el subsuelo alavés no entiende de crisis. Su riqueza, conformada por decenas de tesoros arqueológicos distribuidos allá donde han campado pueblos, civilizaciones, flora y fauna, está blindada ante las oscilaciones de la prima de riesgo y las intenciones de los mercados. Es más, la bondad de los hallazgos bajo la superficie del territorio sobrevive a interpretaciones e, incluso, permite aportar conocimientos al saber universal. El último epígrafe en este sentido es el que deviene de un fósil hallado en Zambrana. De hecho, tal y como desvela la Universidad del País Vasco, la impronta de los restos de un primate microchoerus -especie nocturna e insectívora ya desaparecida similar a los actuales gálagos africanos- corrige el conocimiento sobre la fauna ibérica de hace 37 millones de años. La buena nueva demostraría una conexión entre los mamíferos de la península y los del continente europeo durante el Eoceno superior y la coexistencia en estas tierras de especies endémicas, "desarrolladas durante millones de años de aislamiento" respecto al resto de Europa, y de una común en todo el continente. Todo ello queda recogido en un trabajo en el que participa la investigadora de la UPV/EHU Ainara Badiola y que se publica en Journal of Human Evolution.

Zambrana es un rico yacimiento de vertebrados fósiles, como ya confirmaba una tesis previa de la autora en 2004, aunque hasta ahora no se había encontrado ningún primate. "En las múltiples excavaciones realizadas se han hallado anfibios, lagartos, tortugas, cocodrilos y demás rastros fósiles que convivían en un ecosistema tropical en el Eoceno superior. Respecto a los mamíferos se han observado marsupiales, roedores, carnívoros, artiodáctilos y perisodáctilos", indica la investigadora.

Dada la magnitud de la nueva tesis, Journal of Human Evolution se ha hecho eco de este descubrimiento, alcanzado gracias al trabajo conjunto realizado entre la citada investigadora, que es a la vez profesora del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU, y profesionales del Institut Catalá de Paleontologia Miquel Crusafant (ICP) de Barcelona.

Ubicación esencial En dicha publicación se pone en valor el hallazgo de dos piezas mandibulares. Las mismas, por su significado y por su ubicación, servirían para remendar el conocimiento que tenía la comunidad científica respecto a la fauna de la península ibérica occidental durante el Eoceno superior (hace 37 millones de años). Según la tesis de Badiola, los fósiles de Zambrana, localidad a medio camino entre los valles de Añana y los viñedos de Rioja Alavesa, confirmarían la interconexión entre las poblaciones de mamíferos de esta zona con las del resto de Europa, al menos, en la citada etapa.

"La importancia del descubrimiento se debe a que hasta ahora no había constancia de ningún fósil de este tipo en la península ibérica occidental. En definitiva, el hallazgo enmienda el conocimiento que se tenía de la fauna de los nichos ecológicos de la península y los diferentes entornos geográficos europeos", resume la investigadora de la universidad pública.

Hasta ahora se creía que la fauna de mamíferos de la península tuvo un carácter endémico en el Eoceno (entre 56 y 33 millones de años) y, por ende, diferente a la existente en el resto del continente. Hasta la fecha se daba por buena la teoría que justificaba las presuntas diferencias entre las faunas de ambos lados de los Pirineos debido a que geográficamente estaban separadas.