Prólogo 1

Cosas de chinos

finales de enero, el mundo presenciaba perplejo la construcción de un macrohospital en unos pocos días en China. Se levantó entre el 23 de enero y el 2 de febrero de 2020. Un éxito sin precedentes televisado a todos los rincones del mundo. El gigante asiático se movilizaba para hacer frente a una gripe extraña que estaba volviendo locas a las autoridades de Wuhan, una ciudad a las orillas del río Yangtze. Europa y el resto del mundo lo estaban viendo en la televisión, como si de una serie se tratase. Pero era el preludio de lo que vendría. Nadie lo vio venir, aunque estábamos avisados.

La oficina de la OMS en China detectó el 31 de diciembre de 2019 una declaración que la Comisión Municipal de Salud de Wuhan había publicado en su web, advirtiendo de "neumonía vírica de Wuhan". La OMS solicitó al día siguiente a las autoridades información sobre esos casos de neumonía atípica y el 9 de enero dio a conocer al mundo que el brote estaba provocado por un nuevo coronavirus de origen animal: SARS-CoV-2.

Europa alzó una ceja. No más. Se difundió la relación de los escasos aeropuertos que conectaban el viejo continente en vuelos directos con Wuhan y se establecieron controles en esas entradas. Pero a finales de enero, solo había cuatro casos en Europa, dos en Francia y dos en Alemania, y unos pocos más en Australia, EEUU y otros países. Así que, mientras China confinaba a 56 millones de ciudadanos el día 26, el resto del mundo occidental compraba palomitas para verlo en televisión.

Prólogo 2

Mareando la perdiz

l 11 de febrero la OMS anunció que la enfermedad provocada por el virus se llamaría oficialmente covid-19, mientras en Valencia moría aquejado de neumonía un hombre que había estado de vacaciones en Nepal. En ese momento no se le hicieron pruebas, pero el 3 de marzo se reveló, tras una necropsia, que había muerto de covid-19, lo que le convertía en la primera víctima mortal de esta enfermedad en Europa. Por aquel entonces, el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, convocaban a las urnas a vascos y gallegos y Madrid intentaba quitar el Mobile World Congress a Barcelona. Al final, la sorpresiva suspensión de la feria de tecnología móvil más importante del mundo desencadenó en otra nueva polémica política, pero nadie pensó que venía un tsunami sanitario.

Europa estuvo un mes mareando la perdiz. Aunque la inquietud de los ciudadanos crecía día a día, las autoridades insistían en rebajar el tono y evitar la alarma. Hasta el 11 de marzo: "La OMS ha evaluado este brote durante los últimos días y estamos profundamente preocupados, tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción. Es por ello que hemos decidido decretar el estado de pandemia", dijo Tedros Adhanom, el director general de la OMS. ¿Estábamos quizás ante otra gripe A?

Capítulo 1

El despertar

ucedió como todas las mañanas, de repente. Sonó el despertador y, venga, todos arriba. Euskadi activó la alerta sanitaria el 13 de marzo, viernes, una herramienta desconocida para los ciudadanos, pero que permitía cerrar colegios y bares. Algo impensable. Una mañana estábamos llevando a nuestros niños a clase, y por la tarde los recogíamos con la mochila llena de libros y una nota: quedénselo en su casa. Muchos no iban a retomar las clases hasta el siguiente curso, en septiembre. Medio año sin ir al cole.

Pronto despertó Pedro Sánchez. Euskadi y Madrid habían movido ficha antes, cerrando los colegios ante la inacción del Ejecutivo central, pero el sábado 14 de marzo iba a cambiar todo. El presidente del Gobierno español adelantaba a todos por la derecha y decretó el confinamiento domiciliario de todo el país y para ello activaba el estado de alarma. Una medida inédita. Solo se permitía ir a trabajar y a hacer compras. Las colas en la entrada de los establecimientos y la distancia interpersonal de 1,5 metros irrumpieron en nuestras vidas. Pero todo sin mascarillas. Ni una, aunque sabíamos que en China y Corea del Sur eran sagradas.

