vitoria. Cuando el gurú de la revolución verde en Vitoria habla, los concejales de todos los grupos municipales asienten en silencio y con admiración. Eso sí, hasta que Salvador Rueda decide hablar del proyecto del soterramiento del tren. Entonces, el discurso les desafina. A diferencia del Ayuntamiento gasteiztarra, él considera que hay que mantener los raíles del tren en el sur de la ciudad y aprovecharlos para el paso del tranvía y de un tran-tran que conecte Nanclares y Agurain con frecuencias de sólo diez minutos.

Ayer volvió a recordar su idea, aunque como la Corporación municipal no parece estar muy receptiva, decidió pasar página y centrarse en el escenario que se plantea para el corredor liberado. Un espacio que, a su juicio, hay que replantear. "Tiene que haber una concatenación de edificios, una continuidad de elementos...", subrayó. No lo dijo explícitamente, pero no le gustan las pautas que el Ayuntamiento ha elaborado y en el que se sustentará el concurso internacional de ideas que se convocará previsiblemente este año.

Según el borrador municipal, el ámbito afectado por el tren y que está llamado a una transformación total ocupa 193.652 metros cuadrados. Sobre esa superficie, se baraja construir 1.450 viviendas: el 60% libres, un 20% tasadas y las demás de protección oficial, con una buena porción de equipamientos terciarios en todo el eje, ya sean comercios, hoteles u oficinas. Así, el Ayuntamiento confía en dar vida al corredor ferroviario, prolongando el corazón de la ciudad con la Universidad mediante una plaza que sirva como nexo de unión entre los dos mundos de forma que se fundan en un único espacio, con los viandantes como protagonistas gracias a la construcción de un gran salón peatonal y el tráfico soterrado.

Rueda no duda de que el proyecto municipal ayuda a integrar y conectar los barrios, pero insistió en la necesidad de "repensarlo". Un consejo para favorecer el flujo este-oeste al que añadió otro: crear más centros que el tradicional. Es lo que se conoce como diversidad urbana y, en el caso de Gasteiz, se concreta en las siguientes estrategias: la mencionada transformación del actual eje ferroviario, el plan Alhóndiga, la futura estación intermodal en el parque de Arriaga y los desarrollos de Salburua y Zabalgana.