Ante el temor de viajar en transporte público, la crisis sanitaria ha llevado a muchos de los usuarios y usuarias de este medio de transporte a retomar el hábito del coche. El temor a un contagio ha superado al estrés de aparcar en los centros urbanos, incluso en ciudades como Vitoria-Gasteiz, donde la apuesta green es indiscutible y la peatonalización lo complica todo más. Y claro, un vehículo tiene su coste y sus gastos de mantenimiento, así que las personas se están viendo obligadas a extender su mentalidad de ahorro al mundo del motor.

Una de las cosas que se tenía presente para el ahorro era la conducción eficiente. Sin embargo, lo que antes valía -marchas largas o cambiar poco de marcha-, ahora se hace imposible con la reducción de la velocidad a 30 km/h. Entonces, ¿cómo ahorrar con el coche, cuyo gasto medio anual asciende a 1800 euros, según un estudio llevado a cabo por la app Fintonic. Existen varias formas de hacerlo:

En primer lugar, si en ciudad ya no podremos evitar conducir con marchas más cortas, debido al límite de velocidad, al menos procuraremos no dar acelerones ni frenazos innecesarios. Por otro lado, en carretera conviene controlar la velocidad porque, aparte de nuestra seguridad, aumentar en 20 km/h la velocidad hace que se incremente el consumo alrededor de un 45 %. Además, siempre que se pueda, se adaptarán las marchas a las revoluciones, teniendo en cuenta que lo ideal para un vehículo diesel es 1500 y para un gasolina, 2000. De paso, no viene nada mal aprovechar la inercia del automóvil.

La presión adecuada de los neumáticos de cualquier vehículo es otra cuestión fundamental: cuanto más deshinchados, más superficie de rozamiento, lo cual da lugar a un aumento del consumo que puede incrementarse en un 20%.

En climas como el de Álava es preciso disponer de calefacción para los meses más fríos, pero es mejor ponerla cuando el motor del coche ya esté algo caliente, ya que el sistema aprovecha el calor que este genera. Si lo hacemos cuando todavía está frío, solo estaremos consumiendo energía inútilmente con el aire que generamos.

Por el motivo contrario, en verano hay que procurar aparcar en la sombra, no solo por nuestro confort al entrar, sino para que alcance antes la temperatura deseada. ¿Queremos otro motivo? El calor hace que se evapore antes el combustible del depósito. Este mismo fenómeno sucede cuando se apura a la hora de repostar, pues el aire que queda dentro del depósito también contribuye a una más rápida evaporación del carburante.

Llevar periódicamente el coche al taller para no tener que enfrentarnos a una factura desorbitada de forma inesperada es otra manera de controlar el gasto, al igual que comparar seguros y contratar el que más se adapte a las necesidades. Por último, antes de adquirir un vehículo se deben atender cuestiones como nuestro presupuesto, para qué queremos el vehículo y con qué frecuencia. Si hay que sacrificar algo, quizás sea mejor mantener la seguridad en detrimento de la tecnología y el confort. Por otro lado, el renting a particulares se está convirtiendo en buena alternativa a la compra.