- Los primeros voluntarios vascos que participan en el estudio de investigación de la vacuna Hipra contra el covid probaron ayer el suero en el Instituto Biocruces. Se trata de un ensayo clínico en fase II cuyo objetivo es estudiar si esta dosis de refuerzo prolonga la respuesta inmunológica frente al virus. Esta vacuna se prueba en personas que ya tengan la pauta completa de Pfizer. Como Minerva Sánchez, administrativa de Cirugía Plástica de Cruces. “Me parece fundamental participar en estudios de este tipo. A ver si de una vez por todas podemos terminar con el covid”.

O el caso de Vicente Peral, de 66 años. “Creo que es muy interesante colaborar con proyectos de este tipo. Yo, por mi edad, podía haber tenido ya puesta la tercera dosis, mi mujer, de hecho, ya la tiene. Pero he preferido participar en este ensayo y colaborar con los expertos”.

El objetivo de BioCruces es reclutar voluntarios sanos, que no hayan pasado el covid y estén previamente vacunados con Pfizer, hace un mínimo de seis meses. ¿Por qué seis meses? “Porque era el periodo mínimo que se estableció en el que se podría necesitar una dosis de recordatorio”. Y ¿por qué Pfizer? “Porque es la que primero se comercializó y la que más investigada está”.

El centro hospitalario vizcaíno es, junto con otros nueve centros, el encargado de llevar a cabo el ensayo de Hipra, la firma farmacéutica catalana que tiene en España la investigación más avanzada. Para ello se necesitan 110 personas voluntarias mayores de 18 años que previamente hayan recibido la vacuna de Pfizer. De momento, solo se han conseguido 27 participantes, según revela Eunate Agirre, coordinadora científica en BioCruces. “Quizá obedece a que es una tercera dosis y Europa no contempla todavía la tercera dosis para el pasaporte covid”, indica. “También nos está costando encontrar a gente con Pfizer y con seis meses de administración. Además, mucha gente mayor ya se ha puesto en Osakidetza la tercera vacuna, por eso ahora nos estamos centrando en buscar sanitarios y sociosanitarios”, explica.

No es el caso de las hermanas Ane y Nerea Reina, sanitarias, una ejerce en la planta cuarta de Cirugía Cardiaca de Cruces, y la otra en Endoscopia del Hospital de Basurto. “Teníamos muy claro que hay que venir, que participar en algo así. Y, no por nosotras mismas, sino por todos los demás y por la salud pública”. “Además, aquí el seguimiento del ensayo es exhaustivo y el control de datos, total”.

“Es un estudio ciego, les toca o Hipra o Pfizer. A los 28 días, los voluntarios van a saber qué llevan y si deben revacunarse otra vez. Al principio, el protocolo establecía que se les comunicaba a los seis meses pero se ha hecho una modificación para que a los 28 días se les informe de qué llevan. El peor escenario sería que la vacuna demostrase que no es eficaz y, entonces, se podrían poner otra Pfizer”, precisa Agirre. “Es una vacuna que ha llegado más tarde y que neutraliza las variantes conocidas hasta la fecha. Por ejemplo se ha probado que es eficaz contra la delta, obviamente no la Ómicron porque acaba de llegar”.

En los ensayos ya concluidos se ha comprobado que la vacuna es segura y no induce más reacciones que las esperables. “Ya sabemos que la de Hipra tiene un mecanismo que es de proteína recombinante, que no es ni de adenovirus como Janssen y AstraZeneca, ni lleva el mecanismo del RNA mensajero que estimula el sistema inmunitario, que emplean Pfizer y Moderna. “Está hecha con las proteínas que genera el virus”, explica Agirre.

Vicente Peral está encantado de participar. “Es todo muy profesional”, señala. “Seguro que se convertirá en una vacuna periódica como la de la gripe. Habrá que convivir con la enfermedad. Mi mujer ya se ha puesto la tercera dosis pero yo quería participar en este estudio y colaborar con la ciencia”. Las hermanas Reina tampoco lo han dudado ni un segundo. Después de trabajar con el virus a tumba abierta, quieren acabar ya con esta enfermedad y quieren colaborar con la investigación y en todos los estudios disponibles”. Cabe señalar que esta vacuna se puede conservar entre los 2 y 8 grados, una ventaja logística respecto a otras fórmulas. Y la compañía prevé producir 400 millones de dosis durante 2022 y llegar incluso a las 1.200 millones en 2023.