vitoria. El pasado 29 de junio, Gonzalo Arroita confirmaba su adiós. En doce días, hará las maletas. Vecinos y concejales que acudieron al último consejo territorial de Aldabe aseguran haber oído la fecha de boca del concejal de Promoción Económica y presidente del Consejo de la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica, Fernando Aránguiz. "Su último Consejo es el del 29. El 30, se irá". El protagonista de la historia, sin embargo, sigue resistiéndose a concretar su salida de la sociedad municipal. Se limita a señalar que cumplirá su compromiso de marcharse antes de que finalice el otoño. Y los periodistas insisten en preguntarle al alcalde si ya ha encontrado sustituto. La respuesta, por ahora, es no.
Será difícil dar con una persona del perfil de Arroita, si es que el primer edil está interesado en devolverle la cabeza a la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica, cosa que no está clara. Javier Maroto recortó en julio la partida destinada a esta sociedad municipal y ya ha anunciado que en su plan para reestructurar la red de empresas públicas del Consistorio pintan bastos para la Arich. Al todavía gerente le preocupa la idea y no se resigna a marcharse dejando a su equipo y el trabajo desarrollado estos años a merced de las dudas del equipo de gobierno. Por eso, hace sólo dos días advirtió de que "no hay que tocar lo que funciona, si lo que funciona tiene una rentabilidad extraordinaria".
Arroita, bilbaíno de pro, llegó a las vidas de los vitorianos el 14 de abril del año 2000 para liderar el proyecto de restauración de la Catedral Vieja. Tenía 38 años y era un perfecto desconocido. Ahora luce 50 muy bien llevados y se ha convertido en un referente en revitalización. Al frente de la Arich, ha conseguido que la colina inicie una transformación incuestionable y, lo que es más llamativo en esta ciudad, sin fricciones políticas. "El Casco ya uno de los principales recursos de Vitoria", subraya, con orgullo, el líder de la eclosión.