Vitoria. El proyecto para ubicar un parking subterráneo bajo el campo de fútbol de Marianistas sigue activo, a pesar de que ha pasado un año ya desde que la medida se puso sobre la mesa. El centro gasteiztarra sigue a la espera de que la constructora interesada en la operación finalice un estudio de mercado sobre los vecinos interesados en adquirir una plaza en la zona, una actuación con la que el recinto podría renovar sus instalaciones deportivas. Y, desde la dirección de Marianistas, confían en recibir "algo más" que un campo de hierba artificial.
La posibilidad de ubicar un parking en esta zona se conoció hace ahora un año, después de que el colegio informara a los padres de la oferta: una constructora privada apostó por crear un parking subterráneo bajo el campo de fútbol y, a cambio, compensaba a Marianistas con una cancha de césped artificial. La medida fue bien recibida por el centro, que incluso recibió el visto bueno desde su central en Zaragoza para estudiar esta opción. Todo dependía, eso sí, de un informe que debía realizar la promotora sobre el interés del entorno por adquirir una plaza de garaje. Y de la compensación que se plantee.
No se habían conocido novedades desde entonces, por lo que el proyecto parecía haberse quedado dormido, teniendo en cuenta también la actual situación económica. Sin embargo, ya se ha testado la opinión del Ayuntamiento de Vitoria al respecto, como confirmó la semana pasada el concejal de Urbanismo, el socialista Juan Carlos Alonso. El representante del ejecutivo local comparó las dudas que han generado las obras del polideportivo de El Campillo en los padres y madres de alumnos del colegio Ramón Bajo, en el Casco Antiguo, con el interés de Marianistas por verse afectado por una operación similar.
El problema de este proyecto en el centro escolar de la calle Luis Heinz está precisamente en su ubicación, junto al actual parking de la Catedral Nueva y en las cercanías de la Avenida y, por tanto, de San Martín, donde el nuevo edificio de las oficinas municipales vendrá acompañado de un parking subterráneo -con plazas gratuitas por las tardes y en fin de semana- y otro más pequeño en superficie. Estas dudas podrían solventarse limitando el aparcamiento bajo Marianistas a un recinto sin plazas en rotación, una posibilidad que por el momento sólo se ha mencionado y que, en cualquier caso, en situaciones similares ya ha generado recelos en ciertos grupos de la oposición, por el temor a que el recinto acabe cambiando de tipología ante una posible escasez de ventas.
un lugar privilegiado Desde Marianistas, en cualquier caso, tienen clara la posición privilegiada que tendría un parking en esta zona, cercana al centro y a la Avenida, en conexión directa con la entrada a la capital alavesa por Lakua, y donde el Consistorio ha impulsado la peatonalización a través del eje Alhóndiga y ha extendido la zona azul. Por ello, esperan para antes de que acabe el año una propuesta en firme de la constructora. Y dan por descartada la posibilidad de acoger únicamente un campo de hierba artificial, una propuesta que llegó a formularse. Alonso, por ejemplo, habló la semana pasada de la posibilidad de albergar "un polideportivo". Desde Marianistas, mientras, no concretan tanto su apuesta pero sí son conscientes de que operaciones similares llevadas a cabo en Bilbao se saldaron con una compensación millonaria.
La dirección del centro, en cualquier caso, cree que, de concretarse esta propuesta, se trata de "una oportunidad" para renovar sus instalaciones deportivas. El interés es evidente, pero no a cualquier precio. Desde la dirección insisten en que, si esta oferta finalmente no sigue adelante, estudiarían otras posibilidades en el mercado.
Está claro, por otro lado, que la opción del parking obligaría al centro a pagar el peaje de las obras. Desde Marianistas consideran que sería un precio asumible si logran renovar y aprovechar la zona del campo de fútbol. En caso de un necesario traslado de la actividad deportiva, además, estudiarían la opción de acudir a zonas como San Martín. Aunque el centro evita plantearse hipótesis hasta no conocer una nueva propuesta que sirva para impulsar sus instalaciones.