Vitoria. La asamblea Amarika, integrada por artistas alaveses, mostró ayer de nuevo su respaldo a Imanol Marrodán, autor de la escultura que actualmente luce en la plaza Euskaltzaindia y que el Ayuntamiento trasladará pronto para dar cabida al futuro centro internacional de congresos y de la música. "Nos reafirmamos ahora, tras la desesperada acción reivindicativa de nuestro compañero, en lo dicho hace menos de un año: que el proyecto fue convocado y concebido para ese espacio público y no para otro, y que su autor está legitimado por la ley para velar por la integridad moral y física de su obra".
Se refieren los integrantes de este colectivo cultural a la obra La inocencia, lo inesperado, cuyo traslado adjudicará el Consistorio en breve. Cabe recordar que el Ayuntamiento ha rechazado el plan de mudanza de la escultura planteado por el autor por considerarlo demasiado caro, pese a que Marrodán ajustó el precio inicial del traslado a 263.000 euros. Lo que el escultor busca es que su obra luzca en un espacio donde se respeten los criterios con que fue concebida, de ahí que haya planteado una pequeña plaza donde colocar la fuente-escultura dentro de una rotonda de portal de Foronda. Sin embargo, la falta de entendimiento con el ejecutivo socialista hace que el artista se plantee ahora acudir a los tribunales.
La asamblea Amarika realizó estas declaraciones ayer, víspera del inicio de las obras en la parcela de la plaza Euskaltzaindia donde se ubicará el edificio BAI Center. Un complejo polémico, no tanto por el proyecto en sí, sino por la elevada cuantía de su inversión (más de 154 millones de euros), en el que se ha volcado el gabinete de Patxi Lazcoz, con el apoyo del PNV, y que ha ido perdiendo el apoyo de otras formaciones que consideran que no es el mejor momento para que la ciudad afronte este gasto.
Al hilo de la declaración de apoyo a Marrodán, la asamblea Amarika aprovecha para denunciar el continuado incumplimiento de un acuerdo municipal de 23 de noviembre de 1999, que obliga a destinar una parte del presupuesto de toda obra pública, el equivalente al 2% de la aportación municipal, a la adquisición de arte para el espacio público. "¿Hasta cuándo seguirá este ayuntamiento dando la espalda a su propio acuerdo? ¿Cómo se ha aplicado, o cómo se va a aplicar, por ejemplo, en obras públicas como el aparcamiento subterráneo de la plaza Amárica?, se pregunta el colectivo de artistas locales.
Al mismo tiempo, solicita que el arte en la calle no se limite únicamente a la escultura sino que se abra a otras disciplinas, como la fotografía, el videoarte, la poesía virtual, performance etc.