- El primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, aseguró ayer que las críticas a la polémica ley que vincula la homosexualidad con la pedofilia son un nuevo ataque contra Hungría y la libertad. Bajo el título Las aplanadoras liberales se han puesto de nuevo a trabajar contra Hungría, Orbán defiende, en un texto publicado en su web, la polémica ley aprobada el pasado día 14 por los diputados de su derechista partido Fidesz, en el poder, y del ultra Jobbik, en la oposición.

La normativa, que entre otras medidas prohíbe hablar sobre homosexualidad o cambio de sexo en la escuela o los medios de comunicación, ha desatado indignación y críticas dentro y fuera del país, ya que vincula la homosexualidad con la pedofilia. Para Orbán, esas reacciones son “una nueva prueba de que la izquierda es enemiga de la libertad”, ya que lo único que quiere es la hegemonía de sus propios principios.

Tanto las fuerzas progresistas de Hungría, como diversas ONG y varios políticos europeos han pedido su inmediata abolición por considerarla homófoba. La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, ha expresado su “preocupación” y prometió un profundo análisis de la ley húngara, considerada “discriminatoria y contraria a los valores europeos” por el ministro de Asuntos Europeos de Alemania, Michael Roth, según afirmó ayer en su cuenta de Twitter.