vitoria. Entre todas las razones que han convertido a Vitoria-Gasteiz en European Green Capital 2012, hay una de 645 hectáreas que ilustra a la perfección el esfuerzo que la ciudad ha realizado en las dos últimas décadas para construir una ciudad amable: el Anillo Verde. Un proyecto reconocido en todo el mundo que está a punto de afrontar una nueva era. Aquel equipo técnico del Centro de Estudios Ambientales que ideó y emprendió la rehabilitación de la periferia mediante la creación de una gran área natural con seis parques recupera su protagonismo en esta legislatura con el propósito de terminar de conectar la alianza vegetal. Lasarte y Errekaleor son sus dos objetivos. Dos islas al sur de la ciudad donde el deterioro propio del abandono crece vertiginosamente.
Entre Armentia y Olarizu, el día se convierte en noche. Ni bosque de quejigo, ni robles centenarios, ni senderos adaptados al caminante... En Lasarte, sólo hay pistas de parcelaria salpicadas por algunos que otros sauces y chopos despistados en los márgenes de los ríos, zonas agrícolas muy degradadas y un sinfín de vertederos incontrolados donde uno puede encontrarse desde restos de la construcción hasta un sofá. Entre Olarizu y Salburua, la situación es menos negra, pero se siente igualmente la brecha del Anillo Verde. El corte es radical. Tras un paisaje amable, emerge un degenerado entorno industrial, salpicado por los almacenes de la Cámara Agraria y las instalaciones ruinosas del Ferrocarril Vasco-Navarro, con una trinchera descarnada que exhibe la roca madre y las riberas tomadas por huertas. Para avanzar hacia los humedales, hay que desviarse hasta los bicicarriles próximos a la BH. Mejor no mirar mucho a los lados.
La concejala de Medio Ambiente, Idoia Garmendia, ha prometido que la recuperación y el cierre de la corona verde serán su prioridad. Por eso, ha nombrado coordinador general del área a Luis Andrés Orive, el líder del equipo artífice del Anillo Verde. Él pondrá en marcha a los técnicos para definir un plan de ensamblaje. Será un trabajo con vocación de consenso abierto a las aportaciones de todos los grupos. Una invitación a la que el PNV ha respondido incluso antes de ser cursada. Los jeltzales ya propusieron durante la campaña electoral soluciones concretas.
Para las 80 hectáreas de Lasarte, el PNV propone la repoblación con vegetación mediterránea (quejigo, encina) y ribeña (sauce, chopo) y la construcción de una balsa de laminación. "Servirá como control hidrológico para evitar las inundaciones de los ríos Batán y Zapardiel", explica el concejal jeltzale Álvaro Iturritxa. Respecto a las 50 hectáreas que separan Olarizu de Salburua, la idea es crear el parque forestal del Alto de las Neveras con plantas autóctonas. Un bosque que, además de unificar ambas áreas naturales, permitiría ensamblar la ciudad con los Montes de Vitoria y proteger la vida acuática al poder pasar los peces del cauce de Errekaleor al de Santo Tomás y viceversa durante las épocas de sequía. El nuevo entorno se completaría, además, con un sendero perimetral al borde del bosque.
"Son las actuaciones apropiadas, de pura lógica. Lo que no tiene sentido es que durante las legislaturas de Alfonso Alonso y Patxi Lazcoz no se hayan dado soluciones de continuidad. En este momento, es un fraude a la ciudadanía hablar de Anillo", critica Iturritxa, al tiempo que reconoce sentirse esperanzado por el compromiso de Garmendia.
La estrategia del PP va, no obstante, más allá del Anillo Verde conocido. También quiere introducirlo en la ciudad a través de ejes radiales y ensamblarlo con su Anillo Verde interior, un proyecto de reforma urbana de las calles con criterios medioambientales. Si cumple, en cuatro años se verán los resultados.