El mismo pasillo de Aldabe se convirtió durante este fin de semana en la mejor de las entradas posibles al arte cívico. El enorme cartel colgado en su pared izquierda anima a participar en un taller de diseño para concebir un mural de 27,10 metros de largo y 4, 40 de alto en el paredón que se ve desde la piscina. Una jornada de puertas abiertas a todos los vecinos de la ciudad, sin inscripción ni experiencia previa, con el objetivo de reunir desde el sábado y hasta el domingo las mejores ideas para concienciar sobre el agua. "El mural se pintará en otro taller que haremos del 8 al 12 de noviembre, en horario de mañana y tarde. Se puede participar una hora o todo el rato, tanto si se es niño como mayor", explica Verónica Werckmeister, coordinadora del Itinerario Muralístico de Vitoria-Gasteiz (IMVG). El único límite será la altura. "Pintarán hasta donde lleguen porque sólo los artistas se podrán subir a los andamios", matiza Werckmeister, encargada de llevar a los participantes hasta la pared desnuda de enfrente de la pileta, donde les explica en qué consiste la iniciativa popular. Allí empiezan a empaparse del asunto para mojarse del todo, gracias a la tormenta de ideas o brainstorming, que empieza a caer desde ese mismo instante. "La sensación del mar es como algo difuso. Tiene que haber una mezcla de reflejos, de brillos, porque allí las cosas no son tan definidas", explica uno de los asistentes, en alusión a que nada en el mar parece estar en primer plano. "El sitio también influye. ¡Fijaos en los árboles que hay justo arriba del muro, como si lo de abajo pudiera ser tierra! O una caverna, incluso". "El agua subterránea podría tener aquí su sentido", añade otra de las jóvenes.

Toda esa lluvia de conceptos se anota y dibuja después en la sala de encuentros del centro cívico. Para las amigas Marta y Tania, animada ésta por la primera, es la primera colaboración en el IMVG. "Uno de los temas es el agua, por estar al lado de la piscina, y otro son las artes escénicas, porque el muro llega hasta el teatro", explican. De ahí que estas chicas sugieran obras como La Tempestad de Shakespeare, La Odisea, de Homero. Seres mitológicos, como Neptuno, y algunos terrenales, como la nadadora Esther Williams.

La enciclopedia de los seres vivos es la que inspira a Esti, colaboradora en el mural Haurtzaro y en el del cantón de Santa Ana, dibujar un tiburón pintarroja, "porque me parece muy elegante". Loli, en cambio, se decanta por trazar una cueva y un lago, "como los de Lanzarote". Manuel, su marido desde hace 45 años, "por lo menos", toma parte sólo en el cuestionario, aunque, eso sí, con una aportación de lo más interesante. "Hace muchos años existió un personaje en La Florida que habitaba en sus cuevas y las cascadas, que acabó siendo uno de los últimos ajusticiados por el garrote vil de Vitoria", escribe este hombre en su relato sobre el entorno marino. Son los primeros esbozos de este mural que en quince días se coloreará en la piscina del centro cívico.