vitoria. El margen de juego que ofrecen las cifras no siempre es suficiente para cuadrar las cuentas municipales, aunque el gabinete liderado por el popular Javier Maroto se ve con fuerzas de poder lograr esta compleja meta en menos de dos años. El concejal de Hacienda, Manuel Uriarte, así lo manifestó ayer al comprometerse a alcanzar la estabilidad presupuestaria en 2013. Todo ello a golpe de "rigor en la gestión" y de emplear el dinero de las bajas de los funcionarios en cumplir los objetivos impuestos por el Real Decreto de reducción del déficit público.
A la hora de buscar responsabilidades por la precaria situación económica que atraviesa actualmente el Consistorio, a Uriarte no le dolieron prendas en señalar al gabinete Lazcoz. "En el año 2010 -aseguró- no se cumplió ninguno de los objetivos del plan económico-financiero aprobado por el Pleno municipal, así que, de continuar con esta tendencia, el Ayuntamiento podría ver muy limitada su capacidad de operar y de prestar servicios". Dentro del apartado concerniente a los presupuestos, el concejal subrayó el interés del ejecutivo local en congelar los impuestos y revisar las tasas y precios públicos. En este sentido, afirmó que el equipo que dirige trabaja "con el objetivo de adaptar las tasas y precios públicos a las necesidades de los ciudadanos convirtiéndolas en un instrumento no sólo recaudatorio, sino también de fomento de acciones favorables para el conjunto de la ciudadanía". Según indicó el edil, los compromisos municipales no pueden en ningún caso conducir a la ciudad a gastar más de lo razonable y a convertirnos en una administración "insostenible" que ponga en peligro los servicios de los ciudadanos del futuro. "Nuestros presupuestos son realistas", expuso ayer el responsable de Hacienda, "y nuestra lucha contra el fraude fiscal también es realista", agregó el concejal.