Vitoria. La masa crítica. Es el argumento que hasta ahora ha esgrimido el Ayuntamiento para explicar por qué hay servicios básicos como el transporte público o el médico que no llegan a los nuevos barrios hasta que en ellos se instala un número determinado de población. Para los vecinos, en cambio, no debería existir este largo tiempo de espera. "Los servicios tienen que estar en marcha desde que llega el primer vecino, porque también paga impuestos", dice Mario Calvo, de la asociación Pasabidea de Zabalgana. "Más aún en barrios como este donde la mayoría de los pisos son VPO y se sabe perfectamente la fecha de entrega", razona.

A la espera de que el nuevo gobierno del PP tome las riendas de Vitoria, Calvo ya adelanta que más pronto que tarde trasladarán al futuro responsable de Movilidad las demandas que en materia de autobuses urbanos tienen los residentes de los sectores más desatendidos: Aldaia, Borinbizkarra y, en breve, Elejalde.

Los primeros porque piensan que ya es hora de que una de las líneas de Tuvisa llegue hasta sus casas. Ahora, suplen esta carencia con la lanzadera que se puso en marcha en octubre del pasado año para recoger a los viajeros que el autobús número 6 deja en la avenida de las Naciones Unidas y acercarlos hasta el final de la calle, hasta la rotonda situada frente a la Mercedes. Un "engorro" para muchos usuarios ya que, aunque sólo pagan un billete, tienen que hacer transbordo de vehículo únicamente para recorrer una calle. Y un "engorro" para los conductores, que se pasan ocho horas frente al volante, calle arriba, calle abajo.

A pesar de que la L6 Salburua-Zabalgana es de nueva implantación, cuando se estrenó, el Ayuntamiento no consideró oportuno llevarla hasta el final del barrio por falta de masa crítica de población. Extender el recorrido supone habilitar más vehículos para que las frecuencias de la L6 se cumplan, así que el Consistorio ha decidido dejar la implantación de un nuevo itinerario para más adelante cuando, tanto este sector, como Borinbizkarra y Elejalde, estén completamente poblados y, por tanto, el servicio sea más rentable.

Sin embargo, los datos de usuarios indican que la lanzadera evoluciona positivamente. De los 4.766 usuarios registrados en noviembre, al mes de su puesta en marcha, se pasó en febrero a 5.635, y en marzo a 6.664. En abril hubo un bajón (5.144), probablemente porque fue un mes especial, con prácticamente quince días inhábiles por la coincidencia de Semana Santa y San Prudencio. Además, en Aldaia se han entregado ya 1.765 viviendas y residen 4.589 personas, según la estimación realizada por la asociación vecinal. Razones por las que consideran que es hora de dejar la provisionalidad de la línea y abordar el problema de fondo.

Entrega de pisos Algo similar a lo que hace dos años le sucedió a los vecinos de Aldaia les ocurre ahora a los de Borinbizkarra y dentro de unos meses les sucederá a los de Elejalde. Y para que no se repitan los errores del pasado, desde Pasabidea instan a Tuvisa a que acerque el servicio hasta las viviendas situadas entre Sansomendi y Zabalgana. "Ya hay personas viviendo y a finales de año van a ser más... Los de la calle Océano Pacífico tienen las paradas más cercanas en la avenida de las Naciones Unidas si cogen la línea Salburua-Zabalgana y en los Huetos si toman la de Salburua-Sansomendi", se queja Calvo.

En Borinbizkarra están entregadas 444 viviendas, lo que hace cerca de mil vecinos; varios bloques están en avanzado estado de construcción y a finales de año se entregarán nuevas llaves a sus propietarios.