- Varios pasajeros de un vuelo de Sevilla a Bilbao permanecen en aislamiento después de que un viajeros haya dado positivo por coronavirus. El aparato voló desde la capital hispalense el pasado viernes 7 con 80 pasajeros a bordo. “Ya nos han hecho una PCR y nos la repetirán el próximo lunes; independientemente de ello no podemos salir de casa en diez días”, lamentan Manu M. y María Jesús T., una pareja bilbaína que viajaba en el avión.

Este matrimonio de Bilbao viajó a Sevilla el día 3 para pasar unos días allí; no la conocían- “y me parece que será la última vez que vayamos”, se ríe por no llorar ella-, celebran estos días su aniversario de bodas y decidieron aprovechar aquellos billetes que compraron para la final de la Copa del Athletic que iba a celebrarse en abril y que ya habían aplazado a mayo y ahora a agosto. Todo fue bien en el vuelo de ida y pudieron disfrutar de una estancia en una capital andaluza casi vacía de turistas, tomándose la temperatura por la mañana y por la tarde, “como hacemos siempre”.

También el vuelo de vuelta, el pasado viernes, a borde de un aparato de Vueling, se desarrolló con absoluta normalidad. “Íbamos como a mitad de capacidad y solo eché en falta un poco más de flexibilidad para haber podido escalonar los asientos; en nuestra fila íbamos tres juntos y al otro lado del pasillo, solo un pasajero”.

Aunque todos llevaban la mascarilla puesta, como es obligatorio, lo que más sorprendió a este matrimonio es que ni en el propio aeropuerto, ni en Bilbao ni en Sevilla, ni cuando subieron a bordo de los vuelos, les tomaron la temperatura en ningún momento. “Puede viajar alguien enfermo y nadie se entera”, lamentan.

Desde la compañía aérea explican que la toma de temperatura no se recoge en el protocolo de la agencia europea de seguridad aérea, y que sí adoptan otras medidas como la desinfección diaria de los aviones, refuerzo de geles o filtros que permiten renovar todo el aire de la cabina cada dos minutos.

Llegaron a casa y han hecho vida “normal, dentro de lo que hoy en día es normal” durante todo el fin de semana, sin ningún tipo de síntoma. Hasta que el martes recibieron una llamada de Osakidetza informándoles de que debían someterse ese mismo día a una prueba PCR y mantenerse aislados en su domicilio por el positivo de uno de los pasajeros de las filas próximas. Los resultados los tendrán esta tarde aunque deberán repetir el test el próximo lunes; con independencia del resultado, deberán guardar una cuarentena de diez días por precaución. Se quedaron “muertos”, admite Manu; lo que más preocupa a María Jesús es un resultado positivo, porque tendrían que repetir las pruebas a su hijo, su cuñada, sus tres nietos, su padre y su hermana. “Desde que hemos venido solo hemos estado con ellos, con nuestra mascarilla y todas las medidas de precaución. Desde que hemos podido salir a la calle no quedamos con nadie y no nos sentamos en ningún sitio. Y para una vez que salimos, nos toca la china...”, se resignan.

“No quedamos, no tomamos nada... Y para una vez que salimos, nos toca la china”

Viajero en cuarentena