Gasteiz. La destitución fulminante del gerente de Tuvisa por parte del Consejo de Administración de la sociedad, la semana pasada, pilló por sorpresa a toda la ciudad, incluidos los propios trabajadores de la empresa municipal de transportes. Javier Latorre había desobedecido las instrucciones del máximo órgano de decisión de Tuvisa y decidió rebajar los derechos sociales de la plantilla mediante la aplicación de la reforma laboral del Gobierno de Rajoy, cuando tenía instrucciones precisas de prorrogar el convenio particular de la sociedad.
¿Era suficiente razón para cesarle, y además con el voto unánime de la oposición y el único reparo del equipo de gobierno? La cuestión, como ya apuntaron algunos responsables municipales, es que lo del jueves fue la gota que colmó el vaso. El miembro del comité de empresa Miguel Aransay explica en ese sentido que los incumplimientos de Latorre fueron constantes durante años, aclarando de entrada que la parte sindical de Tuvisa "ni pincha ni corta" en la decisión del consejo y se limitará a cambiar de interlocutor cuando haya un sustituto definitivo -de momento el mando de la empresa lo ha tomado Miguel Ibarrondo, numero 2 de Latorre-. No hay por tanto valoración oficial del comité, pero sus miembros sí constatan que en los últimos cuatro años las vulneraciones del convenio han sido tan frecuentes que los sindicatos acudieron a buscar el amparo del Preco -el sistema de procedimientos voluntarios para la solución de conflictos laborales-, el Consejo de Relaciones Laborales e incluso la Justicia.
Cuando Latorre tomó la decisión que le costó el puesto, el comité se dirigió a él para mostrarle una vez más su malestar, pero como cuenta Aransay, "antes de tomar ninguna decisión nos enteramos de que había sido destituido".