vitoria. Si un funcionario se coge la baja durante más de una semana, no hay mutua de seguros que revise su estado de salud. Si dispone de carné de conducir, recibe un plus por el hecho de tenerlo aunque entre sus funciones laborales no esté la de llevar un volante. Son ejemplos de una lista de concesiones difíciles de imaginar en una empresa privada, pero que nadie en el Consistorio vitoriano parecía haber cuestionado. Hasta ahora. El gabinete de Javier Maroto, empeñado en estabilizar la situación económica del Ayuntamiento, ha decidido incluir a la plantilla en su estrategia de ahorro con un plan de medidas y dos objetivos: reducir el absentismo y acabar con lo que unos llamarían derechos adquiridos y otros privilegios inmerecidos.

Para cumplir el primer propósito, el equipo de gobierno y el comité de empresa del Ayuntamiento han acordado que las mutuas y compañías de seguros hagan seguimiento de las bajas laborales. "Los sindicatos han reconocido que el absentismo de los funcionarios en un problema, porque nos cuesta más de seis millones de euros al año. Y eso no es razonable", subrayó el alcalde, Javier Maroto. A cambio, eso sí, recuperarán el complemento de prestación en caso de baja laboral. Un derecho social contemplado en el convenio que les permite cobrar el cien por cien de su sueldo desde el primer día hasta el último de baja, y que el gabinete de Patxi Lazcoz les recortó aunque con el compromiso de devolverles la nómina íntegra si descendían las ausencias. Aquella decisión, según el mandatario del PP, no sólo no acarreó ningún ahorro, sino que "hizo que pagaran justos por pecadores" y provocó una de las mayores oleadas de movilizaciones, huelgas y protestas en la historia del Consistorio.

Ahora, sin embargo, la lucha contra el absentismo huele a consenso. Además de acordar la incorporación de las mutuas en la supervisión de las bajas, ambas partes también han aprobado la creación de una mesa con carácter ejecutivo que analizará las causas del absentismo y propondrá medidas de solución más allá de esta primera. Todo un éxito que, a juicio del alcalde, ha sido posible gracias al afán del nuevo equipo de gobierno municipal por restablecer el diálogo con los representantes de los trabajadores. "Se ha producido un giro de 180 grados en la relación del gobierno con todas las secciones sindicales, porque es fundamental que exista esa capacidad de entendimiento para llegar a planteamientos comunes", defendió Maroto.

El diálogo, en cualquier caso, no hace milagros. Por eso, más allá de las fórmulas encaminadas a reducir el absentismo, ya han surgido tiranteces. El propio alcalde tuvo que reconocer que "no todos los sindicatos" están dispuestos a digerir el resto de medidas que ha ordenado aplicar para disminuir los gastos corrientes que le generan los funcionarios, pero él tiene muy claro que la ciudadanía estará de su parte porque lo que pretende es eliminar pluses que han quedado obsoletos y recompensas que muchos trabajadores han estado recibiendo pese a no cumplir las funciones que las sustentaban.

En esa lista destacan los pluses de nocturnidad y festividad que cobran colectivos como los de la Policía y Bomberos. Los trabajadores los han estado percibiendo incluso cuando estaban de vacaciones. Eso ya es el pasado, aunque si se ponen enfermos justo en esos turnos y no pueden acudir a trabajar sí que seguirán ingresándolos. También se acabó el chollo para los funcionarios que cobraban el complemento de conducción por el simple hecho de tener carné de coche aunque no lo usasen para sus funciones laborales. Y, además, cuando llegue la paga extra de Navidad, todos los empleados del Ayuntamiento tendrán cien euros menos en la cuenta: una cantidad que corresponde al plus del economato, una gratificación que se implantó en la época del franquismo para que pudieran beneficiarse de pequeños descuentos al hacer las compras.

Al margen de estos tres recortes, que se van a aplicar inmediatamente y permitirán un ahorro de 600.000 euros, Maroto también tiene intención de revisar las dedicaciones y productividades de los funcionarios; es decir, complementos que uno recibe cuando se le ha pedido que acometa una función especial o fuera de su horario fijo. No es que vayan a desaparecer, sino que la intención es descubrir quién los está cobrando pese a no hacer absolutamente nada para merecérselos. El alcalde aseguró que tiene constancia de trabajadores que en su día empezaron a recibir pluses por ir a trabajar por la tarde y que los han mantenido aunque jamás se les haya vuelto a ver el pelo por su puesto en horario vespertino.

Todavía no se sabe qué repercusión tendrá esta medida, ni tampoco la del absentismo, pero Maroto está convencido de que al final del ejercicio se notará el ahorro. Un nuevo canto a la austeridad impuesta por el PP.