Vitoria. El gabinete de Javier Maroto ha esperado poco menos de dos semanas para cumplir su amenaza. Si el pasado 6 de junio avanzaba que eliminaría los cursos de los centros cívicos en caso de no llegar a un acuerdo sobre la subida de precios, ayer daba los nombres de las primeras actividades que ha decidido suspender ya con "carácter definitivo" de cara a la temporada que arranca en septiembre.
Son un total de 55, todos ellos "superfluos", tal y como aseguraba ayer el concejal de Servicios a la Ciudadanía, Alfredo Iturricha. La medida permitirá ahorrar un total de 350.000 euros a las arcas municipales. Y es que el PP insiste en que el Ayuntamiento gasteiztarra no es capaz de seguir subvencionando por más tiempo los cursos que cada año se le ofrece a la ciudadanía como alternativa de ocio, y para fomentar la cultura y la salud. "La política de precios que se aplica actualmente es insostenible así que, o llegamos a un acuerdo para cambiar los precios y acercarlos más al coste real o tomamos otro camino en el que ya hemos empezado a trabajar", señaló Iturricha.
¿Y cuál sería este camino? El gobierno municipal baraja dos opciones. Por un lado plantea implantar el modelo de aulas abiertas, por el cual el Consistorio se encargaría de ceder un espacio dentro del centro cívico a una asociación, que sería, a su vez, la encargada de contratar a los monitores. Ésta sería la opción a seguir para las disciplinas artísticas, porque para las demás la tendencia estaría encaminada hacia la privatización. "Para el resto de actividades el modelo sería la licitación pública", explicó ayer Iturricha. Según dijo el edil popular, el patrón a seguir sería el mismo que el del Kirol Klub, el servicio deportivo que ofrecen las instalaciones de Mendizorroza y Gamarra, cuya gestión es compartida entre el Ayuntamiento y una empresa privada.
Todo ello dependerá, según recordó Iturricha ayer en la Comisión de Servicios a la Ciudadanía, de si se alcanza o no en breve un acuerdo sobre las tarifas de los cursos con el resto de los grupos municipales. "Los precios son competencia del Pleno, si éste no ejerce su papel el gobierno no va a permanecer impasible", añadió.
Salvo las 55 citadas ayer, de momento el resto de las actividades no sufrirán cambios. Eso sí, el ejecutivo local advierte de que su continuidad tan sólo está garantizada durante el primer trimestre, es decir, hasta diciembre. Desconoce si abrirá la convocatoria a partir del año que viene.
La justificación del gabinete de Maroto es, de nuevo, la de los recortes. El PP no quiere seguir subvencionando la mayor parte del coste real de las actividades ya que, según explicó Iturricha, se dan situaciones como que en el taller de escultura el usuario pague 26 euros el trimestre cuando en realidad cuesta 96, o que en natación la cuota sea de 21 euros ya que los 60 euros restante los tiene que abonar el Ayuntamiento. De ahí que constantemente desde el equipo de gobierno estén reclamando la revisión de los precios o, al menos, de las categorías de abonados.
El empeño del ejecutivo municipal se hizo visible hace escasos días, cuando hizo llegar a PNV y Bildu el borrador de un documento con la subida de tarifas planteada. Dicho documento, que no contó con el aval necesario y por lo tanto tuvo que ser retirado, contemplaba aumentar de 400.000 a 1,5 millones de euros los ingresos recabados por las actividades de los centros cívicos de Vitoria. Para lograrlo, algunos cursos debían costar cuatro veces más, e incluso nueve veces más, que ahora. De todos los grupos de la oposición, Bildu fue el más claro. El edil Antxon Belakortu advirtió entonces de que hay otras formas de aumentar los ingresos, como dar una vuelta al IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), subir el ICIO (Impuesto sobre Construcción, Instalaciones y Obras) y dejar de bonificar la recogida de basuras en los pisos vacíos.
Ayer también la izquierda abertzale volvió a cargar contra el Ejecutivo local sobre este asunto. Lo hizo a través de Iratxe López de Aberasturi, quien pidió explicaciones al PP sobre los criterios que le han llevado a eliminar estas actividades, entre las que se encuentra el curso de castellano para mujeres inmigrantes. "¿Ha sido una decisión técnica o política?", preguntó.
El gobierno municipal, por su parte, insistió en que la supresión se ha producido atendiendo al criterio de si son cursos de interés prioritario o complementario y según el número de alumnos.