Vitoria. La ampliación del tranvía en Abetxuko volvió a generar debate ayer en el Ayuntamiento de Vitoria. Y esta vez no fue por las críticas vecinales al trazado. Los grupos municipales de PNV y Bildu se opusieron a que el Consistorio abone 1,36 millones por estas obras, mientras que PSE y PP votaron a favor. Pero, pese al respaldo que esta financiación supone para unos trabajos que ya están en marcha, el debate pendiente gira en torno a si esta extensión se realiza con todos los permisos medioambientales requeridos.

El grupo jeltzale lo puso ayer en duda, a pesar de que el Gobierno Vasco siempre ha defendido las garantías medioambientales de unas obras que, según se apuntó a mediados de septiembre, están "a punto". Su arranque, sin embargo, tiene un punto y aparte. La concejala Blanca Guinea recordó que el proyecto para la llegada del metro ligero a Vitoria, en su primera fase, cuenta desde febrero de 2004 con una declaración de impacto ambiental. En ella, el trazado por Abetxuko discurría paralelo al Zadorra, sin afectar al cauce. Pero el panorama cambia en julio de 2007, cuando se incluye un voladizo para superar el tramo más complicado del paso por Abetxuko, en el giro entre las calles La Presa y El Cristo. Así, el 9 de noviembre de 2010, se firma el convenio a tres bandas entre el Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de Vitoria para ampliar el recorrido del tranvía por Abetxuko y se apuesta por ajustarse al proyecto barajado del trazado para que no haya que realizar una nueva evaluación de impacto ambiental.

Las diferencias entre el Gobierno Vasco y el grupo municipal del PNV se deben a que, mientras los primeros destacan el cumplimiento de la normativa medioambiental por la primera declaración de impacto, la realizada en 2004, la formación jeltzale considera que el proceso debería haberse reiniciado en el momento en que se cambió el trazado porque "no se pueden admitir estas afecciones", aunque sean mínimas, a un entorno reconocido como Lugar de Interés Comunitario.

Y la clave es que, en un informe de la Agencia Vasca del Agua con fecha del 18 de febrero de 2011, se señala que el trazado del tranvía se acerca e "invade parcialmente el cauce", por lo que se informa desfavorablemente sobre el recorrido. Este documento obligó a parar temporalmente los trabajos, según recordó el PNV, en este cruce en concreto. También estaría pendiente obtener un informe medioambiental de la Diputación.

Las posiciones Estas dudas se evidenciaron durante la mañana de ayer, en el mismo día en que el consejo de la sociedad municipal Ensanche 21 debatía el pago pendiente por las obras. En la reunión, ya por la tarde, el gabinete Maroto solicitó fondos para abonar los 1,36 millones debidos por el Ayuntamiento -la obra se adjudicó por un total de 3,77 millones, y la previsión era que estuviese lista para septiembre de este año-, un pago sobre el que el propio alcalde había mostrado dudas al conocer que esta partida presupuestaria no estaba consignada ni figuraba en el Presupuesto municipal. El PP, además, ya pidió en su día que el propio Centro de Estudios Ambientales estudiase la afección medioambiental. Y, pese a todo, la petición ya estaba sobre la mesa.

A la negativa del PNV se sumó la de Bildu, que volvió a criticar un trazado censurado por los vecinos y que no da servicio a todo el barrio. Desde el PSE, mientras, garantizaron su voto afirmativo al convenio que acordaron durante la pasada legislatura y la pelota, por tanto, quedó en el tejado del equipo de gobierno. El PP mantuvo su petición por lealtad institucional, pese a no compartir el proyecto ni la gestión de la etapa Lazcoz, y el pago pronto será una realidad. Como la falta de sintonía demostrada en la Casa Consistorial.