- La región Provenza-Alpes-Costa Azul se ha convertido en el gran botín de la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas de hoy, ante la posibilidad de que el ultraderechista Agrupación Nacional (RN) consiga su primer gobierno regional.

Situada en el extremo sudeste del país, esta región, conocida por su acrónimo PACA, es la séptima más poblada de Francia con algo más de cinco millones de habitantes, y está marcada por las enormes desigualdades socioeconómicas de la población.

De la extrema riqueza de los millonarios de la Costa Azul, pasando por los acomodados jubilados (en buena parte extranjeros atraídos por ciudades históricas como Niza o Aviñón) en la Provenza, hasta la zona rural del Var y la relativa pobreza de Marsella y sus ciudades dormitorio.

Que el RN y su antecesor, el Frente Nacional (FN), sean tan fuertes aquí se debe a varios factores, según el politólogo Vincent Martigny, comenzando porque en esta región se asentaron muchos del aproximado millón de “pieds noirs”, los franceses que se vieron obligados a abandonar Argelia con la independencia del país en 1962.

Esa comunidad y sus descendientes, que siguen albergando resentimiento hacia el país que los expulsó, han visto “con malos ojos” la llegada de muchos inmigrantes magrebíes, explica.

El hecho de que el fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, padre de la actual líder del RN, Marine Le Pen, combatiera como paracaidista en la guerra de independencia de Argelia, en la que fue acusado de torturas, dio aún más popularidad al partido entre este grupo.

Este colectivo “ha sido el primer batallón” de la ultraderecha, resume Martigny, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Niza y de la Politécnica de París.

Además, en esta región “la derecha tradicionalmente ha estado muy a la derecha”, por lo que la frontera ideológica con la ultraderecha “es extremadamente porosa”, apunta el académico.

La fuerza del RN en PACA se debe también a que buena parte del tradicional voto comunista de los enclaves más desfavorecidos de Marsella y su zona metropolitana se ha pasado a la ultraderecha.

La defensa del trabajo “para los franceses” frente a los inmigrantes, el cuestionamiento de la globalización y la defensa de la soberanía nacional han sido las bazas jugadas por la formación de Le Pen.