Según el Informe de Percepción de la Innovación Vasca 2022 publicado en julio, casi el 60% de los expertos consultados opina que la I+D y la innovación han cobrado mayor importancia estratégica para las empresas vascas ahora que en el inicio de la pandemia y una mayoría (87%), cree que la inversión en I+D+i crecerá entre 2022 y 2025.
¿No parece este análisis algo optimista en el actual contexto de incertidumbre?
El Gobierno Vasco comparte ese análisis y además lo contrastamos en la multitud de reuniones que tenemos con las empresas vascas. La mayoría de las empresas se han dado cuenta de que la innovación, igual que la digitalización, es un sí o sí. O sigues invirtiendo en I+D o te quedas atrás y entonces no hay forma de competir, ni dentro ni fuera de Euskadi. Los datos de Eustat dicen que la inversión en actividades de I+D aumentaron un 10,4% en Euskadi en 2021, por primera vez se superaban los 1.600 millones de euros. Como Gobierno, nos sentimos orgullosos de este compromiso de las empresas, que nos permite a Euskadi estar en las regiones de alta innovación de Europa, aunque sabemos que tenemos nuestros puntos débiles como la innovación en las pymes.
El Gobierno Vasco precisamente impulsa programas para que la innovación llegue a estas empresas más pequeñas.
Es muy difícil llegar hasta la última pyme. Por eso pusimos en marcha, por ejemplo, el programa Hazinnova, en el que colaboramos con las agencias de desarrollo local e Innobasque. Comarca por comarca estamos trabajando por hacer llegar esa innovación hasta las pymes más pequeñas y en diferentes ámbitos, lo mismo en innovación de producto, proceso, gestión de patentes, personas... Y les ayudamos a que tengan su primera experiencia en innovación... si es que no la han tenido ya. Porque muchas veces la tienen y no la consideran innovación y sí lo es. Luego ya se trata de que empiecen a hacerlo de forma más sistemática, que incorporen la innovación en su día a día y puedan dar el salto a esa I+D tecnológicamente más avanzada.
¿Cómo se sitúa Álava en este escenario innovador?
Álava en los últimos años representa el 10% de la inversión en I+D. Su situación es muy asimilable a la de Euskadi. Es verdad que en 2016 representaba el 12%, pero está muy especializada en transporte y automoción y este sector está sufriendo mucho en los últimos años con la ruptura de las cadenas de suministros, la crisis de los microchips, la descarbonización de la producción y la electrificación del transporte...
¿Debería tender a especializarse en algún ámbito concreto la innovación vasca? Por ejemplo, automoción, biomedicina, en Álava se está trabajando por ejemplo el almacenamiento de energía...
Las apuestas que tenemos como Euskadi en I+D+i están recogidas en el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación, que es nuestra estrategia de especialización inteligente. Desde Europa se nos dijo que teníamos que focalizar nuestros esfuerzos en aquellos ámbitos en los que fuéramos fuertes y eso es lo que hicimos. Nuestros ámbitos principales son la smart industry, las energías más limpias y la salud personalizada. Y luego tenemos algunos nichos de oportunidad, como la ecoinnovación o la alimentación saludable. Tenemos que ir avanzando, no solo en capacidades científico-tecnológicas, sino también en capacidades industriales. Ponemos en la balanza las tres cosas: capacidades científico-tecnológicas, muy importantes pero no como un fin en sí mismo, sino para que ayuden a la industria a ser más competitiva; esas capacidades industriales y luego oportunidades de mercado. Y es verdad que en Álava todo el tema del almacenamiento de energía se está focalizando sobre todo en el Parque Tecnológico. No dirigimos a las empresas hacia un ámbito concreto, sino que la propia industria va empujando.
¿Por qué la empresa tiene que profundizar también en la digitalización?
Hay tres grandes transiciones: la tecnológico-digital, la energético-medioambiental y la social-sanitaria. Esas tres transiciones y el desarrollo de nuestra industria en esas tres transiciones es irrenunciable. Llevamos ya tiempo trabajando la parte de la digitalización. Empezamos con la industria 4.0 hace mucho tiempo. Para nosotros la digitalización en la industria es otra palanca de competitividad. Pusimos el año pasado en marcha la Estrategia para la Transformación Digital de Euskadi 2025, que pretende ser mucho más focalizada y adaptada a las necesidades de Euskadi para acelerar esas palancas tecnológicas, como el 5G, la IoT, el Big Data, la Inteligencia Artificial, la ciberseguridad... para que las empresas las incorporen con el objetivo de que sean más competitivas.
El Plan Estratégico 2021-2024 de la Red de Parques Tecnológicos hace una clara apuesta por el crecimiento y especialmente para el Parque Tecnológico de Álava. ¿Se mantienen esos objetivos a pesar de la actual coyuntura?
Para nosotros, los parques tecnológicos son una herramienta muy importante para apoyar a las empresas en su competitividad. El entorno que se genera en los parques tecnológicos es una de nuestras señas de identidad. El Parque de Álava, que acaba de celebrar su treinta aniversario, ha dado un acelerón muy grande en los últimos años con la llegada de nuevos sectores estratégicos. A día de hoy tenemos un 81% de ocupación en parcelas y un 75% de ocupación en edificios. Nunca hemos tenido estas cifras. También han llegado proyectos internacionales en sectores de futuro que están demandando parcelas muy grandes que solo se las podemos ofrecer en el Parque de Álava. Esa demanda de espacio justifica que haya que ampliar el parque en los próximos años y en eso estamos.
El Parque de Álava precisamente acoge un proyecto que está empezando a andar, Basquevolt, pero que aspira a ser tractor del territorio.
Tenemos varios, porque tenemos Basquevolt pero también tenemos AVS Next, Pepsico... Vamos a tener el primer instituto internacional biomédico de nanohidrogeles inteligentes del mundo. Y Basquevolt es un proyecto que persigue convertirse en líder europeo de tecnología de baterías en estado sólido y semisólido para aplicación en vehículo eléctrico, almacenamiento estacionario y de electrónica de consumo. La movilidad eléctrica se está convirtiendo en un sector clave y más si hablamos de descarbonización del transporte. Es una oportunidad para Álava y vamos a seguir apoyándolo porque creemos que va a generar oportunidades de crear valor añadido, de empleo, de nuevas capacidades y también de tracción de sectores industriales y de servicio. Basquevolt es ya un proyecto importante.
Hablamos de tecnología, innovación, digitalización... campos que requieren perfiles laborales técnicos y las empresas suelen advertir de las dificultades para encontrar este tipo de trabajadores.
Creo que se está haciendo mucho con la FP Dual, también en la universidad con grados técnicos y con la Universidad Dual. Pero aún así vamos a necesitar ser imaginativos y ser capaces también de la recualificación de las personas que tenemos ya en las empresas. Y todo lo que hagamos en este sentido es poco. También tenemos el reto demográfico: si no tenemos estudiantes no hacemos nada. Son muchos los elementos que tienen que contribuir a una estrategia de generación de capacidades.