Entre la población se extendía un sentir; un murmullo primero, un clamor después: había que pararlo todo. También el trabajo. Ante todo, había que preservar la salud. Podía el miedo. El Gobierno central tomaba el mando de Osakidetza, Osasunbidea y la salud pública del resto de comunidades autónomas, un mando único que pocos rebatieron. Sí lo hizo Euskadi, que insistía en poder definir su propia estrategia contra el virus y preservar la economía vasca de lo que Lakua ya intuía iba a ser una crisis económica severa. No lo vimos.

Capítulo 2

Crecimiento exponencial

in este término, es difícil entender lo que sucede y por qué. Un día estás bien, al siguiente regular, y pasado mañana, al borde del precipicio. Si algo ha demostrado el covid-19 es que su crecimiento es exponencial y, si no se ataja, te atropella sin darte cuenta. También ha sido así durante la segunda ola. No estábamos tan mal, hasta que nos cogió el tsunami.

El primer informe oficial de datos del Gobierno Vasco sobre la incidencia del coronavirus se publicó el miércoles 18 de marzo. Desde entonces, se han reportado datos diarios sin excepción. Para cuando se publicaron estos datos, se habían realizado en la CAV 4.028 pruebas y entre ellas se habían detectado 1.190 casos positivos. Una tasa de positividad cercana al 30%.

Se había realizado una primera prueba PCR, con resultado negativo, el 5 de febrero, ante un caso sospechoso. El primer positivo se produjo el día 29 de ese mes en Álava. Y en Gipuzkoa, el 3 de marzo, pero la pandemia cogía carrerilla enseguida y a finales de marzo se habían detectado en la CAV un total de 7.317 contagios. Se multiplicaron por siete en dos semanas.

Capítulo 3

El funeral de Gasteiz

os datos dados a conocer el 18 de marzo mostraban que Álava registraba más de la mitad de todos los positivos de Euskadi, 621; frente a los 393 de Bizkaia y 176 de Gipuzkoa. ¿Pero de dónde había surgido semejante ola? Un funeral en la capital alavesa era la respuesta. Había servido de gasolina. Se contagiaron más de 60 personas durante el sepelio, todavía en febrero, y ello dio lugar al principal brote de coronavirus en todo el Estado español, además de abrir el corredor pandémico Gasteiz-Haro.

La capital alavesa se convertiría durante la primera ola en el epicentro de la pandemia en Euskadi. Y el hospital de Txagorritxu sufría una presión enorme, con muchos de sus sanitarios infectados. Para el 8 de abril, al menos 412 sanitarios, entre ellos 242 enfermeras y auxiliares, se habían contagiado en Álava. De todas las edades y colores, desde los 22 hasta los 71 años.

Capítulo 4

Aguanta mientras puedas

o se hacían cribados masivos. No había asintomáticos. Se desconocía su existencia. Pero tampoco había que buscar debajo de las piedras para encontrar positivos. Los enfermos llamaban a los centros de salud y solo a quienes presentaban síntomas de cierta gravedad se les hacía la prueba. Al resto, se les conminaba a aguantar en casa. El límite debían marcarlo ellos mismos cuando tuviesen dificultades para respirar. Los hospitales se llenaban a velocidad de vértigo. Y el 19 de marzo fallecía la primera sanitaria vasca con covid-19 en Euskadi, una enfermera de 52 años. Un mazazo. Un punto de inflexión: afloraba el malestar y las protestas entre los sanitarios. Estaban saturados.

El 25 de marzo se llegaron a alcanzar 678 casos positivos en un solo día en todo Euskadi. Según confesó meses después el coordinador covid de Euskadi, Ignacio Garitano, si entonces se hubiesen hecho tantas pruebas como se realizan ahora, se habrían detectado unos 6.000 positivos diarios.

Capítulo 5

Boris Johnson y compañía

hina había tomado las riendas de los 1.400 millones de sus habitantes. Control, certificados digitales, seguimiento exhaustivo y disciplina. España e Italia cantaban en los balcones y en el Reino Unido, en pleno proceso de salida de la UE, su primer ministro, Boris Johnson, decía que habría que derramar algunas lágrimas. Vale. Que todos perderíamos a seres queridos. Bien. Pero que el país no se podía parar. Adelante pues.

