vitoria. Alrededor de una mesa, no hay temas vetados. Durante las cenas de las sociedades gastronómicas se estila hablar de lo divino y lo humano, de los grandes proyectos de Vitoria y de los problemas más comunes. Eso sí, siempre con corrección, que en estos grupos "hay gente de todo tipo", explica el presidente de Boilur, José Antonio Arberas. El representante de la federación de sociedades gastronómicas de Álava, de hecho, demuestra un dominio curioso y apasionado de la actualidad vitoriana.

Las instituciones han recortado este año de forma generalizada sus presupuestos para actos festivos. Y eso también se percibirá en el funcionamiento de Boilur.

Sí, sí, sí. Nosotros intentamos adaptarnos al presupuesto que nos dicen, pero sí que esos recortes nos suponen un tropiezo, porque tampoco es el momento ahora para buscar recursos llamando a las puertas de las empresas... y menos para decirles que es para ir de fiesta.

Igual de las fiestas es donde menos había que recortar, con los tiempos que corren...

Pero, si de algún sitio hay que recortar, no van a quitar de los servicios sociales. Es más fácil reducir ese dinero de fiestas y convenios.

El Ayuntamiento al menos no va a recortar para celebrar la capitalidad con un concierto de Melendi. La actuación cerca de Arriaga costará casi 80.000 euros.

Bueno... (sonríe) es que cada institución tiene sus historias. Supongo que el Ayuntamiento quiere promocionar el tema de la capitalidad con algo muy vistoso, y lógicamente la oposición dice que para qué. Y, mientras, a la gente de la calle le parece mucho 80.000 euros. Y más si no le gusta Melendi.

¿Qué le parece que se haya pactado una inversión de 476 millones para el soterramiento de las vías del tren?

Es una barbaridad de dinero, pero posiblemente era una obra necesaria. Imagino que si se hubiesen puesto de acuerdo cuando empezaron a hablar del soterramiento, no se habría llegado a esos 476 millones. Y estoy convencido de que, si los políticos siguen sin ponerse de acuerdo, cada día que pasa será más cara. Parece que el soterramiento acabará siendo una realidad, pese a los grupos que habrá en contra y a los políticos, que con tal de no darse la razón...

¿En las sociedades gastronómicas está prohibido hablar de política?

Prohibido no, pero sabes que hay algunos temas en los que no hay que profundizar... (se ríe). De todas formas, más que de política en sí, aquí se habla de los políticos.

De todos los grandes proyectos de los que se habla en la ciudad, ¿cuál le parece el más necesario?

Había que tener una nueva estación de autobuses desde hace años. Otro debate es si el sitio elegido es el ideal. Yo entiendo que se podía evitar comer espacio al parque. De todas formas, espero que la estación que se haga dure para mucho y que, sólo dentro de 50 años, igual tengamos que pensar en que necesitamos otra cosa.

En Vitoria, en cualquier caso, parece que cualquier proyecto genera debate.

Es automático. Hay un proyecto y surge una plataforma en contra.

El último caso, la cúpula del Buesa Arena, que parece que debe ser retirada para ampliar el estadio. ¿Cúpula: sí o no?

Habrá debate hagan lo que hagan. Parece que va a ser que no, que quieren ponerla en otro sitio. Pero yo, más que ponerla, diría dejarla.

¿Estos debates pasarán en todas las ciudades o es algo que define a Vitoria?

A mí me da que esto pasará en otras ciudades, pero no como en Vitoria. Somos muy protectores, y no sé si eso es bueno o malo.

Usted es socio de Zapardiel, sita en la calle Herrería. ¿Qué le parece cómo está cambiando el Casco?

Todo lo que sea dinamizar el Casco Viejo me parece bien. Las rampas, por ejemplo, tienen una misión a pesar de toda la polémica que sufrieron. También habría que decir que se debían haber hecho para que la gente mayor accediera al centro de salud, y no tanto pensando en que los turistas suban a Montehermoso.

¿Se ve un día acudiendo a un concierto en el auditorio?

Tenemos que estar educados para acudir a este tipo de actividades. Hablan, por ejemplo, de la calidad acústica que tendrá el edificio... y yo creo que no sabría apreciarla.

Entonces tendrá que acudir a la maqueta acústica en el Palacio Europa.

Bueno... si me pilla de paso. De momento, del auditorio sólo sabemos que es muy caro y que los vamos a pagar entre todos. Ojalá, dentro de treinta años, podamos decir Qué dinero más bien gastado.

Otro recinto llamado a acoger actuaciones, y que todavía no ha satisfecho las expectativas, es la plaza de toros. ¿Qué le parece que ahora requiera alguna reforma?

La plaza tenía que haber sido multiusos desde el principio. Tenemos una plaza de toros estupenda, pero sirve para lo que sirve. Creo que a la gente le da rabia que nos hayamos gastado un dinero importante en un recinto que se usa cinco o seis días al año. La sensación es que, a veces, los políticos parecen realizar proyectos por cabezonadas.