Vitoria. El 27 de junio de 1492 la comunidad judía de Vitoria hizo su último acto público: cedió el cementerio de Judimendi a la ciudad. El Decreto de expulsión, firmado el 31 de marzo por los Reyes Católicos, obligó a hacer las maletas a la fuerza a estos campesinos, comerciantes, médicos y recaudadores de impuestos. Durante 236 años fueron un ejemplo de convivencia pacífica, pese a que residían en un gueto por el muro interior que les separaba del resto de ciudadanos. La mayoría se fue hacia Navarra o Francia. Pero la capital alavesa, lejos de agradecer el regalo que les hacían sus antiguos habitantes, borró parte de su historia al denominar a su vieja calle Nueva Dentro, en vez de Judería. Tenía una deuda pendiente, que intentó saldar con el quinto centenario del éxodo judío. Era el 12 de mayo de 1992 y el Consistorio se comprometió a incorporar su antigua nomenclatura a la actual.
Quince años después de esta decisión las cosas seguían igual hasta que un vecino, amante de la Historia, en 2007 alertó al Síndico que las palabras del Ayuntamiento se las había llevado el viento nada menos que hacía tres lustros. Una promesa incumplida que por poco se demora a otros cinco años más. En total, han sido 19 años de desagravios a los judíos porque no fue hasta ayer cuando una placa con su leyenda volvió a recordar su presencia, como reconocimiento a los que vivieron en esta calle alejados de motivaciones religiosas, sin conflictos, debido al respeto de la tolerancia entre los pueblos. "Esta inauguración no es sólo cumplir un acuerdo, que aparezca Judería, significa el recuerdo de la historia, que es lo que somos y el respeto a la pluralidad e integración para seguir construyendo la ciudad entre diferentes", explicó ayer el alcalde, Javier Maroto, nada más apartar la bandera de Vitoria que ocultaba el nuevo rótulo. Un discurso que también se acordó de ese gasteiztarra al que tan bien se le dan las fechas. "Un vitoriano ha sido el que ha informado sobre el mandato del Ayuntamiento que se estaba incumpliendo. El Síndico trabajó en una recomendación que se ha podido hacer realidad hoy", agregó Maroto tras agradecer la labor del defensor vecinal, Javier Otaola.