Contratar cientos de docentes y monitoras de refuerzo en los jantokis, redoblar los turnos de limpieza, proveer a los centros educativos de los materiales de seguridad necesarios para hacer de los centros educativos espacios seguros frente a la pandemia, mejorar el parque informático? Está claro que la escuela vasca ha tenido que hacer un esfuerzo extraordinario para garantizar garantizar la presencialidad en las aulas en un curso marcado por el covid-19.

La factura total asciende a 105 millones de euros de las arcas públicas, de los que casi 37 irán a parar a los 314 centros concertados. Así lo ha dado a conocer el consejero de Educación Jokin Bildarratz al término del Consejo de Gobierno, en el que se ha aprobado la inyección de fondos a los centros de la red concertada, que aglutina a la mitad del alumnado vasco.

En concreto, la línea de financiación abierta por el Gobierno vasco ha servido para la realización de 1.064 nuevos contratos en las aulas y 1.157 en los servicios de comedor y limpieza, entre contrataciones nuevas y ampliaciones de horario. Bildarratz ha explicado que las subvenciones aprobadas este martes para la red concertada buscan "responder a las mismas necesidades y garantizar la misma presencialidad" que en la red pública. "Son recursos destinados a hacer frente a los gastos adicionales derivados de la aplicación de las medidas exigidas por los protocolos de prevención de la covid-19", ha insistido.

Según ha dicho el titular de Educación, las condiciones y cuantías para poder acceder a estas subvenciones extraordinarias son las mismas que en la red pública: el número de aulas y de alumnado de cada centro, así como el Indice de Complejidad Educativo, elaborado a partir de sus resultados y las necesidades de apoyo educativo, repetición, origen, la continuidad en el centro y el nivel socioeconómico de su alumnado.