vitoria. El Consistorio vitoriano engrasó ayer su principal motor, con el arranque del Pleno de composición de los órganos municipales de la nueva legislatura. Pese a que serán cuatro años marcados por la diferencia de los cuatro grupos políticos con representación, -PP, PNV, PSE y Bildu- las primeras palabras pronunciadas en él apelaron a un sentir común entre las diferentes fuerzas: la obtención del galardón de Donostia como Capital Cultural Europea, un trofeo al que Vitoria apoyó tanto como cuando la ciudad hermana apostó por la capital alavesa como vencedora de la Green Capital.
La unión de las fuerzas políticas en este aspecto sirvió así como el mejor de los engranajes posibles. "Quiero compartir la buena noticia de este premio para Donostia, que también lo es para el País Vasco y, por tanto, para Vitoria", pronunció el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, nada más comenzar la sesión.
También a favor se mostraron todos con el reparto competencial de las comisiones. Pero a partir de ahí las votaciones de las cuentas de las sociedades municipales hicieron más que patentes las diferencias entre ellos. Aunque hubo una excepción, con la unanimidad en la votación de los miembros de los Consejos Rectores, tanto del centro de música Luis Aranburu, del conservatorio de danza José Uruñuela como del Centro de Estudios Ambientales (CEA).
El primer grupo en mostrar su oposición fue Bildu, con el rechazo a las cuentas anuales de la sociedad municipal Ensanche 21. No en vano, considera que la revisión de los diferentes planes urbanísticos se deberían hacer "en el Pleno o en las comisiones, porque son un espacio donde puede participar la ciudadanía", argumentó el edil de esta coalición Antxon Belakortu, quien también es partidario de revisar las existencias de la sociedad municipal en plena época de crisis y de parón inmobiliario. "La bajada de 29 a 25 millones de sus beneficios podría haber sido menor, si se hubiesen corregido", precisó Belakortu, quien a continuación discrepó con los 50 millones de euros que "se han capturado" para llevar al BAI Center. "Fueron unos derechos que obtuvo el Ayuntamiento por las ganancias del planeamiento en Salburua y Zabalgana, que no ha servido para cumplir con las obligaciones de crear en ellos nuevas estructuras".
Pese a la disconformidad, las cuentas de Ensanche 21 fueron aprobadas por PNV y PSE, mientras que el PP se abstuvo. Una situación casi parecida se volvió a repetir con el balance de Amvisa, al que PSE y PNV dieron el visto bueno y PP y Bildu se abstuvieron por igual, los segundos desde la balconada situada a la derecha del alcalde. La sincronía también se evidenció entre los que se ubicaban a la izquierda de Maroto. Nacionalistas y socialistas volvieron a alzar la mano a favor en el turno de la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica (Arich), al igual que sucedió con la sociedad Tuvisa, en la que PP y Bildu optaron por la abstención.