Han estado siempre en todas las ciencias y a todos los niveles, pero los libros de texto se han encargado de esconderlas. Para cubrir esa falta de referentes, la Asociación de Mujeres Científicas y Tecnólogas (AMIT) ha elaborado un anexo con mujeres pioneras para los manuales de educación.
El encarte pretende devolver a algunas Matildas ignoradas al lugar que siempre tuvieron que ocupar: los libros de texto.
Sin embargo, veinte años después, otros científicos descubrieron lo que ella ya había visto y explicado y por eso ganó un Nobel de Medicina en 1983.
A los 15 años, Franklin decidio dedicar su vida a la ciencia. A los 21 años se graduó en biofísica en la Universidad de Cambridge y dedicó siete años en París a la investigación sobre técnicas de difracción de rayos-X. En 1953, caputró la famosa foto que demostró que el ADN era una doble hélice.
Su compañero de laboratorio Maurice Wilkins mostró sin su consentimiento la captura a los científicos James Watson y Francis Crick, que publicaron el hallazgo en la revista Nature. En el último párrafo, y entre otros, citaban a Rosalind Franklin y le agradecían "sus resultados experimentales no publicados e ideas". En 1962, los tres científicos recibieron el Premio Nobel de Medicina.
También estudió un tipo concreto de estrellas, las Cefeidas, cuyo conocimiento permitió idear un sistema para medir las distancias entre los astros del cosmos.
La llamada discontinuidad de Lehmann fue su mayor descubrimiento. Nuestro planeta está formado por diferentes capas: la corteza, el manto (superior e inferior) y el núcleo (externo e interno). La sismóloga descubrió en 1936 la discontinuidad que separa el núcleo externo del núcleo interno. El descubrimiento fue de gran importancia, ya que hasta entonces se creía que la Tierra era hueca.
Lehmann utilizó los terremotos para demostrar su teoría.
Anning vivió en una zona de la costa inglesa llena de fósiles y a eso se dedicó: vendía los fósiles a los paleontólogos más importantes de su época con los que además mantenía una relación científica.
Su trabajo fue esencial para entender la vida prehistórica, sin embargo, pese a sus logros científicos, nunca se le permitió publicar por ser mujer. En cambio, varios geólogos usaron sus hallazgos en sus propios trabajos.
Sus hallazgos han tenido muchas aplicaciones en medicina, biotecnología y hasta en criminología. Una de esas aplicaciones es, por ejemplo, las PCR que permiten saber si alguien está infectado por el coronavirus.
Descubrió, además, la estructura tridimensional del colesterol (1937), la vitamina B12 (1954) y la insulina (1969), complejas biomoléculas cuyo exceso o defecto causa graves enfermedades como la diabetes.
Por estos descubrimientos, Crowfooot recibió el premio Nobel de Química en 1964.
Trabajó en la Universidad de Gotinga sin salario durante años, hasta que en 1923 fue contratada con un pequeño sueldo mensual. Con la llegada del nazismo al poder, Noether, que era judía, fue despedida y huyó a Estados Unidos, donde siguió desarrollando su carrera en álgebra y murió apenas un año y medio después.
Sin embargo, no quiso participar en el proyecto estadounidense de construcción de la bomba atómica. En 1944, se otorgó el premio Nobel de Química por el descubrimiento de la fisión pero no a ella sino solo a su colaborador, Otto Hahn.
Eran un camino de huellas fósiles de pisadas que había dejado un grupo de homínidos, antepasados de los seres humanos, hace más de tres millones y medio de años.
Lo más importante de esas huellas es que gracias a ellas se pudo saber que aquellos individuos andaban erguidos.
También estudió el universo y lo describió cómo nunca se había hecho hasta su época. Compuso obras musicales, fue una gran pintora e incluso inventó una nueva lengua. Era monja y vivió casi toda su vida en conventos.
Sobre todo, las traducciones y correcciones que hizo para que su marido pudiera leer obras de química permitieron rehacer esta ciencia y convertirla en un área moderna de investigación.
"Gracias en parte a su trabajo se demostró que las teorías geológicas de la deriva continental y la tectónica de placas que explican cómo la superficie de la Tierra crece por algunas partes y mengua por otras es correcta", explica la Asociaciación de Mujeres Investigadores y Tecnólogas (AMIT).
Durante la Segunda Guerra Mundial inventó y patentó un sistema para impedir que los torpedos fueran detectados y se lo ofreció al Ejército de los Estados Unidos. No se usó hasta muchos años después, pero hoy es la base de las comunicaciones sin cable, como el WIFI.
También enseñó ortografía, mecanografía y contabilidad y editó libros sobre estas materias en su editorial ELMACA, acrónimo de los nombres de sus hijas Elvira, María y Carmen.
Una de sus maestras fue otra gran matemática británica, Mary Somerville. Ada Lovelace fue la primera persona en la historia que ideó y escribió cómo programar una máquina, es decir, el antecedente directo de la programación de ordenadores.
Posteriormente comenzó a trabajar en la NASA y sus cálculos permitieron establecer la trayectoria para el vuelo de la misión Apollo 11, en la que los humanos pisaron por primera vez la Luna.