vitoria. "El acceso de los carros de gemelos a los urbanos es un asunto que está en el aire. Y, mientras tanto, la gente afectada se queda en la calle sin poder subir". Así de claro. Y de duro. El problema que sufren los padres y madres de gemelos para acceder a los autobuses de Tuvisa enfrenta, directamente, a las familias con los conductores del servicio municipal de transporte. Desde el comité de Tuvisa aseguran que son múltiples las quejas que recibe la plantilla por esta delicada situación, por lo que confían en que los consejeros actúen cuanto antes. Desde la federación de asociaciones de familias numerosas de Euskadi, Hirukide, se posicionan de la misma forma. Aunque esa solución no llegará a tiempo, al menos, para estas navidades.

Los propietarios de carritos dobles para bebés -tanto los paralelos como los que presentan dos o más asientos en línea- tienen un problema a la hora de acceder a los urbanos. Tuvisa explica que, dado que no hay espacio suficiente en sus autocares para anclar estos carros en las zonas para sillas de ruedas, en caso de accidente no puede responsabilizarse de la seguridad de los bebés. Por ello, desde octubre se prohíbe el acceso a los usuarios de la nueva red de Tuvisa. Las quejas de los afectados no sólo se han vuelto habituales en el servicio telefónico del 010, sino que, como ya adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, llegaron al Síndico. El defensor del pueblo apostó por que el Ayuntamiento "conceda un pase para el acceso de estos carros gemelares". En enero, está previsto que el tema se aborde en el seno del consejo de Tuvisa.

Hasta entonces, sin embargo, los perjudicados por esta situación son las familias -los partos múltiples siguen al alza en los últimos años en Álava: en 2007 fueron 59, en 2000 se quedaron en 47, pero es que en 1995 apenas eran 14, según los datos del Instituto Vasco de Estadística- y los conductores. Tanto unos como otros confían en que, más pronto que tarde, los consejeros solventen este tema.

"Es una pena que haya que esperar hasta enero para ver si hay una solución. Pero confío en que Olentzero traiga a los consejeros de Tuvisa algo de solidaridad con las familias afectadas", explica la directora ejecutiva de Hirukide, Natalia Díez-Caballero. Esta representante asociativa asegura que, en los últimos tres meses, las quejas en torno a los carritos gemelares han sido reiteradas en la entidad. A la mayoría de los afectados, la medida les pilló por sorpresa: "Se quedaron alucinados, la verdad". Entre otras cosas, porque en ciudades del entorno -Bilbao, Donostia, Pamplona...- no está prohibido el paso de este tipo de carros. "Hay que velar por que cualquier ciudadano pueda acceder al transporte público", explica Díez-Caballero.

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED Sin embargo, acceder con un carrito de gemelos a un urbano pone entre la espada y la pared a los conductores. El presidente del comité de empresa de Tuvisa, Antonio Seijo, explica que el reglamento de la empresa -o, al menos, el folleto informativo que se aprobó el pasado octubre- les obliga a decir No, pero "las circunstancias, el dejar a alguien lloviendo fuera del autobús, y con sus hijos" les tienta a abrir la puerta. Seijo, no obstante, advierte de que si la seguridad no está garantizada, en caso de accidente la responsabilidad recae en el conductor.

La consecuencia es que, en ocasiones, la situación deriva incluso en ruegos por parte de los usuarios y, en la mayoría, en enfados y críticas. Por ello, los conductores creen que se busque cuanto antes una salida. Se habla de fórmulas legales que eximan al chófer o también de ajustes de seguridad, como alargar los cinturones de seguridad habilitados en las zonas para personas con movilidad reducida o, incluso, habilitar en el futuro dos sillas para bebés -similares a las que se utilizan en los coches- en los urbanos. Desde Hirukide, Díez-Caballero insiste en que lo importante es garantizar la seguridad y, básicamente, que las familias que utilicen sillas gemelares puedan usar el transporte público y no depender de sus vehículos privados, algo a lo que ahora se ven obligados: "En una época como ésta, con frío y con habituales desplazamientos al centro para hacer compras, hay familias que ven que tienen que quedarse con sus sillas en el barrio".