Solo los modelos matemáticos doblegaron la audacia de Jonhson unos días después y el mismo mes de marzo, justicia poética, el propio Johnson caía víctima del coronavirus, junto a su esposa embarazada. Johnson tuvo que ser hospitalizado, aunque finalmente se curó.

Como el mandatario Johnson al principio, actualmente mantienen una postura semi negacionista los dirigentes de EEUU, Donald Trump, y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Ambos también han pasado el covid. España era uno de los países que había tomado medidas más restrictivas en Occidente.

Capítulo 6

Sin niños, ¿supercontagiadores?

spaña no se anduvo con remilgos. Tarde quizás, pero las medidas fueron drásticas. El primer Gobierno de Occidente que se atrevía a confinar a todo el país. Y los niños fueron los grandes perjudicados. Estuvieron un mes y medio sin salir de casa; ni siquiera para dar un paseo. Su papel en esta pandemia sigue siendo incierto aún, según reconocen los investigadores, pero al menos ya se sabe que no son los supercontagiadores que se temía al principio.

Por suerte, entre los 2 y los 10 años, apenas padecen síntomas, aunque se contagien. Son ya 4.528 los menores de diez años infectados ya en la CAV. Pero cuando se infectan, normalmente lo hacen de forma asintomática o de forma muy leve. Ningún menor de edad ha fallecido con covid en Euskadi, de hecho, en estos ocho meses, aunque el total de muertos es ya 2.285 tras sumar 73 víctimas mortales en la última semana.

Capítulo 7

Muerte en las residencias

l virus se cebó especialmente con nuestros mayores en la primera ola. Entró sigiloso en muchas residencias de ancianos y ha segado muchas vidas de residentes. Los datos evidencian que a partir de los 60 años los fallecimiento por covid-19 aumentan de forma exponencial y que más del 20% de los contagiados de más de 80 años pierden la vida.

Capítulo 8

Colapso sanitario

os hospitales vascos estuvieron al borde del colapso a primeros de abril. Los médicos aprendían sobre la marcha. Se descubrió que muchas de las personas mayores que eran intubados en la UCI perdían la vida. No aguantaban. Poco a poco comenzaron a dispensarse nuevos medicamentos, medicamentos que reducían la inflamación de los pulmones; se aplicaban nuevas técnicas, como la posición prona, boca abajo, para respirar mejor€ Cada vez se salvaban más vidas. Y muchos de los enfermos que morían en abril son salvados hoy.

En el peor momento, el 3 de abril, se acumularon 236 personas en la UCI; hoy son en torno a 130. Hasta 54 fallecidos llegaron a registrarse en un solo día en el conjunto de Euskadi. Inasumible. El pico máximo de ingresados en los hospitales de la CAV alcanzó los 2.011 a comienzos de abril entre la UCI y planta. Hoy rondan los 500. Sin embargo, aunque en esta segunda ola que vivimos hoy aún no hemos llegado a esos niveles, podríamos estar a menos de dos semanas de llegar a ese punto si las cifras no se corrigen con las últimas medidas. Un dato que nos pone en alerta: el 25 de marzo había en la UCI 134 personas, las mismas que el viernes (ayer ya eran 146); y solo nueve días después se alcanzó el récord de 236: 102 más en nueve días.

Capítulo 9

Doblegar la curva

se doblegó, pero fue necesario un esfuerzo extra durante la Semana Santa de este infausto 2020. Confinamiento total. Parada de toda la actividad, salvo la esencial. Salvoconductos a precio de oro, y el único desahogo en los balcones. El aplauso sanitario era la principal actividad del día. Un país cerrado a cal y canto. El coste económico se vería más tarde. Pero la curva de incidencia del virus se doblegó y comenzó a caer de forma precipitada. Habíamos ganado una batalla.

