Vitoria. Trabajar para el Ayuntamiento de Vitoria ya no implica estabilidad laboral. El 40,7% del personal es eventual y hay 370 contratos de programa que podrían finalizar entre 2012 y 2013. Son las consecuencias del hacer más -o intentarlo- con menos de Javier Maroto. Un eslogan que, inevitablemente, se cobra víctimas. Desde el pasado año, el gobierno ha suprimido más de 60 plazas y ahora está a punto de cargarse 25 de los 27 puestos temporales que tenían la fecha de revisión establecida para el 31 de diciembre. Por eso, los representantes de los funcionarios están seguros de que casi todos los restantes contratos correrán la misma suerte, por mucho que el alcalde intente mandar mensajes de tranquilidad a través de su portavoz Ainhoa Domaica. Las llamadas a la calma hace tiempo que no cuelan. El ERE, aplicado con cuentagotas, es ya una realidad en el Consistorio.
Los contratos de programa se realizan teóricamente en situaciones de sobrecarga de trabajo de los departamentos o para atender necesidades temporales, y en muchas ocasiones los costes son sufragados por subvenciones de otras administraciones. Por eso, el gobierno se defiende y asegura que lo que está haciendo es "revisarlos para, en función de las necesidades y del mantenimiento o no de esas ayudas, renovarlos o rescindirlos". Sin embargo, el listado elaborado por el PP, y al que ha tenido acceso este periódico, desvela que en la práctica es significativo el número de empleados que llevan trabajando años bajo el estigma de esta figura temporal, desempeñando puestos principales. Los hay que arrastran cinco o seis ejercicios en esta precaria situación e incluso existe un arquitecto que vive de su contrato de programa desde hace casi dos décadas. Y en breve, se encontrará con un pie en la calle.
A final de año, se irán a la calle 25 de los 27 trabajadores temporales que tenían la fecha de revisión-cese contemplada para el 31 de diciembre. En la lista del equipo de gobierno aparecen las siguientes personas: un técnico de actividades socioculturales de Montehermoso -éste ya es seguro que empezará 2013 sin puesto-, otro del Plan Joven, un técnico de artes escénicas de la Red de Teatros, un arquitecto técnico que trabaja de refuerzo en infraestructuras deportivas, dos administrativos de Seguridad Ciudadana, otros dos de Gestión Tributaria, uno del servicio de Inspección, un técnico de la unidad de responsabilidad patrimonial de Hacienda, un auxiliar de programación para la minfoweb, dos trabajadoras sociales del programa de acogida, otras dos que canalizan las demandas de primera atención de los Servicios Sociales, un sociólogo de Promoción Económica, una responsable de Unidad de la Tercera Edad, dos auxiliares de enfermería, un operario de limpieza de dicho servicio, un economista de auditorías, un inspector de contratas del área de Planificación Ambiental, otro de seguimiento y control de residuos urbanos, un técnico de eliminación de barreras arquitectónicas y, por último, un conserje.
Ya en 2013, habrá diez personas que con toda seguridad se quedarán sin trabajo, puesto que los programas en los que se enmarcan sus contratos tienen puesta la fecha de finalización en la documentación del equipo de gobierno. Son dos arquitectos y un administrativo encargados de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, un economista, cuatro técnicos y un sociólogo del servicio de apoyo a empresas de Promoción Económica, así como un empleado del programa e-learning. No obstante, el comité del Consistorio teme que a lo largo del próximo año los caídos se acaben contando por cientos, puesto que quedarían otros 333 trabajadores pendientes de si su contrato se revisa o se cesa. "Y para casi todos va a ser lo segundo", sostiene.
No es sólo la impresión de los sindicatos. Los grupos de la oposición dibujan el mismo futuro. Tras conocer el listado del gobierno, el PNV mostró una profunda preocupación. "Nos tememos que se va a echar gente a la calle", alertó el concejal nacionalista Iñaki Prusilla. Una impresión que en el PSE es certeza. A mediados de año, los socialistas ya acusaron al PP de querer pergeñar "el mayor ERE" de Vitoria. Por eso, ayer volvieron a la carga, con nuevos detalles extraídos de la polémica lista. "En cuatro meses, se van a quedar sin trabajo 80 personas, en su mayoría mujeres mayores de 45 años", recriminó la edil Maite Berrocal. También la edil de Bildu Itziar Amestoy dio por hecho las no renovaciones. "Es un goteo para que poco a poco la gente se vaya por la puerta de atrás", lamentó.
Promoción Económica, Servicios Sociales y Seguridad Ciudadana serán las áreas más afectadas, de cumplirse los malos presagios. Justo las más necesarias en plena crisis. Y el PP, mientras tanto, se limita a pedir tranquilidad.