- El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, pidió a través de un mensaje difundido ayer una “defensa común” de la UE ante lo que califica de una “amenaza bielorrusa” apoyada desde Rusia.

Morawiecki denunció que es “el mayor intento de desestabilizar Europa” desde el final de la Guerra Fría. “Polonia defiende Europa. Lo que parece una crisis migratoria ordinaria desde la distancia es en realidad una guerra híbrida que Alexander Lukaschenko, con el apoyo de Vladímir Putin, declaró a toda la Unión Europea”, dijo Morawiecki, que realiza una gira por los tres países bálticos.

El primer país de la gira de Morawiecki fue Estonia, donde recibió el apoyo del primer ministro, Kaja Kallas. “Estamos muy agradecidos con Polonia por defender las fronteras de la UE y la OTAN. No sucumbiremos al chantaje del régimen de Lukaschenko”, dijo Kallas.

Morawiecki, en su mensaje, sostuvo que toda Europa está sufriendo ya las repercusiones de la crisis con los aumentos de los precios de la energía. “La crisis ya está afectando a toda Europa porque cada uno de nosotros siente el aumento de los precios de la energía como resultado de la drástica reducción del suministro de gas a los países europeos. Esto es solo el comienzo, los dictadores no se detendrán “, dijo. “Hago un llamamiento a todas las personas del mundo libre: Polonia, Lituania y Letonia necesitan su solidaridad”, añadió, en alusión a los otros dos países directamente afectados por la crisis.

Miles de refugiados siguen tratando de entrar a Polonia desde Bielorrusia tras haber llegado a ese país con visas de turismo en una operación que se considera orquestada por el régimen de Lukaschenko.

Kallas, por su parte, dijo que uno de los objetivos del régimen de Lukaschenko, además de desestabilizar la UE, a es distraer la atención de la represión y las violaciones de los derechos humanos en Bielorrusia. La reunión de Morawiecki con Kallas es la primera de una serie de reuniones entre el primer ministro polaco y los líderes de los países bálticos.

Desde principios de año, la guardia de fronteras ha registrado más de 34.000 intentos de cruzar ilegalmente la frontera.

En estos momentos son unos 2.000 los migrantes que intentan cruzar la frontera bielorruso-polaca. Llevan dos semanas varados sin visos de una solución y sobreviven en unas condiciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó ayer de “difíciles”.

“La situación en la frontera bielorruso-polaca puede calificarse cuanto menos de difícil, lo que genera una gran preocupación”, señaló Gerald Rockenschaub, quien encabeza una misión de expertos de la Oficina Regional de la OMS para Europa que visitó ayer el centro logístico y de transporte de Bruzgui que acoge a los migrantes.

La delegación visitó el interior de la nave industrial y los exteriores y conversó con algunos migrantes indocumentados para interesarse por su estado de salud y las condiciones sanitarias de las instalaciones.

Según la ONU, actualmente hay 1.833 personas refugiadas en el centro logístico que las autoridades bielorrusas abrieron el pasado martes.

En su mayoría proceden de Oriente Medio y la Unión Europea (UE) acusa a Minsk de llevarlos masivamente a la frontera exterior de los Veintisiete para tratar de desestabilizar al club comunitario.

Rockenschaub indicó que los refugiados se quejaron sobre todo de su estado de salud y que algunos de ellos sufren enfermedades crónicas. Muchos sufren resfriados, tras llevar días acampados en el bosque cerca de la frontera a bajas temperaturas.

Uno de ellos le mostró un vídeo para denunciar el uso por parte de los efectivos polacos el martes de gas lacrimógeno en el puesto de control fronterizo para dispersar un asalto de los migrantes.

ACNUR instó al régimen de Alexandr Lukashenko a trasladar a los migrantes a unas instalaciones adecuadas. “Este es un alojamiento de emergencia y seguimos abogando por la reubicación de las personas varadas en la frontera a lugares de recepción seguros y adecuados donde se les pueda proporcionar la asistencia y el asesoramiento adecuados”, señaló en un comunicado.