay un bar", asume.

El hostelero reconoce que la apertura de otro tipo de negocios daría un plus a esta zona, por ahora desértica, a medio urbanizar y con solares atestados de malas hierbas. Así lo entiende también Ioseba Martínez de Gereñu, portavoz del colectivo vecinal Salburua Burdinbide. "No queremos un barrio dormitorio, sino que esté vivo. Y para eso hace falta que haya comercio. Claro que si no se hace atractivo, si no se urbaniza, nadie va a querer instalarse ahí", lamenta.

La asociación se encuentra a la espera de mantener una reunión con el concejal de Urbanismo, Miguel Garnica, precisamente para trasladarle su malestar por las pésimas condiciones en que se encuentra la cercana plaza Celedón, "donde no hay por ahora absolutamente nada, salvo el barro". Justo en sus inmediaciones pronto abrirá el segundo negocio con el que contará Arkaiate. Adivinanza, ¿qué será? Lógicamente, otro bar.

"Históricamente, en todos los barrios nuevos lo primero que se abre son bares, porque mientras hay obra tienes clientela fija y ya comienzas a hacer dinero", justifica Martínez de Gereñu, quien insiste en su reivindicación de que sin comercio "un barrio nunca tendrá vida ni personalidad". A juicio de Uriarte, el hecho de que los bares sean siempre los primeros en instalarse en los barrios jóvenes quizá se explica desde un punto de vista más cultural. "Al final siempre hay más bares por persona que otro tipo de negocios en cualquier zona de la ciudad", razona el profesional.

aldaia y mariturri Los vecinos de los barrios que abrazan a Zabalgana y marcan los límites de la ciudad por el oeste, como Mariturri y Aldaia, también echan de menos comercios que no sean exclusivamente locales hosteleros. Silvia Gómez, que reside en la calle Labastida -a caballo entre Aldaia y Zabalgana-, reconoce que casi siempre se ve obligada a acudir a las grandes superficies más cercanas -E.Leclerc y Eroski- a realizar sus compras, ante la falta de negocios que todavía se encuentra en la zona. A medida que el interesado se aleja de las avenidas de Zabalgana o Reina Sofía, los bloques de viviendas y los solares y las lonjas vacías comienzan a copar todo el protagonismo. "Lo que más echo en falta es una buena carnicería y charcutería y una frutería, algo que me pueda evitar ir al E.Leclerc", certifica Gómez. En Aldaia, apenas puede encontrarse un pequeño supermercado de alimentación, prensa y panadería y un restaurante kebab, aparte de tres bares que, curiosamente, se encuentran en la misma manzana. Dos ya estaban abiertos antes de que a muchos vecinos de la zona se les estregasen las llaves de sus casas.

Tras la barra de uno de ellos, el Avalon, se encuentra Miren Ozaeta, que además es vecina del barrio. "Contando con que ahora nos han abierto un Eroski cerca, no estamos ni tan mal, pero de una manera u otra siempre tenemos que coger el coche", advierte. Ozaeta echa en falta en la zona, por ejemplo, cajeros automáticos, que sólo pueden encontrarse acudiendo hasta la cercana factoría de Mercedes o a la Avenida Zabalgana. "No hay nada de nada, y como al final tienes que coger el coche para todo, ya aprovechas y vas para el centro", puntualiza.

Bulevar de Mariturri al norte, ya en pleno barrio que da nombre a esta gran arteria, se encuentra ubicado el H2O, uno de los bares abiertos en la zona al calor de la llegada de nuevos vecinos. En concreto, lo hizo hace un año y cuatro meses. Su responsable, Rafa Sáez de Cortazar, cree que "vendría muy bien" contar con comercios en esta zona, porque apenas se contabilizan una panadería y una guardería en las inmediaciones, pero también es consciente de que "en los tiempos que corren es muy difícil meterse en un negocio". Lo dice por propia experiencia, aunque se muestra "contento" por la buena marcha de su bar, al que principalmente acude gente joven. Lo que más echa en falta este profesional en las inmediaciones de su negocio son, y ésta es una reivindicación recurrente en esta zona, cajas de ahorros o bancos. De nuevo, la Avenida de Zabalgana vuelve a ser la opción más cercana para obtener cash.