Capítulo 10

Desescala como puedas

l 8 de mayo la consejera de Salud explicaba en Euskadi las fases de la desescalada. Hasta entonces se habían detectado 17.553 casos positivos en Euskadi (hoy son 83.000), habían fallecido 1.403 personas (2.285 hoy) y de los 477 ingresados en los hospitales vascos, 76 estaban en la UCI. Hoy en día tenemos un número parecido de ingresados totales, pero muchos más en la UCI: 146.

Euskadi y Navarra entraron en la fase 1 de la desescalada el 11 de mayo, lunes, y se comenzaban a abrir los bares el 50% y se permitían reuniones de hasta seis personas. Mejor que ahora. Para el 8 de junio ya estábamos en fase 3, desplazamientos sin limitación, aforos al 100% en el transporte, reuniones de 20 personas y se abrían guarderías y escuelas infantiles para dar paso a la nueva normalidad, es decir, el fin del estado de alarma, el 19 de junio. El verano estaba por delante.

Aunque habían fallecido 1.603 personas ya desde el inicio de la pandemia, Euskadi llevaba un mes entero, 31 días consecutivos, reportando menos de 20 contagios diarios, incluso el 31 de mayo no se registró ningún nuevo infectado. Y solo diez personas habitaban las UCI vascas. Con ese escenario se llegó a la nueva normalidad.

Capítulo 11

De 'vacatas'

a mascarilla no era obligatoria, siempre y cuando se respetase la distancia de seguridad. Pero en la práctica, no cumplíamos. Nos habíamos ganado las vacaciones. Playa y monte. Y tanta energía contenida nos llevó a la dejadez. Nos las prometíamos muy felices. El presidente Sánchez lo verbalizó a principios de agosto, en pleno auge de la temporada turística, objetivo a salvar desde hacía meses: "Hemos doblegado la curva. Hemos mantenido a raya al virus. Hoy tenemos bajo control la pandemia". Pero el virus ya daba para entonces signos de rebeldía.

Capítulo 12

Vuelta al cole con mascarilla

uskadi se fue de vacaciones con pocos casos detectados y regresó al trabajo con miles en el mismo periodo de tiempo, desde el 21 hasta el 30 de agosto. Todo ello, a siete días de la vuelta al cole. Pero, ¿cómo pudo pasar, si el virus había desaparecido? Pues llegó de Lleida. Directo hasta Ordizia. Todo estalló un domingo, el 5 de julio. Los clientes que habían estado desde el 27 de junio en adelante en tres establecimientos hosteleros en pleno centro de esta localidad de Goierri eran llamados a un cribado masivo, un screening; una herramienta que hasta entonces no se había utilizado.

El brote de Ordizia reportó en total 78 casos tras más de 2.500 pruebas PCR y las imágenes de sus vecinos haciendo cola para hacerse el test inundaban todos los medios estatales. Había empezado la temporada de sobresaltos en Gipuzkoa, el territorio vasco que presumía de tener menos contagios. A Ordizia le siguieron los brotes de Tolosa, Getaria, Zarautz... Los casos iban en aumento y finalmente el 15 de julio el Gobierno Vasco impuso la mascarilla obligatoria en la CAV. Y con la mascarilla se llegó al 7 de septiembre, a un comienzo escalonado del curso escolar.

De nuevo polémica. ¿Está segura mi hija en la escuela? Los contagios han ido escalando progresivamente, cada vez más rápido y en un mes Euskadi ha pasado de un escenario de autocomplacencia a la alarma roja. Sin embargo, los centros educativos están sorteando la pandemia mejor de lo que muchos esperaban.

Capítulo 13

¿Segunda ola?

a no hay duda. Al principio nos lo preguntábamos, pero hoy despertamos a razón de 1.400 casos en Euskadi. El máximo se alcanzó el 4 de noviembre en Gipuzkoa, con 671 positivos en 24 horas. Y el día 5 en Euskadi, con 1.547. Ahí se incluyen ya los resultados de los test de antígenos, una prueba que en apenas quince minutos permite saber con un alto grado de fiabilidad si el paciente está infectado. Se hacen en Euskadi desde el 26 de octubre. Entre PCR y test de antígenos se realizan algunos días más de 16.000 pruebas.

