a presencia de turismo extranjero, cuando todavía están vigentes las restricciones para viajar a nivel de Euskadi y del Estado y los números del covid no dan respiro, están generando malestar entre la ciudadanía. En muchas ciudades, sobre todo las más turísticas, la población local ha comenzado a expresar su enfado por lo que consideran una incongruencia.

En esta línea se expresó ayer el alcalde de Donostia, Eneko Goia, que observa “situaciones incoherentes” en un momento complicado en el que, apuntó, la llegada de turismo extranjero es algo “poco deseable en la gestión” de la pandemia. Goia señaló que “es una cuestión difícil de entender, si no imposible”, que se permita la llegada de turismo extranjero e informó de que durante el confinamiento perimetral hizo partícipe de su preocupación por la visita de ciudadanos franceses al Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco que, a su vez, lo comunicó al Ministerio de Asuntos Exteriores.

Las relaciones internacionales “son competencia exclusiva del Estado”, que es quien “debería plantearse la cuestión”, abundó el primer edil donostiarra, que instó a que las medidas de lucha contra el covid se apliquen sin excepciones. “La frontera no es motivo para que las medidas frente al covid-19 no sean coherentes”, insistió Goia.

El alcalde de Donostia quiso dejar claro que no le molesta la presencia de “nadie” en la ciudad, pero que la situación vigente recomienda una actitud “coherente” de la que no es ejemplo, por destacar un caso, “que un alemán pueda viajar a Mallorca y un donostiarra no”.

Pese a todo, según algunos de los agentes más vinculados al turismo del territorio, en este puente la realidad no ha sido esa. En el centro comercial Garbera, al que acostumbran acudir muchos ciudadanos franceses, no observaron gran afluencia, sino la llegada de “algunos pocos contados”. Tampoco en el Aquarium donostiarra su presencia se hizo notar. “Sí se ha dado una gran afluencia de personas llegadas de Bizkaia y Araba, pero pocos franceses”. “Durante el confinamiento perimetral nos llamaban para saber si estábamos abiertos y los restaurantes activos, pero tampoco venían muchos”, añadieron.

Juan Carlos Ayerbe, de la Asociación de Hosteleros de Hondarribia, abundó en esta idea y aseguró que los establecimientos consultados “trabajaron bien” en el puente pero no constataron gran presencia de franceses. Es más, en algunos establecimiento aseguraron que su presencia fue “un 80% menor que la habitual”.

Y ante este revuelo, y a puertas de la Semana Santa, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, justificó la posibilidad de que se permitan viajes internacionales pero no los estatales por razón de “reciprocidad” con el resto de países europeos que “están haciendo lo mismo”: solicitar una PCR negativa a los ciudadanos que entran. Una vez en el Estado, afirmó, “tienen que respetar y compartir exactamente las mismas limitaciones” que las que se aplican a los residentes. La portavoz del Gobierno de España recordó que las comunidades autónomas tienen la competencia de aprobar restricciones complementarias a las de rango estatal y anunció que el Ejecutivo las respetaría.