Vitoria. Ahora que Vitoria está llamada a crecer hacia dentro, el Consistorio ha echado mano del látigo de la fiscalidad para castigar a los dueños de las viviendas vacías y así obligarles a que las saquen al mercado. El año que viene sufrirán un 50% de recargo en la factura del IBI y 260 euros extra en la tasa de basuras. No obstante, ¿es adecuada la definición que han pactado el PP, PSE y Bildu para poner en marcha la represalia? Estos tres grupos políticos han decidido que un piso desocupado es aquel donde no hay ninguna persona empadronada. El PNV, sin embargo, advierte de que el planteamiento es erróneo y aboga por fijarse en el consumo de agua, como hacen otros países de la Unión Europea. Siguiendo una directriz u otra, la cifra cambia.

Un informe del Ayuntamiento gasteiztarra sobre las personas en situación de exclusión residencial al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA clarifica la situación. En Vitoria existen un total de 12.213 viviendas donde no hay nadie empadronado y 9.531 con consumos de agua inferiores a 18 metros cúbicos al año -según la Organización Mundial de la Salud, un ciudadano gasta necesariamente por encima de ese nivel-. La diferencia entre unas y otras es de 2.682, motivada en parte, según este estudio, porque el consumo mínimo propuesto por persona permite que muchos de los pisos que figuran como segunda residencia aparezcan como ocupados.

El método presenta imperfecciones, porque los autores del informe no pudieron cruzar el fichero de consumo de agua de cada vivienda en relación con el número de personas empadronadas, ni se efectuaron inspecciones in situ. No obstante, el análisis por zonas de la ciudad presenta una información interesante. Hay una serie de barrios cuyo volumen de viviendas sin gasto de agua mínimo es significativamente menor al dato de las viviendas donde no hay nadie empadronado. Los distritos que superan los 200 casos son, por este orden: Salburua, el Casco Viejo, el Ensanche, Mendizorroza, Ariznavarra y la zona rural noroeste.

En el sentido opuesto, la fiabilidad de los datos que se pueden extraer a través de este método de medición es mayor. E, igualmente, los resultados son reveladores. Los barrios donde el número de viviendas vacías según consumo de agua supera la cantidad de viviendas donde no hay ninguna persona empadronada -pisos que figuran como ocupados pero que durante todo el año han estado vacíos- son Zabalgana, Sansomendi, Arana, San Cristóbal, Zaramaga, Desamparados y Abetxuko.

Entonces, ¿a qué definición debe recurrir el Ayuntamiento para aplicar su venganza fiscal? Ayer, en la Comisión de Hacienda, el portavoz del PNV, Gorka Urtaran, mostró su respaldo a cualquier iniciativa que permita sacar al mercado las viviendas vacías, pero advirtió de que es contrario a la identificación acordada por su "inexactitud". Frente a este planteamiento, propuso realizar la clasificación según el consumo de agua y, para convencer al resto de las formaciones de la idoneidad de su idea, pidió datos al concejal de Urbanismo a sabiendas de que existen. Su interlocutor, Miguel Garnica, aseguró que no los tiene y le remitió a Hacienda; una respuesta que molestó a Urtaran. "Está echando balones fuera y no sé si no quiere contestar porque no quiere complicarse o porque no le gusta cómo son esas cifras".

El portavoz de Bildu, Kike Fernández de Pinedo, se mostró permeable a la propuesta de Urtaran. Aunque quizá ya es tarde. "A nosotros no nos importa la definición, mientras se apliquen las subidas, pero lo que no entendemos es que no se presentara esta cuestión técnica como enmienda al borrador de ordenanzas fiscales", señaló el edil. Eso sí, ahora que el PP ha dado su palabra, se mantendrá vigilante para que se aplique la mano dura prometida.