Pero esta segunda ola tampoco la vimos, aunque la experiencia y los datos nos dan cada vez más herramientas para la interpretación. Sabemos, por ejemplo, que aproximadamente un 40% de los contagiados son asintomáticos. Es decir, no enferman, pero sí transmiten el virus. Y que un 45% de los nuevos casos se detectan entre contactos estrechos de los infectados anteriormente.

Ahora lo medimos todo en tasas de incidencia acumulada en 14 días por cada 100.000 habitantes. Madrid y Navarra fueron los primeros en pasar esa barrera crítica y los primeros en tomar medidas. Los resultados se están percibiendo ahora. Nosotros vamos por detrás. La vuelta de tuerca de Euskadi la dio el Gobierno Vasco el pasado fin de semana, con importantes restricciones a la movilidad, confinamiento perimetral de los municipios y toque de queda entre las 10.00 y las 6.00 horas. En ocho días ya se percibe una estabilización previa al alivio.

Capítulo 14

La hostelería

arcados. Son los paganos de las medidas anticovid. El cierre de la hostelería pone en peligro miles de negocios en Álava entre bares, restaurantes y proveedores: miles de puestos de trabajo. Dicen los hosteleros que no son los culpables, pero sí los que pagan. Piden ayudas: "No aguantamos más".

Capítulo 15

La vacuna

a sido una carrera loca. Y lo sigue siendo. El anuncio del conglomerado germanoestadounidense, BioNTech-Pfizer anunció el pasado lunes que disponía de una vacuna con una eficacia superior al 90% y se desató la euforia. Es una vacuna de última generación, tecnología genómica, ARN, lo nunca visto, pero dicen que es el futuro. El Estado dispondrá de 30 millones de dosis, lo que permitirá vacunar a 15 millones de ciudadanos a lo largo de 2021. Pero se han llegado a acuerdos con varios laboratorios más.

Dicen que nos harán falta todas las vacunas, de diferentes tecnologías. La de Oxford (recombinante), la también genómica de Moderna (EEUU), y otras, como la rusa, de la poco se sabe, pero ya se estaría aplicando en aquel país, con un 92% de eficacia, dicen Putin y los suyos. O las chinas. También hay una docena de proyectos de vacuna españolas: las más avanzadas están a punto de entrar en fase clínica, es decir, en experimentación humana. Llegarán más tarde, pero lo harán, y serán necesarias.

Dicen los expertos que para recuperar la normalidad, la de antes, habría que vacunar al 70 u 80% de la población mundial. Ahí es nada. Pero, ¿cuánto durará la inmunidad? ¿Nos tendremos que vacunar todos los años? ¿Volveremos a vivir con antes? Son preguntas que aún están en el aire.

Capítulo 16

Hartazgo social

a vacuna está más cerca, sí. Pero dice un 40% de la población española que nanay, que no se la pone, al menos al principio. Así lo refleja el CIS. "Hartos". "Descrédito". "Palos de ciego". Son expresiones habituales. Estado de alarma, toque de queda, confinamiento perimetral, confinamiento domiciliario€ son los términos de nuestro nuevo diccionario. El resultado, la ruina económica. El miedo hecho hartazgo, la incertidumbre al poder y el cuestionamiento de todo.

Aseguran los expertos, inmunólogos y virólogos, que la ciencia es así. Prueba, error, prueba error... Que es normal "que un día digamos una cosa y al siguiente otra, porque vamos conociendo cada vez más del virus, porque lo que pensábamos antes no vale luego, y porque siempre ha sido así". El problema, reconocía esta semana en televisión Sonia Zúñiga, investigadora del CSIC, es la "sobreinformación", debido al enorme impacto que este virus tiene en nuestras vidas. El seguir todo ese proceso de aprendizaje científico, todo al minuto, causa frustración en la población. Pero al final dará sus frutos, dice. ¡Confiemos pues!